¿Y tú qué propones?
Trabajé en una empresa en donde uno de los directivos estaba siempre súper ocupado, es decir, desaparecido del mapa con todos los temas de su departamento paralizados a la espera de su decisión o aprobación. ¡Qué pesadilla!
La complicada vida de un directivo
¿Has visto a los famosos en la tele que siempre van hablando por el móvil cuando les persiguen los paparazzi? Pues éste era igual.
Siempre estaba dando paseos arriba y abajo por el pasillo hablando por teléfono y la gente de su equipo persiguiéndole:
– Paco ¿hablamos cuando cuelgues?
– ¡Puff! ahora no … va para largo, te aviso
Aunque tenía despacho, estoy convencida que salía al pasillo para que toda la plantilla viera lo solicitado que estaba. Si nadie atención, entonces subía el tono de la voz hasta captar la atención de todos.
Siempre di por hecho que todo ese estrés y hacer ver a los demás era fingido. Es la técnica clásica para hacer el vago aparentando que eres un trabajador de alto rendimiento
Lectura recomendada: Manual para hacer el vago en la oficina
Estaba tan atareado y agobiado que tenía la cara pálida y desencajada. No me extraña, tenía una agenda llena de compromisos que le obligaban a ir corriendo a todas partes:
- Reuniones
- Comidas con clientes
- Viajes de negocios
- Eventos: conferencias, networkings, afterworks, etc
Casi no pisaba la oficina y cuando lo hacía, aparecía por su despacho a última hora de la tarde. Justo en ese momento en el que todos nos íbamos a casa ¡vaya, qué casualidad!
El complicado día a día de los miembros de su equipo
Tener un jefe súper ocupado hacía que los miembros de su equipo apenas pudieran despachar temas con él.
Para preguntarle algo había que pillarle al vuelo y al final conseguías hablar con él en:
- El pasillo de la oficina
- El ascensor del edificio
- En la calle mientras se fumaba un cigarro y tú te tragabas el humo
Es decir, lugares en donde no tenías ningún tipo de privacidad y donde no podías comentar temas sensibles o confidenciales de la empresa o alguna tirantez con algún compañero.
Cualquiera que pasara por allí podía oírle. Así que no podías hablar de ciertos temas, algunos de los cuales eran importantes para el negocio, las ventas y la coordinación del trabajo en equipo.
La audiencia con el directivo súper ocupado
Cuando por fin conseguías que te diera audiencia en su despacho era cuando:
- las decisiones sobre los temas pendientes ya no se podían demorar más
- o cuando ya estaba paralizada la actividad del departamento.
Entrabas en el despacho y le contabas tus dudas, mientras él respondía emails, miraba mensajes en el móvil, leía documentación e incluso se ponía a hablar por teléfono.
Cuando acababas de ponerle al día y esperabas a que te diera alguna indicación respondía:
– ¿Y tú que propones?
Y se te quedaba una cara de alucinado que no te cuento.
El arte de no tomar decisiones
Los gurús y coachers de las escuelas de negocios y de RRHH enseñan a los jefes a formular esta pregunta porque con ella se consiguen varios objetivos:
- Dar la oportunidad al empleado proponer ideas o soluciones
- Que el empleado se crea que sus ideas son buenas
- Que se sienta apreciado y valorado, lo que se traduce en motivación, proactividad, sentimiento de pertenencia y compromiso con la empresa
No digo que lo anterior sea mentira ¿eh?
Pero en un 95% de los casos es una técnica perfecta para que los directivos súper ocupados (y súper jetas) no tomen decisiones ni se impliquen en el día a día del departamento.
«¿Y tú que propones?»
La pregunta favorita de los directivos incompetentes
La técnica de manipulación psicológica perfecta
La preguntita es un arma de doble filo.
Si no propones nada, tu jefe te hará sentir como una persona poco proactiva y resolutiva. Y claro, tal como está por ahí fuera la cosa con el desempleo, tú verás si quieres perder el trabajo o no.
Por otro lado, si sugieres soluciones, te va a caer un marrón. Continuando con Paco, cuando le sugerías algo, te respondía:
– Vale, quién mejor que tú para desarrollarlo e implementarlo … al fin y al cabo, la idea ha sido tuya; además ya ves que estoy muy ocupado…
Lectura recomendada: 57 frases típicas de jefes
¿Has visto la manipulación? No solo no te ayuda, si no que eres tú el que te tienes que buscar la vida y solucionar los problemas. Si no lo haces, encima serás un inútil a los ojos de tu jefe.
«¿Y tú que propones?»
La estrategia perfecta para soltar marrones a otros
La técnica de intentar atribuirse los méritos de otros
Lo más habitual es que tu jefe entre en la junta de accionistas o en el comité de dirección y exponga la idea que le sugeriste y que te estás encargando de llevar a cabo.
Pueden ocurrir dos situaciones distintas mientras están todos los jefes comiendo bollos y viendo los gráficos de colores de la presentación de tu jefe en la pantalla de la sala reuniones.
Lectura recomendada: ¿Cómo triunfar en una reunión?
Opción A
Colegas, actualmente se está implementando este proyecto en mi departamento.
El resto de los directivos responde:
– ¡Buh! qué mala idea, no lo veo. Esto no va a darnos los beneficios que nos marcaron los accionistas a principios de año.
– Bueno, fue Fulanito el que la propuso y directamente se puso a trabajar en ello. Yo la verdad, es que me enteré ayer cuando preparaba la reunión. Tampoco lo veo muy acertado.
– Pero ¿cómo se le ocurre a Fulanito? ¡despídele! Ese proyecto nos va a llevar a la quiebra.
– Sí, lo haré.
Al salir del comité, llamaba a Fulanito al despacho:
– Fulanito, me has hecho hacer el ridículo, tu idea es una mierda, esto es intolerable ¡despedido!
Es decir, como la idea no tiene buena acogida, tu jefe te echa las culpas, no te defiende y te vas al paro.
Opción B
Paco exponía y los demás respondían:
– Fantástica propuesta. ¿Cómo no se nos habrá ocurrido antes a los demás? Tío, eres un crack. Recuérdame que te suba el sueldo a principios de año.
– Sí, bueno, era evidente que lo que necesitábamos para duplicar la tasa de beneficio era esta medida tan simple de desarrollar. Gracias por el aumento.
Salía del comité y no daba el feedback a Fulanito sobre si su proyecto había tenido buena acogida o no. Éste le tenía que perseguir para descubrirlo. Cuando por fin conseguía preguntarle:
– Ah, sí … la propuesta ha sido aceptada por el comité de dirección. Venga, ponte manos a la obra …Y le daba una palmadita en la espalda. Punto.
¡¡Un momentoooo!! ¿no echas de menos algo? Te lo voy a resumir:
- Paco no confiesa que la idea no es suya
- Se cuelga tu medalla y se lleva un aumento de sueldo
«¿Y tú que propones?»
La mejor forma de colgarse las medallas de tu equipo
¿Cómo esquivar la dichosa pregunta?
Tal y como acabas de leer en los párrafos anteriores, tu siempre pierdes en este juego:
- Tienes que buscarte la vida para resolver tus problemas
- Tu jefe no te va a felicitar ni valorar porque ser proactivo y resolutivo es tu trabajo
- Si la cagas, te vas a la calle.
Es importante saber cómo responder a la pregunta para que tu jefe sea el que asuma su papel de líder, que para eso le pagan ,jajaja
Yo cuando me encuentro en mi camino con un jefe como Paco, mi respuesta es:
– ¿Que qué propongo? Pues le he estado dando vueltas al asunto, no te creas. Ya sé que estás ocupadísimo. Sin embargo, es que no logro encontrar una solución … así sin datos presupuestarios, no sé qué podría ser más rentable para la empresa. Por eso, he venido a que me guiaras con alguna recomendación. Me encuentro un poco perdida.
Todo esto poniendo cara de rubia retrasada mental … el lenguaje corporal siempre debe acompañar a las palabras para reforzar el mensaje … Ya ves, yo también asisto a cursos de asertividad para empleados.
Si eres jefe, nunca abuses del «¿Y tú qué propones?»
Darle la oportunidad a tu equipo de proponer ideas es fantástico. Sin embargo, una cosa es escuchar y otra es no tomar nunca decisiones y desentenderse de todo.
Abusar de esta táctica de delegación puede hacer que tu equipo:
- Te vea como un incompetente
- Se frustre por tener un jefe ausente física y mentalmente.
- Se queme porque está haciendo un trabajo que no le corresponde y que tú no vas a agradecer ni a premiar de ninguna forma
Muchos jefes no reconocen ni valoran el buen trabajo por varios motivos:
- Miedo a que alguien les haga sombra y se queden sin silla en el despacho
- Evitar que solicites un aumento de sueldo o una promoción laboral
La incompetencia es tanto más dañina, cuanto mayor sea el poder del incompetente – Francisco Ayala
Tarde o temprano las personas más válidas del equipo terminarán dejando la empresa, en busca de nuevos entornos profesionales en donde sí se les valore. A pesar de lo mal que está el mercado de trabajo, hay vida más allá de las cuatro paredes de la oficina.
¿Y tú? ¿propones soluciones a menudo a tu jefe?
¿te lo valora o se queda con tus medallas?
Imagen destacada del post vía Shutterstock
kader
25 septiembre, 2014 @ 19:30
Ya ves, los que manda, piden opiniones a los de abajo!!! no me extraña que hay gente que merece estar en lo alto para echar a los jefillos jajaja saludos. buena entrada.
Erika Martin
26 septiembre, 2014 @ 19:37
Sí, Kader, hay muchos jefecillos que se aprovechan de su cargo para atribuirse los méritos de su equipo. ¡puff! Saludos
Jordi Núñez
27 septiembre, 2014 @ 07:07
Hay tantos de estos….. Pfffff. Saludos Erika
Erika Martin
27 septiembre, 2014 @ 11:39
Hay muchos, Jordi, qué pena. Saludos
Anónimo
28 septiembre, 2014 @ 20:37
Durante treinta años he visto de cerca ese paisaje que pintas. Los más pelotas y chivatos triunfan; los de verdadera valía son despreciados, pero sus propuestas siempre las aprovecha algún jefecillo para colgarse él los méritos. Ánimo Erika.
Tero Madrid
Argonauta Dalianegra
28 septiembre, 2014 @ 23:12
A mí no me lo reconocen, buaaaaaaaaaaaa, jaja, claro que el jefe es mi marido y luego cuando llegamos a casa duerme en el felpudo como poco, jeje.
Estupenda entrada, querida Erika, la comparto gustosa. Besos y muy feliz inicio de semana.
Erika Martin
29 septiembre, 2014 @ 17:44
En 30 años habrás vivido de todo ¿verdad?. Mi experiencia laboral no es tan amplia como la tuya pero, en este tiempo, tengo más que comprobado que los trepas, chivatos y mentirosos son los que ascienden.
Muchas gracias por tu comentario, Tero. Saludos.
Erika Martin
29 septiembre, 2014 @ 17:47
jaaja eso, en el felpudo, muy bien, ¿qué se habrá creído tu marido? jeje, Mayte.
Muchas gracias por tu visita. También te deseo una semanal fenomenal.
Chloe Rar
30 septiembre, 2014 @ 00:06
Por fin puedo comentar :). A ver, yo estoy como practicante pre profesional en una empresa textil, importan hilados, telas y exportan productos derivados. Mi jefe, es algo parecido a Paco, supongo que lo hace para probar mis capacidades, eso me pone bastante nerviosa. Pero no ha tomado crédito gratis de mis ideas, tiene algo de ética el hombre 🙂 . Pero como ya estoy dentro hace casi un mes, estoy sufriendo con los temibles cotilleos empresariales y no hablan muy bien de él, tendré que conocerlo por mucho más tiempo para saber si lo que dicen es cierto. Excelente post Erika. Besos y abrazos 🙂
Erika Martin
30 septiembre, 2014 @ 18:28
Hola Chloe, preciosa!! gracias por unirte al debate.
Verás, el personaje de Paco es universal y se encuentra en muchas empresas.Al menos en tu caso, te reconoce el mérito y eso ya es mucho.
Te recomiendo que no hagas mucho caso a los cotilleos y rumores. Siempre hay gente trepa que intenta desacreditar a los demás. Deja que pase el tiempo y formate una idea de cómo es por tu relación con él, no por lo que te digan los demás.
Cindy Groulx
5 octubre, 2014 @ 23:42
Hola, he encontrado tu blog y sólo desearía darle las gracias en mí dirigir aquí
Tener una noche maravillosa Erika.
Erika Martin
8 octubre, 2014 @ 17:16
Hola Cindy, gracias por leerme. Te deseo un día maravilloso a ti tambien.
Larrú
23 octubre, 2014 @ 18:20
Yo he llegado al punto de no decir nada a mi jefa. Porque una vez nos dijo así abiertamente, que si lo que ibamos a decir era en pro de la empresa bien recibido, si era algo negativo o que a ella no le gustaba que nos callaramos…
Una p…. dictadora, basicamente.
Tiene toda la razón, en general los jefes son unos manipuladores.
Y aprovechados.
Besitos reina!
Erika Martin
23 octubre, 2014 @ 18:24
Alucinante, Larrú, vaya joyita de jefa que tienes.
Es verdad, si les dices a los jefes algo que no les gusta, te vuelves en la oveja negra. Si no propones ideas para evitar que te quiten el mérito, entonces te falta iniciativa. El caso es que los de abajo siempre salimos perdiendo.
Me alegra mucho que me hayas regalado un comentario.
Besos, preciosa!!
Las Gemelas del Sur
13 febrero, 2015 @ 18:07
Tema muy delicado el de las ideas y su copyright, hasta entre compañeros.
Besos.
Erika Martin
13 febrero, 2015 @ 18:15
Es un tema super delicado este de ponerse las medallas de los demás, Gemma. Y ademas crea unos malos rollos …
Besos
Esteban
18 junio, 2017 @ 18:53
Hola a todos, yo creo que esto es un caso tipico de corrupción, similar a los casos políticos que salen en las noticias y creo que la solución es la misma que en la política, es decir, sacar a la luz la corrupción, tal y como hace la prensa. De ese modo se desbarata estas mecidas de los paquitos
Erika Martin
20 junio, 2017 @ 16:07
Hola Esteban,
gracias por darnos tu opinión. No lo había pensando desde tu punto de vista. Supongo que los políticos son como los directivos, se apropiarán de las ideas de los demás para subir puestos en su partido y llegar a diputados o presidente.
Me temo que la cita de Fco. Ayala sobre la incompetencia es válida para directivos y políticos.
Saludos