Isla Martinica, Antillas Francesas
Me he ido de vacaciones a la otra punta del mundo, jejeje.
Por varios motivos:
- cuanto más lejos de la oficina mejor. Así en caso de alguna supuesta emergencia de mi jefe, la distancia impediría interrumpir mis vacaciones y regresar a la oficina para resolver alguna tontada de las suyas
- El cambio horario (6 horas de diferencia) dificultarían que se pusiera en contacto conmigo.
Destino: Martinica, Antillas Francesas en el Caribe
El viaje
Primero un vuelo Madrid – París, es decir, 1063 km y 2 horas, sin contar el tiempo de embarque. Después otro con destino a Fort de France, 6850 km y 8h30 en el aire. Una vez en tierra, otra hora más en coche hasta llegar al resort.
Martinica es un departamento francés, es decir, al ser UE no es necesario pasaporte ni visado. La zona es segura, no hay violencia callejera, revueltas populares y cosas así.
La moneda es el euro, de modo que no hay que estresarse multiplicando y dividiendo para saber cuánto cuestan las cosas y después no tienes sorpresas en el extracto de la tarjeta de crédito con el tipo de cambio.
La sanidad tiene las mismas garantías que si estuvieras en Francia y con la tarjeta sanitaria europea tienes acceso a la misma si te pones malo.
Además, tampoco es necesario vacunarse de fiebre amarilla o paludismo, aunque sí es recomendable las de hepatitis, tétanos y difteria.
Por último, la corriente eléctrica y los enchufes son igual que en España, por tanto, no hay que llevar clavijas de esas raras.
[themify_icon icon=»fa-exclamation-circle» link=»http://» icon_color=»#900c3f»] Lectura recomendada: Cómo planificar viajes de negocios o vacaciones
El vuelo a París
El vuelo Madrid – París parecía un gallinero:
- Familias emocionadas por ir a EuroDisney
- Niños gritando, llorando o corriendo por el pasillo
- Niños dándote patadas en el respaldo del asiento: la paciencia tiene un límite pero que me den golpes en la espalda me enerva. No hay nada como asomarse por encima del asiento, fulminar a los padres con la mirada y decirles… Si hijo es pequeño y todavía no sabe de modales, difícilmente los aprenderá si sus padres tampoco los tienen… se acabó la tontería, jijii
Oí a un ejecutivo hablar con su asistente justo antes de despegar … ¿de qué me sonará? » creencias populares
Llegada al aeropuerto anticuado de París
Al aterrizar en Orly, empiezas a seguir los carteles “Flights connections” y voilá, apareces en la calle ? Sí, sí, en la calle.
Subes a la primera planta que es donde están las salidas. Mucha cafetería, mucha tienda, mucha gente, pero ni un maldito cartel que ponga “Passports control”.
Preguntas al personal de aeropuerto y ¡ooooh! otra sorpresa, prácticamente nadie habla inglés.
Tras pasar el control de pasaportes y el arco de seguridad, llegas a una sala sucia, destartalada y atestada de gente con un bar y una tienda de duty free a precios desorbitados.
Los servicios en la planta abajo, con acceso mediante escaleras ¡muy bien pensado para las personas con problemas de movilidad!
No sé, este no es el París glamuroso y cosmopolita que uno se imagina.
Anécdota en la terminal de Paris-Orly
Algo empezó a mosquearme, los avisos acústicos todos en francés y sólo en francés…
La puerta de embarque de mi vuelo estaba pegada al vuelo con destino Nueva York que salía a la misma hora.
Cuando nos tocó embarcar, los pasajeros de ambos vuelos nos tuvimos que mezclar en una sola fila por la falta de espacio en la sala. Un auténtico caos.
Los americanos, un matrimonio holandés, mis amigos y yo nos mirábamos los unos a otros con los ojos como platos sin entender nada.
Vuelo a Fort de France
El vuelo a Fort de France fue cómodo, la verdad.
Mantita, almohada, antifaz para dormir, pantalla de entretenimiento en el asiento con mogollón de pelis, comida, bar de bebidas… lástima que la tripulación no hablara inglés 🙁
Pasaba la azafata y te decía ¿café o té?, decías café y te ponía té. A la siguiente ronda, decías Coca Cola Light, ¡pum! Fanta Naranja y así todo el vuelo… esto es la famosa mala leche francesa.
Yo que pensaba que siendo trilingüe en español, inglés y alemán no iba a tener problemas de comunicación ¡ay, que inocente soy!
Dos días después, recibí un email de Air France para rellenar una encuesta de satisfacción. Les puse a caer de un burro por el caos del embarque y lo del idioma del personal de tierra y de la tripulación.
El resort
Al aterrizar allí estaba el chófer esperando. Llevó las maletas al coche y nos dio bebidas para el camino.
Cruzamos la isla camino al sur.
Nos fue explicando por dónde íbamos, los puntos turísticos, etc por supuesto todo en francés. Vamos que no nos enteramos de nada, ggggggrrrrrr
En el resort nos recibieron con un coctel y acto seguido nos hicieron un recorrido por las instalaciones, mientras nuestras maletas eran llevadas a nuestras habitaciones.
Tres kilómetros de playa, pistas de tenis, campo de fútbol, muelle con yate, catamaranes y lanchas, zona de windurf, kitesurf, kayak, pesca, ski acuático, piscina, gimnasio, restaurantes, spa ….
Martinica
Las playas de arena blanca y agua turquesa son de auténtica postal.
La isla es montañosa con un frondoso bosque tropical con un colorido tan espectacular, que no me extraña que Gaugin encontrara aquí la inspiración para algunos de sus cuadros.
También es llamada la Isla de las Flores. No he visto tantas orquídeas en mi vida.
Quizás por eso Cristóbal Colón quedó hechizado cuando puso los pies en la isla allá en el año 1502.
Además, está el Monte Peleé que es volcán activo y esto tiene su puntito de aventura porque ¿y si estás allí, explota y tienes que salir corriendo a tirarte al mar de cabeza para no quemarte como si estuvieras en Pompeya?
Estas cosas pasan, no olvides que recientemente explotaron los volcanes de Islandia, Hawai, Guinea Nueva Papúa y no sé qué isla de Japón.
Turismo en Martinica
No me voy a enrollar con temas turísticos, aunque sí te dejo este enlace con la información de los puntos principales que hay que visitar:
Diré que es un sitio ideal para hacer submarinismo y ver los arrecifes de coral, las tortugas y los delfines.
Espectaculares son los paseos en catamarán.
Se puede hacer senderismo por el interior de la isla o también alguna ruta a caballo o en bici.
Se puede visitar el volcán, una fábrica de ron o comprar artesanía en los mercados locales.
Echa un vistazo a este vídeo 😉
Anécdotas en Martinica
En Martinica amanece a las 6 y anochece a las 6. Yo que soy una dormilona profesional y que se me pegan las sabanas por las mañanas para ir a trabajar, sorprendentemente me he estado despertando a las 6h30.
Desayuno y directa a la playa. He hecho el perro y el vago.
No me ha hecho falta ni levantarme de la tumbona. Los del hotel pasaban cada hora con fruta y bebida. Bueno, miento, me levantaba de la hamaca para refrescarme en el mar.
Me he quemado viva. Exactamente igual que los ingleses. Me he puesto roja como los cangrejos y eso que me fundí dos botes de protección solar del 50 pantalla total para alérgicos al sol.
Mira mi espalda ¡¡¡abrasadita!!! … sí, esa del pareo amarillo soy yo 🙂
A la hora del almuerzo y de la cena otra vez cachondeo francés.
Después de pasar por el bufet de comida criolla y francesa, te sentabas en la mesa, venía la camarera y te preguntaba qué vino querías tomar:
– ¿vin rouge, rose o blanc?
El primer día pedimos rouge y nos pusieron blanc. El segundo rose y nos pusieron rouge. Cada comida la misma historia. Al cuarto día, con una sonrisita adorable, voz suave y en español, le dije:
– ¿para qué preguntas? Nos vas a poner lo que te dé la gana.
Después de disfrutar de las espectaculares puestas de sol, sesión de Spa, que la vida de secretaria es muy estresante, jaja
Esto sí que ha sido relax total:
- masajes decontracturantes, hidratantes y reafirmantes de cuerpo entero.
- tratamientos faciales rejuvenecedores
- manicura, pedicura …
Me han quitado la contractura de trapecios que llevo sufriendo todo el invierno y tengo la piel suave y radiante como nunca en la vida.
Por las noches ¡fiestaaaaa! A bailar hasta tener dolor de pies por los tacones. Aunque sarna con gusto no pica jajaja.
Vuelo de regreso a París
La terminal del aeropuerto por fuera parece un casetón. Entras y reina el caos con colas kilométricas de gente esperando para facturar el equipaje.
No pienses que llevan una maletita. Para nada. Con los bultos que llevan podrían fletar un avión en exclusiva para cada uno de los pasajeros martinicos. Solo los turistas íbamos con maleta.
Cuando llegué al mostrador y enseñé el pasaporte, el señor del check-in se puso a hablar conmigo en español. ¿Te lo puedes creer? Alucinadita me quedé. Me sonaba hasta raro que no hablara en francés.
Una vez pasado el arco de seguridad, la terminal es muy grande, moderna y limpia. Ya quisieran los de Paris tener un aeropuerto como el de Martinica. Al principio del post te hablé del de Orly, pero el de Charles de Gaulle también necesita que lo dinamiten y lo construyan de nuevo 😉
Antes de despegar nos fumigaron porque se habían detectado casos de dengué y chikungunya en la isla.
Seguro que el insecticida llevaba algo para hacernos dormir a todo el pasaje. Caí en coma después de despegar y no me desperté hasta que estábamos llegando ya a Europa a primera hora de la mañana.
He de decir que en este vuelo la azafata sí me habló en un inglés exquisito cuando me despertó para ponerme el desayuno. ¿Habrían leído mi queja?
Anécdota en el aeropuerto de Paris
Aterrizamos a las 08h30 am y otra vez la misma historia de salir a la calle para volver a entrar.
Al pasar por el arco de seguridad, escondido en una esquinita de la terminal, nos confiscaron las botellas de ron. Claro, son líquidos ¡unos auténticos delincuentes!
Tengo problemas respiratorios, por eso, llevaba mi bolsita con medicamentos, informe médico y recetas. No fueran a pensar que estaba haciendo contrabando de psicotropicos, opáceos o algo así.
Me pusieron mala cara y me preguntaron en francés, para variar, qué era lo que llevaba ahí:
– Medicinas ¿no lo ve? Haga el test de drogas y trabaje un poco, hombre, ¿quiere el informe médico?
– ¿Medicines?
– Sí, asma, inhaladores.
– Ok, madame
Que los franceses serán muy chulos, pero los de Madrid también tenemos fama mundial por lo mismo 🙂 Tonterías las justas, jaja.
La sala de espera era completamente distinta a la del vuelo de ida. Esta era un poco más moderna, amplia y limpia.
Había azafatas en forma de holograma, indicando las puertas de embarque y alucinantemente hablaban inglés ¡wow!
El servicio, por cierto, estaba en la misma sala. ¡Qué curioso!
Llegada a Madrid
En el vuelo Paris – Madrid no había familias jajaj Debían estar secuestradas en EuroDisney. Tampoco había apenas turistas.
La mayoría eran ejecutivos. Fue un vuelo tranquilo.
Cuando llegamos a Madrid las 14h00 ¡bofetón de calor! ¡40 grados! Alerta amarilla por ser uno de los días más calurosos del verano.
Regreso al trabajo
La vuelta a la rutina y al trabajo se hace difícil …
[themify_icon icon=»fa-exclamation-circle» link=»http://» icon_color=»#900c3f»] Lectura recomendada: síndrome posvacacional
Pasados unos días estás igual de agotado que antes irte y solo queda como prueba de que estuviste de vacaciones el bronceado de la piel, las fotos del viaje y los recuerdos.
Elia Brosed
5 septiembre, 2014 @ 21:26
Nenaaa que pedazo de vacaciones y que Post tan bien explicado. Yo que soy Agente de viajes valoro mucho esas explicaciones. Yo vestuario hace 9 años en la Isla de San Martin y flipé, loca estoy por la Martinica. Felicidades!!
Erika Martin
5 septiembre, 2014 @ 21:46
Elia, tienes que ir a Martinica, ¡¡es una pasada!!, a pesar de sus gabachadas jajaja … San Martin tiene que ser la bomba también, de hecho fue una de mis opciones antes de reservar el viaje. Gracias por el comentario, si quieres que detalle más alguna información, no tienes más que decírmelo. ¡¡Besazos!!
Alexandra Proaño
6 septiembre, 2014 @ 14:25
¡Qué maravilla! ¡Parece un destino excelente! Tomo nota para futuras vacaciones 🙂
Erika Martin
6 septiembre, 2014 @ 17:28
Sí, Alexandra, es un sitio idílico 😉
Maria Del Socorro Duarte
6 septiembre, 2014 @ 17:47
Me encanta que te hayas tomado de vacaciones pero me encanta mucho más tenerte de vuelta.Bienvenida amiga,besitos..!!!!
Argonauta Dalianegra
6 septiembre, 2014 @ 21:16
A ver, repito el comentario más o menos, porque justo cuando lo iba a publicar se me fue la luz por una tormenta tormentosa.
Vaya cómo vivís las secretarias de "Publica tu blog", hay que ver qué nivelazo, chica, wow!!!
La Martinica la conozco de documentales de las guías Pilot, pero nunca he estado en las Antillas, aunque sí en el Caribe, en México, Guatemala, y también en Belice, durante 3 viajes que realicé a estos países. Si bien disfruté de esas maravillosas playas de arena fina y pálida y de sus inolvidables aguas turquesas, los viajes tuvieron el objetivo principal de hacer la Ruta Maya, porque ni mi marido ni yo somos muy de estarnos quietos, y amamos la arqueología, pero es cierto que los pocos días que disfrutamos de la playa, los pasamos de lo lindo.
Respecto al francés, los países francófonos son muy chovinistas, y rara vez sus habitantes hablan otra lengua que no sea la materna (incluyo sobre todo a Francia en esto que digo). Por eso es esencial saber algo de francés para viajar por estos lugares. Yo estudié inglés, pero 3 meses de francés que hice durante un curso de verano, me vinieron de perlas cuando me decidí a viajar sola con mi marido por Túnez y Marruecos en los años 2008 y 2009. Gracias a eso podíamos leer los carteles de carretera, que sólo venían en árabe y en francés, y hablar con los lugareños. Sólo una vez en Túnez encontramos una persona que hablaba inglés, y fue porque era policía turístico, jeje.
Bueno, feliz regreso a casa, Erika, y no te deprimas porque ya no tengas delante ese delirio turquesa, piensa que siempre podrás regresar…
¡¡¡Besos!!!
Daniel Madrid
6 septiembre, 2014 @ 23:29
Gran articulo. No me importaria vivir en un sitio asi, quizas con menos comodidades, pero 100% calidad de vida!!!
Erika Martin
7 septiembre, 2014 @ 10:11
gracias, Maria :)) besitos
Erika Martin
7 septiembre, 2014 @ 10:20
Mayte, vaya viajes que te metes tu también ¿eh?. El mio lo financié de lo que le siso a Juan Carlos en la compra de medallas de chocolate jiji … hablando en serio, lo que me resultó chocante es que en un aeropuerto internacional de una gran capital europea no se hablará inglés. Lógico que en los mercadillos locales o la gente por la calle no lo hablara. Lo mismo pasa en España. Aunque en Madrid coges el tren de cercanías para ir de un pueblo a otro y te dan tambien el aviso en ingles. Cuando hay eventos internacionales pej visita del Papa, te los dicen ademas en francés, en italiano y en alemán.
Intentaré no deprimirme, gracias por el comentario. ¡¡besazos!!
Erika Martin
7 septiembre, 2014 @ 10:25
Cierto, Daniel, a mi tampoco me disgustaría vivir en un sitio así. Allí no vi el ritmo de vida acelerado y estresante que tenemos en Madrid. Besos
Pedro Fabelo
7 septiembre, 2014 @ 11:12
Hola Erika. He llegado a tu blog a través de la publicación que hiciste en Google+ de este post y me lo he pasado bomba leyendo tus anécdotas. Al acabar de leer el artículo que me trajo hasta aquí (tu vuelta a la rutina laboral), he pensado que tal vez consiga que tu vuelta al trabajo sea algo menos traumática enlazándote al último post que acabo de publicar en mi blog. Cuando leas el post lo entenderás. Saludos.
http://pedrofabelo.blogspot.com.es/
Erika Martin
7 septiembre, 2014 @ 16:43
Hola Pedro, que guay que te haya gustado mi blog. Sí que me has quitado un poco el trauma de la vuelta al trabajo, tu blog está ¡¡fenomenal!!. Y esos jefes románticos… sí, sé de lo que hablas jajaja. Te leeré a partir de ahora. Saludos
Johann Sparragus
7 septiembre, 2014 @ 23:53
Están muy atrasados los franceses con sus aeropuertos. Han quedado obsoletos.
Me alegra tenerte de vuelta.
Viajar es agotador. Siempre se necesita una semana de vacaciones para descansar de las vacaciones.
Saludos.
Erika Martin
8 septiembre, 2014 @ 18:21
Johann, tu como experto en viajes, sabes mejor que nadie cómo son los aeropuertos franceses.
Más me alegra a mi, regresar y pasearme por tu blog, soñando con ir algún día a alguno de los sitios que expones
http://portierraporlatierra.blogspot.com.es/
Te dejo, voy a preguntarle a mi jefe, si me puedo ir otra semanita de vacaciones, aún no me recuperé del jet lag.
Besos
bardo
9 septiembre, 2014 @ 06:54
Hola Erika, me alegro de tus merecidas y disfrutadas vacaciones, se te echaba de menos por estos lares… Me hace gracia lo de los idiomas, solo hablo el español y cuando viajo fuera, hablo con el dedo y algún verbo que otro en inglés usando infinitivos…en fin, se ríen, me río, es muy divertido y aún no me he perdido.
Un cordial saludo.
Erika Martin
9 septiembre, 2014 @ 18:55
Hola Bardo!! esa es la supervivencia del turista … hablas a gritos para que te entiendan mejor, te conviertes en mimo y sacas las 3 palabras básicas de ingles que recuerdas del cole, pronunciándolas mal por supuesto y al final, llegas a los sitios, comes y bebes ¡objetivo conseguido! jajaja
¿Me echaste de menos? aiiisss, qué ilusión, esto me motiva a seguiros contando mis historias.
Muchas gracias por tu comentario. Besos
David José Rojo
17 septiembre, 2014 @ 01:27
Erika jajajajaja extrañaba tus post. Como siempre me robaste sonrisas jajajaja. Suena divertido, delicioso y exótico. Espero ir un día. Y aunque es tarde ¡Bienvenida a la rutina! voy a leer el otro post. Saludos y abrazos.
Erika Martin
17 septiembre, 2014 @ 20:37
Daviiiiid!! cómo me alegra verte por aquí :)) sin duda es un sitio fantástico al que merece la pena ir. Besazos