¿Visa, AMEX o MasterCard?

Una de las decisiones más trascendentales de la vida de un alto ejecutivo es elegir con qué tarjeta de crédito pagará sus reservas de viaje.

Sí, lo sé, tu pensabas que era el plan de ventas, el de comunicación o la gestión del personal, perdón, talento.

Piensa que los directivos se pasan el día viajando y que necesitan hacerlo con todas las comodidades posibles.

Estas comodidades las consiguen acumulando puntos y millas con el uso de las tarjetas de crédito y las tarjetas de afinidad de hoteles, empresas de alquiler de coches, etc.

Echa un vistazo a esta escena de la película Up in the Air

Quizás pienses que la escena es exagerada. Lo siento, vuelves a equivocarte. La realidad supera la ficción y los directivos son como niños de 5 años coleccionando cromos en lo que se refiere al uso de estas tarjetas.

A la hora de hacer una reserva de viaje no solo es complejo elegir horario y compañía aérea, además hay que pensarse mucho si se paga con Visa, AMEX o MasterCard.

Tú, como eres un pobre desgraciado, solo tienes una tarjeta de crédito o incluso ni si quiera eso. De modo que tienes claro cómo pagar tus reservas, pero para un directivo se convierte en todo un tragedión.

¿Visa, Amex o MasterCard?

Una vez que mi jefe ha decidido el vuelo en el que quiere viajar, viene la segunda parte del trámite de una reserva de viaje:

– Erika, paga con la tarjeta Visa
– Ok

Cuando empiezo a rellenar el formulario de compra en la web, viene corriendo a mi mesa:

– ¿Has metido ya los datos de pago?
– Estoy en ello
– Pues paga mejor con MasterCard

Empieza el mareo.

Pasados unos segundos, regresa:

– Erika, espera. Estoy pensando que mejor pagues con AMEX. Así sumo puntos.

Guardo la compostura y sonrió cándidamente como si nada, pero por dentro me hierve la sangre y se me pasan por la cabeza todas las palabrotas que me sé en varios idiomas.

Empiezo a introducir la numeración de la tarjeta AMEX en el formulario y …

– Ahora que lo pienso, Visa me pasa el cargo el 27 de cada mes y AMEX el 23 – Pausa – sí, mejor Visa que para entonces ya habremos cobrado y tendré saldo.

Pero vamos a ver, eso lo puedo decir yo que no tengo donde caerme muerta pero ¿él, que gana una pasta? Yo alucino.

En este punto yo ya no tecleo nada. Le conozco como si le hubiera parido. Sé que va a cambiar de opinión otra vez:

– Erika, no estás tecleando. Corre, haz la reserva que me voy a quedar sin plaza.
– Visa a la de una, visa a la de dos …
– AMEX, AMEX

¡Qué pesado!

Termino de pagar y cuando ya tengo la confirmación de la reserva en pantalla, pregunta:

– ¿Has metido la tarjeta de afinidad de la compañía aérea, verdad?
– Sí – ¿cómo olvidarlo? le va la vida en ello 
– Genial, con las millas de este billete seguro que llego a la tarjeta platino y con ella puedo aparcar en el parking vip gratis.

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¿Coleccionas cromos tarjetas de afinidad?

¿Cómo pagas tus reservas de viaje?

Imagen destacada Directivo dubitativo vía Shutterstock