Hay una creencia popular en mi oficina, según la cual cuando mi jefe está de viaje, yo no pego ni golpe en todo el día.
Poco importa si al día siguiente hay una rueda de prensa, tres reuniones con clientes o si no para de sonar el teléfono. Da igual, mi jefe y mis compañeros piensan que ese día me dedico a calentar la silla.
Cuando el gato no está, los ratones se van de fiesta
Ya te conté lo pesadito que se pone mi jefe en los viajes en carretera. Me llama por teléfono cada 5 minutos.
Pero lo peor, sin duda, es cuando viaja en avión porque esos tiempos de espera en la terminal son eternos y le dan para pensar, para leer correos, para trabajar en una presentación, etc.
Estudio Sociológico
Fíjate cuando estés en un aeropuerto. Verás que los hombres de negocios están siempre escribiendo en su portátil o tablet y/o hablando por teléfono.
Pensarás que está cerrando algún trato con algún cliente o haciendo alguna gestión súper importante para que no quiebre la economía mundial.
En realidad, en un 95% de las veces está escribiendo emails a su secretaria o bien llamándola por teléfono. ¿No me crees? Pues la próxima vez que estés en un aeropuerto, acércate disimuladamente a uno de estos señores y cotillea 🙂 Ya verás cómo tengo razón.
Esta prueba siempre la hago cuando viajo para comprobar si mi jefe es un pesado o es que todos los directivos son así. Es mi pequeño estudio sociológico.
El bombardeo a emails y llamadas
A mi jefe no se le ocurre ir al Duty Free o leer el periódico o una revista como hamos el resto de los mortales.
Él me bombardea a emails o llamadas:
– Erika, ¿donde me espera el chófer cuando aterrice?
– En donde siempre esperan todos, en la sala de llegadas, tras pasar el control de aduanas.
– Pero ¿dentro o fuera de la terminal?
– Dentro, dentro … (¡qué paciencia, ni que fuera la primera vez en su vida que le espera un chófer)
A los dos minutos:
– Erika, ¿me mandaste los datos para la reunión?
– Sí, los tienes en tu correo. Los inserté en la cita de tu agenda electrónica. Solo con pinchar en ella, accedes a los datos. Y ademas te los di impresos, junto con las reservas de viaje.
Unos instantes después:
– Erika, ¿dónde es la reunión de esta tarde?
– Lo tienes anotado en tu agenda electrónica.
A veces me preguntó para qué le preparo un dossier con todos los detalles de su viaje de negocios. Parece ser que nunca se lo mira …
Ring, ring:
– Erika, soy yo.
– Ya lo sé, lo veo en el display (ggggrrr)
– ¿Quién asiste a la reunión de esta tarde?
El otro día hice estudio estadístico -> En apenas 30 minutos, me llamó 15 veces y me envió 20 correos
Mira que en cada llamada le preguntaba «¿algo más?» y él «no, nada más». Colgábamos y al segundo ring, ring.
Y entre llamada y llamada, pum, email. ¡Qué pesado!
Las salas vip del aeropuerto
Las salas vip de espera de los aeropuertos deben ser auténticos remansos de paz que les permiten concentrarse, trabajar tranquilamente y, de paso, perder la noción del tiempo.
Un día estaba tan concentrado, que no se enteró que el pasaje había embarcado y despegado el avión.
Desde entonces, cada vez que me llama, le meto un poco el dedo en el ojo jeje:
– Sí, sí, ya he cerrado la conference call a las 16:00 … y, hablando de horas, en 15 minutos despega el avión, estás ya en la cola de embarque ¿verdad? recuerda aquella vez cuando perdiste el vuelo.
El priority track
Cuando estás constantemente viajando, empiezas a coleccionar tarjetas de afinidad de compañías aéreas y de hoteles. Con ellas vas sumando puntos y obtienes descuentos o la ventaja de sacar una tarjeta de embarque con priority track.
Esto es un acceso preferente a la hora de subir al avión. Es decir, entras antes que los padres con niños pequeños y que el resto de la chusma (perdón, del pasaje).
A mi jefe le ocurre lo mismo que cuando está en la sala vip. Llaman a embarcar pero él está llamándome y escribiéndome emails, sin prestar atención a lo que dicen por megafonía. De modo que termina entrando el último al avión. Ring, ring:
– Erika, pon una queja, no sé para que sirve el priority track si todos suben antes que yo.
Una vez en el avión …
Sube al avión y la pesadilla de las llamadas continúa. Se ha vuelto un quisquilloso y cualquier cosita le molesta. No se puede aguantar, tiene que llamarme tal y como te cuento en cosas molestas durante un vuelo
Y mientras en la oficina …
Mientras en la oficina, siempre pasa algún gracioso por mi mesa:
– Erika, qué relajadita estás hoy ¿eh? como se nota que no está el gran jefe …
– Erika, hoy no tienes nada qué hacer ¡qué suerte!
Estas frasecitas me cabrean mucho, la verdad. ¿Qué pasa? ¿no hay un mañana? ¿no hay que planificar reuniones la próxima semana? ¿no hay que preparar informes? Pero si trabajo más cuando mi jefe no está en la oficina 🙁
Ya te estoy contando que mi jefe no para de llamarme.
Poco importa si estuve todo el tiempo en mi mesa porque justo en el momento en el que me levante al baño, me llamará. Como tiene memoria para lo que quiere, pensará que me he pasado todo el día sin hacer nada, en vez de respondiendo sus mensajes.
Yo ya he mirado debajo de mi silla. Creo que me ha puesto un sensor y en cuanto me levanto, le salta una alarma y me llama. No lo he encontrado, por eso, estoy segura de que debe ser un sensor de espionaje de la CIA de alta calidad.
De modo que ahí estoy, aguantándome las ganas de miccionar hasta que el avión despega. Imagínate la pesadilla cuando el avión tiene horas de retraso. No quiero ni pensar el día que haya wifi en todos los aviones. Iré a trabajar con una sonda urinaria.
Conclusión
Es falsa la creencia popular de que cuando el jefe no está en la oficina, la secretaria hace el vago todo el día.
Quizás esa idea te viene de que eres tú el que hace el vago y te piensas que los demás también 😀
Lectura recomendada: Manual para hacer el vago en la oficina
Debe de ser este el motivo por el que cuando tu jefe está de viaje y no te localiza en tu sitio, termina llamando a la secretaria para que vaya a decirte que te pongas en contacto con él urgentemente.
Al final él sabe que la secretaria es la única persona de toda la oficina que está sentada en su sitio currando.
Pedro Fabelo
21 noviembre, 2014 @ 18:23
Por lo leído en tu post la única creencia popular que aún sigue vigente es esa que reza: "Detrás de cada hombre de negocios de éxito hay siempre una excelente secretaria".
-¡Erika!
-¿Sí, jefe?
-Dile a ese gilipollas que no diga más estupideces.
-De acuerdo. Y usted dese prisa o se le escapará el avión…como aquella vez…
-¡Erika!
-Vale, jefe. Ya me callo…
Un abrazo, Erika. Y ánimo. Ya está aquí el fin de semana. Que lo disfrutes.
Erika Martin
21 noviembre, 2014 @ 18:33
Jajaja Pedro, tienes toda la razón, sino fuera por nosotras … porque adivinar qué quiere comer el jefe, tiene tela. Y si luego eliges mal, te la llevas ¡qué paciencia!
Disfruta tu también mucho el fin de semana. Un abrazo
Johann Sparragus
21 noviembre, 2014 @ 20:17
Me matan tus escritos.
¿Que harían sin ti, mi querida?
Buen fin de semana.
Erika Martin
21 noviembre, 2014 @ 21:11
Sin mi la empresa iría a la quiebra jajajaja En serio, muchas gracias por leerme Johann, me alegra mucho saber que te gustan mis entradas.
Muy buen fin de semana para ti tambien
Patricia Duboy
21 noviembre, 2014 @ 21:27
Ya lo habrás comprobado y sí, todos los jefes y tooodos los compañeros piensan igual… Y mi duda es, hacen ellos algo??
Erika Martin
21 noviembre, 2014 @ 22:43
Uff! el jefe aburrido en el aeropuerto. Yo pegándome la gran vida. Y mis compañeros peor todavía haciendo el vago… a ellos no les da la plasta el jefe. Creo que en mi oficina no trabaja nadie jaja
Cindy Groulx
21 noviembre, 2014 @ 23:08
No creo que me gustaría ser una secretaria, creo que el jefe acabaría llevando cesto lata de basura en la cabeza. Tener un fin de semana maravilloso Erika {:o)
Hilda Hurtado
22 noviembre, 2014 @ 07:33
Que jefe que te cargas! Tal vez le dan pánico los aviones , por eso se comporta de tal manera. Jeje De todas formas, pobre de ti, me imagino lo estresante que ha de resultar que el hombre llame, justo cuando te diriges al sanitario, seguro tiene el sensor, no lo dudes o ya que no lo has encontrado , entonces sugiero que busques entre tus bolígrafos, ya que existen algunos con cámara de video incluida y conectada al internet. Jajaja por allí te pilla. Un gran abrazo desde NY y como siempre, he disfrutado tu relato. ��
Erika Martin
22 noviembre, 2014 @ 13:14
jaja Cindy … no, mejor sigue deleitandonos a todos con tus maravillosas historias de los nativos americanos. Que tengas un fantástico fin de semana. Besitos
Erika Martin
22 noviembre, 2014 @ 13:17
No había pensado en esa posibilidad, Hilda, pero ahora que lo dices seguramente es eso por lo que se pone tan pesado. Miraré entre los bolis, a ver si me puso allí una cámara.
Abrígate, he visto en la tele que en NY os llega la nieve a las orejas y mucho cuidado con el hielo.
Gracias por leerme, preciosa. Besos desde el otro lado del Atlántico
Daniel Madrid
22 noviembre, 2014 @ 18:13
Genial Erika!! cada dia te superas con tus articulos. Tienes mucha paciencia!
Erika Martin
22 noviembre, 2014 @ 21:25
Muchas gracias, Daniel … una paciencia infinita jaja
Buen fin de semana!!
Entre suspiros y un café
23 noviembre, 2014 @ 15:48
Qué sería de tu jefe sin ti… jeje.Yo creo que es su forma de decirte que te necesita, muy suya, pero que en el fondo es eso, que necesita tu ayuda y saber que estás ahí 😉
¡Un besazo Erika! Y feliz domingo
Patri.
Felipe Rodríguez
23 noviembre, 2014 @ 17:00
Ja ja ja ¿Qué sería del jefe sin ti?
Si hasta creo que trabajas más cuando él no está, en una de esas que mejor te lleve al viaje de negocios (o mejor aún, ve tu en su lugar que de seguro lo harías mejor) y problema resuelto.
Saludos.
El Estimado
23 noviembre, 2014 @ 23:36
Ajajaja disfruté leyendo su artículo señorita. Y admiro su paciencia. Me divertí en este pequeño diálogo.
Lo peor que puede pasar es que el vuelo se retrase. Eso significa que durante minutos más o incluso horas no te puedes levantar ni el baño de lo plasta que se pone. Así es, en cuanto te levantas, te llama:
– Erika, ¿dónde te metes? claro, como no estoy en la oficina, te levantas a pasillear.
– No, no, es que no aguantaba más y fuí al baño.
– Llevo media hora llamándote.
– ¡Qué exagerado eres! he tardado solo 10 minutos. Regalame una sonda y así podré aguantar 8 horas de tirón sin levantarme de la silla.
Un honor leerle señorita. Saludos.
Hilda Hurtado
24 noviembre, 2014 @ 03:23
Gracias por preocuparte. En efecto en el estado de NY, en algunas ciudades la nieve no daba tregua la semana pasada. En la ciudad de NY, aún no vemos nieve, pero el frío ártico nos ha invadido. Las temperaturas se mantienen debajo de lo normal , es el otoño más frio que hemos tenido en 36 años. Los meteorólogos pronostican un invierno mucho más frío que el anterior, espero que no sea así, porque ese fue un invierno cruel, el más frío en 90 años, la nieve y el frío intenso nos helaban hasta los pensamientos. Te imaginarás salir en las mañanas a esperar el transporte público en medio de ese frío. Terrible. Yo parecía una tachuela, ya que como soy bajita, tenía que ir ataviada de un abrigo largó, botas, dos pantalones, dos sweters, dos camisetas, guantes, gorro y bufanda, a duras penas te podias mover con tanto aparato encima. Jajajajja por eso me encanta el verano, bien dicen por ahí que no hay nada como "Un Verano en NY". Un gran abrazo desde la Gran Manzana . 😉
Juanan G.C.
24 noviembre, 2014 @ 17:25
Que bueno, yo siempre pensaba de que coño hablarían todos esos ejecutivos en el aeropuerto, jajajaja Ahora lo tengo más claro, me cuadra completamente con lo que dice nuestra assitant, claro que esta se queja de todo, de lo que hace y de lo que no hace.
Una cosa, si los demás se creen que estás relajada cuando no están el jefe, dales motivos para pensarlo, diles que sí, que estás en la gloria, jajajajaja., seguro que les corroe la envidia.
Un abrazo!!
Erika Martin
24 noviembre, 2014 @ 19:52
Hola Patricia, en el fondo es bueno que tenga esa dependencia, pues significa que debo estar haciendo bien mi trabajo y por tanto, no me va a largar a paro … pero, ayyy, necesito ir al wc de vez en cuando, ¡jope!
Besazos, guapa. Que tengas buena semana.
Erika Martin
24 noviembre, 2014 @ 19:54
Te lo aseguro, Felipe, trabajo más cuando él no está en la oficina. Nooo, nooo ¿irme con él de viaje? puff mejor voy yo en su lugar jajaja
Bienvenido a mi blog y mil gracias por tu comentario. Me alegraría mucho volver a verte por aquí.
Saludos.
Erika Martin
24 noviembre, 2014 @ 19:59
Estimado,
esa petición de sonda se la he formulado muchas veces a mi jefe, junto con la advertencia de que no levantarme de la silla podría hacer que me salieran escaras y tener que pedir una baja laboral… se lo toma a cachondeo.
Un honor que me haya visitado, leído y comentado. También sería otro honor que volviera por aquí otro día.
Saludos.
Erika Martin
24 noviembre, 2014 @ 20:05
jajaja Juanan, pues ahora ya lo sabes. Los directivos dan el coñazo a sus secretarias, que te no despisten con esos trajes haciéndose los importantes.
¿A vuestra assistant le pasa lo mismo? me lo apunto para mi estudio sociológico jejeej.
¡Ostras! ¡qué buena idea! eso haré, que se lo crean y que se fastidien.
Buena semana. Besos
Erika Martin
26 noviembre, 2014 @ 21:12
Jope, me da frío de solo leerte, Tachuelita mía… me recuerda a cuando vivía en Alemania y venían las olas de frío polares con 20º bajo cero ¡¡puff!! Terrible, horrible, espantoso jaja menos mal que luego la calefacción está a tope a todos los sitios.
Ánimo, que el tiempo pasa volando y, cuando te quieras dar cuenta, el verano habrá llegado a la Gran Manzana.
Besotes
jose carlos sanchez montero
27 noviembre, 2014 @ 07:00
Erikaaaaaaa, un café, Erikaaaaa los papeles de la reunión, Erikaaaaa los pantalones planchados, Erikaaaaaa la pastilla de la tensión, ¿cual es? Erikaaaa hoy me toca acostarme con mi mujer o con mi amante, y si es esto último ¿con cual de ellas?. Todavía me duele la tripa de la risa, perdona pero no tengo otra forma de decirlo más clara. Muy fan tuyo. Felicidades, me ha encantado tu blog 😉
Erika Martin
28 noviembre, 2014 @ 17:01
jajaja Jose Carlos me estoy partiendo de la risa con tu comentario. Así son los hombres que dirigen las empresas y la economía, unos dependientes totales que no saben ni elegir corbata jajaja
Bienvenido al blog, espero verte algún día de nuevo por aquí.
Saludos
Argonauta Dalianegra
30 noviembre, 2014 @ 20:10
Madre del amor hermooosooo, querida Erika! P'a volverse loquita loca. Yo que pensaba que eso de ser secretaria era escribir a máquina y poco más…
Besines y comparto, guapa. Feliz inicio de semana.
Erika Martin
3 diciembre, 2014 @ 18:30
¡vaya por Dios! otra que se creía que estábamos ahí limándonos las uñas jajaja
Mil gracias y perdona por responderte con retraso.
Besazos, Mayte
Erika Martin
14 diciembre, 2014 @ 21:50
Se te había escapado este post, Elia? me cachis!!
Que cachonda, sí, riete, claro como no tienes un sensor debajo de la silla jajaj. Oye, ¿le gustó a tu marido el post?
¡uuf! espero que no llegue ese día.
Besazos, guapa!!
Elia Brosed
14 diciembre, 2014 @ 21:38
Nenaa este no lo había leído!! Estoy llorando de risa todavía!! Se lo he leído a mi marido jajaja. Oye nena algún día se enterará de que tu eres tu no? Jajajaa y no me quiero perder ese post!! Un beso guapa!!
Erika Martin
14 diciembre, 2014 @ 23:42
¡¡guayy que le haya gustado también a tu marido!! mándale un saludo de parte.
Veo que tu jefe era entonces igual que el mio,jajaja
Besos, preciosa
Elia Brosed
14 diciembre, 2014 @ 23:38
Sí le gustó y se reía también!! Me encantan tus anécdotas, me lo paso bomba, me recuerdas a mi hace 20 años que trabajaba para un árabe en una Agencia de Viajes y era increíble, se lo llevaba absolutamente yo jajjajja y las llamadas ni te cuento jajjaja. Un beso guapa!!
Erika Martin
7 enero, 2015 @ 23:12
Isidro, gracias a ti una vez mas por estar ahi leyéndome, besos
Erika Martin
7 enero, 2015 @ 23:14
¿En serio, Larru? Eso me anima porque veo que no soy la única que sufre estas cosas 😉
Gracias por tu visita, guapa!!
Besotes
Isidro Cristobal Del Olmo
7 enero, 2015 @ 23:09
buenas noches genial gracias Erika Martin por esta historia
Larrú
7 enero, 2015 @ 23:09
Como la vida misma, chica!!!! Es que así es… lo sé porque tengo a dos personas cercanas que cuentan anécdotas muy similares a las tuyas;)
Besos reina!!!!
Erika Martin
8 enero, 2015 @ 22:22
Hola Elena,
no te preocupes, a mi también se me escapan muchos de vuestros escritos, todos estamos liados. Por eso, de vez en cuando, vuelvo a compartir mis entradas 😉
Millones de gracias a ti por leerme. Me alegra que te gusten mis aventuras.Suerte en tu viaje a Londres ¡¡que envidia me das!! es una ciudad muy chula, pásatelo muy bien y disfruta. Ya me contarás.
Un abrazo
Elena García Domingo
8 enero, 2015 @ 22:15
Erika, gracias, gracias, gracias, por compartir tus aventuras laborales y menuda paciencia tienes!! Veo que lo escribiste en Noviembre… no lo leí, pero siempre se me escapan algunos escritos, sorry! En febrero viajo a Londres, estaré atenta jajajaj. Un abrazo 🙂
Erika Martin
25 enero, 2015 @ 21:25
Hola Manu, bienvenido al blog.
Hay muchos pero que muchos mitos en la relación jefe-secretaria. Gracias por apreciar que algunos son falsos.
Saludos
Manu cueva
25 enero, 2015 @ 21:18
relaciones jefe secretaría hay tantos mitos, me ha gustado haces bien en abrir los ojos de los demás. Saludos.
Erika Martin
26 enero, 2015 @ 20:36
Ya me gustaría que ocurriera eso jajaja, Alex, pero por desgracia no me puedo levantar de la silla ggggrrr
Alex Palahniuk
26 enero, 2015 @ 20:33
No pegar ni golpe en la oficina cuando el jefe se pira es lo idóneo. Que trabaje Rita, ¿es o no es? Jajajaja
Erika Martin
4 abril, 2015 @ 15:10
Hola Gerard, yo creo que es lo último que apuntas. Los jefes piensan que si no están, la oficina se convierte en una especie de república bananera en donde los empleados no pegan ni chapa. Llaman para asegurarse que todos están en sus puestos currando que para eso nos pagan.
Bueno, las primeras entradas no son mi allá, aunque de vez en cuando re-escribo alguna e incluyo nuevas imágenes.
Gracias por estar ahí siempre.
¡Saludos!
Gerard el Pelusa Hurtado
4 abril, 2015 @ 15:05
Creo que hay veces que llaman hasta por aburrimiento. Otras, las más irritantes, para hacerse el "jefazo" cuando están delante de otros directivos. Como para dárselas de que sin no estoy en la oficina, esto no funciona.
Repasaré tus entradas más antiguas, No tienen desperdicio.
¡Saludos!
Erika Martin
8 abril, 2015 @ 18:35
¿en serio? si no te cuelga es que a ella le molan los crucigramas 😉
Un abrazo, La Luz
La Luz
8 abril, 2015 @ 18:33
Bueno yo por mi parte, solo llamo a la secretaria cuando no me se algún iten del crucigrama que estoy resolviendo.