¿Has tenido piojos alguna vez?
Una compañera del club de las mamás de la oficina me pilló hace unos días por banda en la cafetería y, cómo no, empezó a hablarme de las desgracias de su hijo.
Esta vez la conversación no fue sobre el color del vómito causado por un cólico y tampoco sobre el color de las heces por diarrea. Ahora se trataba de piojos y aquello me hizo recordar el trauma infantil que tuve a los cuatro o cinco años cuando esos seres diminutos invadieron y conquistaron mi cabeza.
Mamá 1 – Erika, mi hijo tiene piojos
Erika – ¿Cómo? Pero tú no te has contagiado ¿no?
Mamá 1 – Estamos desesperados en casa. Los tiene desde hace un par de semanas. No hay forma de eliminarlos y como no lo consigamos pronto al final nos vamos a contagiar todos, incluido el perro.
Erika – Calla, que me están dando picores de solo oírte.
Mamá 1 – Estamos probando de todo, champús, lociones … el pobre no para de rascarse la cabeza y ya se ha hecho hasta heridas.
Erika – Si para ti es una pesadilla, imagínate cómo será para él. La verdad que es muy molesto, yo también pasé por eso de pequeña.
Mamá 1 – ¿En serio? ¿tuviste piojos de pequeña?
Erika – Sí, los tuve. No te imaginas lo que es sentir cómo corretean a sus anchas por la cabeza. Y no sólo el cosquilleo, también son los picores. Fue una pesadilla.
Mamá 1 – ¿Sí? ¿y qué hizo tu madre?
Erika – Una mañana mi madre me estaba cepillando el pelo antes de llevarme a la guardería. De repente gritó: ¡Hija, tienes piojos!
Yo no sabía qué era aquello. Acto seguido cogió las primeras tijeras que encontró por casa y me cortó mi larga melena lacia a lo chico.
Ya te puedes imaginar. Con esas tijeras y sin tener ni idea de peluquería, me dejó a trasquilones. En pocos minutos pasé de princesa a adefesio con esos pelos.
Las lágrimas me resbalaban por las mejillas mientras me cortaba el pelo. Qué disgusto me llevé.
– ¿Cómo los has cogido, hija? Tienes la cabeza infestada …- El tono en el que lo dijo me hizo sentir una apestada.
Ese día no fui a la guardería y por la tarde me prohibió bajar a la plaza a jugar en los columpios con mis amigos. O sea que no son solo los picores, sino también estar confinada en casa como si hubiera hecho algo malo.
Me lavó la cabeza con agua muy caliente y vinagre y me lo dejó reposar durante un buen rato. ¡Qué peste! ¿Cómo iba a bajar a la calle a jugar con ese olor a vinagre que tumbaba a cualquiera en medio kilómetro a la redonda? Después sacó una lendrera con la que me cepilló el poco pelo que me había dejado tras el pelao’
¿Sabías que Ben Affleck y Jennifer Garner y toda su familia no fueron a la boda de George Clooney por tener piojos? El pestazo de los Affleck hizo sospechar a Clooney.
Puedes leer esta anécdota de los Affleck aquí.
A la hora de dormir me puso un gorro de plástico. Qué mal, no podía dormir. Aquello hacía efecto sauna, me sudaba la cabeza y los picores iban en aumento según pasaban las horas.
Durante los días siguientes, al regresar a casa de la guardería, mi madre me sentaba en una silla y empezaba a examinarme la cabeza, exactamente igual que los monos en la selva.
Mientras le contaba mi traumática historia a mi compañera, se sumó a la conversación otra mamá:
Mamá 2 – Sí, debe de haber una plaga. Hemos recibido una comunicación del colegio de mi hija, avisando que han detectado varias niñas contagiadas y nos piden que extrememos la prevención.
Por lo visto, entre niñas se propagan más porque se intercambian los coleteros y las diademas. Además, como se abrazan y se besan, hay más contacto físico entre ellas que entre los niños.
Mamá 1 – Yo a mi hijo le estoy lavando la cabeza con champú anti-piojos y también nos hemos comprado un cepillo que, con luz ultravioleta, supuestamente les hace desaparecer. Lo cierto es que han pasado varios días y no hemos notado apenas resultados.
Mamá 2 – En el colegio nos han dicho que no dejemos de mirarles la cabeza a nuestros hijos cada día de forma preventiva pues ahora en primavera, con la subida de las temperaturas, aumentan los contagios. Según la nota, no hace falta cortar el pelo porque a los piojos les gustan más las cabezas limpias.
Erika – ¿En serio? Vaya, ojalá lo hubiera sabido mi madre. Menudo trauma me llevé cuando me lo cortó a mí.
Mamá 1 – No es normal que en pleno en el siglo XXI todavía estemos con estas plagas. Seguro que los laboratorios farmacéuticos son los que los propagan para vender sus productos.
Mamá 2 – También nos han dicho que los contagios son inevitables y que pasa algo parecido a las picaduras de los mosquitos. Hay gente por la que los piojos se sienten más atraídos, debido a la composición sanguínea.
Erika – Estáis seguras de que vosotras no los tenéis ¿verdad? Yo soy de esas personas que atraigo a los mosquitos, me pican todos.
Mamá 2 – Bueno, yo estoy tranquila. Al lado de mi casa hay un centro de pediculosis en donde en un par de sesiones aproximadamente de dos horas el asunto pasa a la historia. Es genial porque así no estás en casa rezando para no contagiaros todos y tampoco tienes que estar mirándole la cabeza a tu hijo. ¡Qué asco!
Mamá 1 – ¡Cuéntame más! ¿Cómo es el tratamiento?
Mamá 2 – Tras una revisión con una lupa especial, te pasan unos aspiradores especiales por la cabeza y van absorbiendo todos los piojos y liendres. El niño mientras tanto puede jugar con la tablet o el móvil. Después terminan la sesión con un cepillado con lendreras especiales y la aplicación de una loción a base de árbol de té que deja a los piojos sin oxígeno y los asfixia.
No se usan productos químicos por lo que no corres el riesgo de que tu hijo tenga una reacción alérgica como con los champús.
¿Sabías que Shakira se infectó en alguna ocasión de niña y que su madre le fumigaba la cabeza con insecticida?
Al final, ir a un centro de pediculosis, te sale más barato que gastarte el dinero en los champús, las lociones y las lendreras.
Mamá 1 – Tengo que pedir cita urgentemente en ese centro de pediculosis.
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Si bien es cierto que tuve piojos de pequeña, que molestaban como un demonio y que mi madre me traumatizó con el corte de pelo que me hizo, el resto de la historia que os acabo de contar me la he inventado. Nunca existió esa conversación en el trabajo.
Y es que entrada está dedicada al negocio de pediculosis que tenía una buena amiga. Tras sufrir y desesperarse año tras año en casa estas plagas con sus hijas, decidió especializarse y abrir su propio centro de eliminación de piojos y liendres.
Realmente el tratamiento es 100% eficaz y cuesta 30 euros aprox. Sin embargo, mi amiga tuvo que cerrar su negocio porque la gente prefiere el champú anti-piojos y la lendrera de toda la vida.
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Os dejo ya que menuda semanita de picores llevo a cuenta de escribir este post
¿Y vosotros qué? ¿Habéis tenido piojos alguna vez? Venga, confesad 😛
Sil Ra Ara
20 marzo, 2015 @ 18:19
La forma en que cuentas las cosas es súper divertida, aunque el tema es muy serio, para mi sería mortal tener piojos con mis chinos, creo que mi mamá me hubiera rapado, jajaja. Saludos
Holden
20 marzo, 2015 @ 18:40
Yo no, pero una vez los pilló mi prima en el pueblo, y allí vivíamos todos en la misma casa, así que mi madre me estuvo dando esos baños de agua hirviendo con vinagre, por si acaso. Más vale prevenir y oler avinagrado que liendres en el cráneo.
Marigem Saldelapuro
20 marzo, 2015 @ 19:05
Jejejeje. Yo los tuve, y menudo trauma así que me pasé toda la infancia de mis hijos mirándoles la cabeza, lavándoles el pelo con productos para prevenir, a mi hija le hacía unos trenzados imposibles para que los bichitos no pudiesen acceder a su cuero cabelludo, estaban amenazados de muerte si intercambiaban coleteros o gorros, y no los cogieron en toda la infancia.
Y el año pasado fueron a un mercadillo navideño tradicional con la pandilla de amigos y se compraron unos gorros muy chulos y se los intercambiaron para hacerse fotos.
A los pocos días una de las chicas manda un wasap desesperada diciendo que su sobrina tiene piojos y se los ha pegado. Conclusión; dos chicos que pasan la infancia sin piojos los pillan en primero de carrera y yo tuve que pasar la lendrera, comprar champú antipiojos que por cierto, huele igual que los de mi época, y tuve que ver esos bichos horribles. Y lo peor, mi hija, la que es vegetariana, tenía pena de los bichos. Un besín y mucha suerte a tu amiga, y ayyyyy ya me pica todo.
J.C. SANCHEZ
20 marzo, 2015 @ 19:45
Tremendo problema que sigue apareciendo generación tras generación. Seguro que los expertos tienen una respuesta a la continua aparición de estos odiosos bichitos. Yo tuve la suerte de no sufrirlos en carne propia, pero si en casa con mi hermana, que tuvo la suerte de conservar su melena, no como tu Erika, pero al ver la foto en primera plana del bichito en cuestión de tu blog, con esa apariencia de Alien total en busca de Predator para conquistar la Tierra, no me extraña nada la verdad jajaja.
Ilustrativo, instructivo y gracioso como siempre.
Felicidades, un beso.
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 19:53
Hola Sil,
la cabeza rapada ¡¡puff!! es es mucho peor que llevar el pelo a trasquilones jaja Gracias a Dios te salvaste de la experiencia.
Gracias por la visita.
Allá va un besote para la reina mexicana del glamour, muack
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 20:03
y tu madre tendría un mosqueo esos días ¿verdad? te miraría la cabeza como los chimpances de arriba por si acaso ¿no? Desde luego cualquier cosa antes que tener esa sensación de los bichillos corriendo por tu cabeza ¡puaj!
Feliz finde, Holden
PD: ¿has leído ya la entrada de ayer titulada Premio Parabatais? sino lo hiciste, deberías 😉
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 20:16
Hay que tenerlos para saber por lo que se pasa ¿eh?.
Me muero de la risa con todo tu comentario entero. Niños amenazados de muerte, la amiga piojosa, el hijo desobediente y el remate tu hija en plan ecologista ¡salvemos a los piojos!
Vaya tela, al final no te libraste de comprar el kit y ponerte "manos a la obra" gggrrr
Gracias por contar tu historia. Me has hecho pasar un buen rato.
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 20:40
Hola JC, te salvaste de una buena y tu hermana ¡que suerte que no le cortaron el pelo!
Con esa foto del Alien en la pantalla mientras escribía post, no he parado de rascarme la cabeza y el cuerpo en toda la semana. Da hasta miedo verlo así de cerca ¿verdad?
Mil gracias por compartir tu experiencia en casa. Besos
Daniel Madrid
20 marzo, 2015 @ 20:42
Gran problema el de los piojos. Me imagino tu trauma Erika. Pienso igual sobre las farmaceúticas. Hace un año escribí sobre un libro que se llama La Mafia de la Medica.Cada vez tengo más sospechas sobre sus intereses. Por otro lado, gracias por la información sobre esa clínica 😉
Humoreo Luego Río
20 marzo, 2015 @ 20:50
Yo de pequeño, era normal que los cogiese al inicio de curso y mi madre, tenia técnicas de todo tipo para acabar con ellos. Desde la famosa ZZ al vinagre, pasando por el expurgo exhaustivo. Todos esos remedios eran un suplicio para mi, pero peor eran los piojos!!! Buen y divertido relato.
Como todos los tuyos!!!
Daniel Madrid
20 marzo, 2015 @ 20:55
Perdon, el libro se llama La Mafia Médica 😉
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 21:11
Hola Daniel,
tal y como dice JC en su comentario, los expertos tienen seguro una explicación a estas plagas ¿Quieren los laboratorios que se acaben lo piojos?
acabo de echar un vistazo al link que has dejado. Me parece super interesante el tema y el libro tiene buena pinta ¿dónde se puede comprar?.
Nunca viene mal tener alguna referencia sobre alguna clínica especializada por si acaso.
Oye, me has sorprendido, pensaba que tu me leías vía mail los sábados en el desayuno jajaj
Buen finde
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 21:12
Perdonado, Daniel 😉
Erika Martin
20 marzo, 2015 @ 21:25
La técnica ZZ no la conozco, Juan Carlos, pero me acojona solo con el nombre jaja
No me extraña que fueran un suplicio para ti. Ya ves, ahora te pasan un aspirador y listo. ¡Cómo cambian los tiempos!
Gracias
Holden
20 marzo, 2015 @ 22:02
Supongo que a estas alturas ya había quedado claro que no lo había visto XD Me ha puesto muy contento, en verdad. ¡Te lo agradezco mucho!
Y… si. Mucho mosqueo, la Sherlock de los piojos la podrían haber llamado en aquellos días.
Jordi Luna
20 marzo, 2015 @ 22:25
Hola Piojosa…perdón Erika jajaja. Es broma, no me lo tengas en cuenta. Muy entretenido y didáctico, no dejas de sorprender. Pues la verdad es que nunca he tenido, toquemos madera, y cuando hay peligro en la escuela con mi niño de 4 años, nos avisan y como bien he leído le lavamos el pelo con unas gotitas de árbol de te, (homeopatía al poder). Supongo que debe ser deseperante, y sí…ya me pica todo!!!! Besos y feliz fin de semana!!!
Gerard el Pelusa Hurtado
21 marzo, 2015 @ 08:58
La culpa de todo no la tiene Yoko Ono, sino la industria farmacéutica.
No sé si será un piojo lo que aparece en esa última imagen, pero tu amiga tiene autentico valor al enfrentarse a tales diminutos monstruos.
Muy ingenioso a la vez que divertido como siempre.
¡Un saludo!
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 10:41
Erika la piojosa, sí, tengo un pasado jajaja Qué suerte que no los hayas tenido y haces bien en prevenir con el árbol de té, los otros productos son más agresivos. Aunque teniendo cuidado, seguro que tu hijo se libra de esos asquerosos bichitos.
Es muy molesto, ya te lo digo yo. Te dejo que ya me empiezan los picores a mi también jaja
¡¡Muy buen fin de semana!!
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 10:47
Seguro que Yoko Ono también los tuvo jajaja cada día estoy más convencida de que es la industria farmacéutica la que no está interesada en que los piojos desaparezcan del planeta.
Sí, la última imagen es de un piojo visto con el zoom a tope. Da hasta miedo verle desde tan cerca ¿verdad? Sinceramente, admiro a mi amiga por enfrentarse a estos aliens. Le tengo que preguntar cómo lo hace para que no le pique todo en su día a día.
Gracias por la visita y compartir el post citando el nombre del centro.
Un abrazo
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 10:50
Un placer nominarte para el premio, Holden 🙂 Podrías dedicárselo a la Sherlock de los piojos por haberte salvado de una buena jajaja.
Juanan G.C.
21 marzo, 2015 @ 11:03
Que cabrona! me lo había creído.
La verdad es que es una conversación de lo más normal. Y eso de que hay una conjura para que los fabricantes de las lociones anti piojos sean los que los esparcen para que no se les acabe el negocio es una de mis "leyendas urbanas" favoritas.
Yo si que he sufrido los piojos en mis carnes cuando era pequeño y ahora con mis hijas, que ascoooooooo. No lo puedo soportar pero como soy el que pasa más tiempo en casa con ellas, soy yo la mamá gorila a la que le toca despiojarlas. Afortunadamente parece que esa época ya pasó. Las obligamos a llevar el pelo recogido siempre en el cole y a que no se presten diademas y coleteros con nadie, pero no está demás la recomendación del negocio de tu amiga, por lo que yo se, esos tratamientos son muy efectivos.
Aunque te digo, nada mejor que el Filvit de toda la vida y una liendrera metálica, cara pero amortizable.
Te dejo que ya me pica todo!!!!
Buen finde!
Krika Alcaide
21 marzo, 2015 @ 11:49
Yo también tuve piojos de pequeña pero yo lo que más recuerdo no son los picores (que los habría, digo yo), lo que más recuerdo es cuando me tumbaba en la piernas de mi abuela para la "revisión", con lo que me gusta que me toquen la cabeza me encantaba! jajajaja
Hilda Hurtado
21 marzo, 2015 @ 12:29
Hola Erika, me he matado de risa con esta entrada. Cuando estaba en sexto año de escuela primaria, estos animalitos vampiros, hicieron estación en mi cabeza. Mi mejor amiga los había adquirido de la empleada de servicio que trabajaba en su casa y como te imaginarás, al pasar mucho tiempo juntas en el cole, se brincaron de cabeza a cabeza. Es muy molesto y desesperante, pero como a mi me fascina que me soben la cabeza, me gustaba cuando mi mamá o mis tías se ponían a buscar a los piojos en mi cabeza, afortunadamente la maestra hizo revisión y envió una nota a la madre de mi amiga y la pobre niña no asistió a clase casi por el lapso de una semana, ya que ella tenía la cabeza totalmente infestada, era una cosa que daba terror, por lo tanto cualquier limpieza que hicieron en mi cabeza, dio resultado. Menudo trabajo el de tu amiga, pero muy buen negocio, además los shampoos que venden para eliminar a los piojos, huelen desagradable y por lo general no hacen mucho efecto. Por cierto, nunca había visto un piojo tan guapo, como el de la foto que colocaste en tu artículo. jejejejeje Un gran abrazo desde NY.
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 14:57
jajaja Juanan, te he metido un gol con la historia ¿eh? jaja
Bueno, yo no tengo hijos pero para la conversación inventada me he inspirado en las que he tenido con mis amigas cuando sus niños llevan invitados a casa.
Malo es pasar por ello pero hacer de papá gorila aaaarrrggg Filvit y liendrera no suelen fallar y para los que les supere el asco, el negocio de mi amiga jeje
No me extraña que te pique todo, ale, a disfrutar el finde.
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 15:02
Krika, me alegro que para ti no fuera traumática la experiencia y que disfrutaras con la revisión de tu abuela. Algo bueno hay en esta experiencia piojosa jajaa
En Suiza no los hay ¿no? allí son más de garrapata me temo ¡puaj!
Besos
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 15:11
Hola Hilda,
¿cómo? la chica más glamurosa de NY ¿tuvo piojos también? Menos mal que al menos te gustaba cuando tu mamá y tus tías te hacían revisión. Pobre de tu amiga, una semana encerrada en casa. Eso es peor que mis tardes sin columpios en el parque.
Los champus huelen fatal y sino que se lo digan a los Affleck jajaja
Con solo mirar el piojo de la foto me vuelven los picores aaaahhh aunque lo cierto es que nunca antes había visto uno así tan cerquita hasta que encontré la foto en internet el otro día.
Gracias por compartir tu pasado piojoso, Hilda. Me he reído mucho.
Un abrazo muy fuerte y ánimo que ya no queda nada para que llegue el calorcito a Manhattan.
Muack
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 15:16
Hola Anónimo,
supongo que en aquella época sería más complicado erradicarlos ¿no? agua caliente, vinagre, cepillo y poco más porque no existían los tratamientos sofisticados de ahora.
Lo que apuntas es cierto. Los piojos se van a la cabeza de cualquiera, no es un tema de ricos o pobres, limpios o sucios y tampoco de edad.
Gracias por leerme y por tu comentario.
Saludos
Anónimo
21 marzo, 2015 @ 14:23
El que no tuviera piojos en la época de franco tire la primera piedra (sin trucos ni mentiras) y después menos pero también campaban a sus anchas en distintos lugares, sin importarles edad ni clase.
Daniel Madrid
21 marzo, 2015 @ 15:45
Hola Erika!
Tienes razon, siempre entro los sabados. Sin embargo, ayer me pico la curiosidad mas que esos piojos en la cabeza y al ver que lo posteastes en google+… hice click :-D.
Que disfrutes del finde y sonrisa en los labios, que se vive mas y mejor. Muchos besos!
Ramses
21 marzo, 2015 @ 20:19
Pues tendré que tirar yo esa piedra. Efectivamente, nunca tuve piojos, ni en esa época ni después y lo malo es que si tuve mucho miedo porque ya de muy joven (unos 11 años) me empecé a dejar el pelo largo hasta que llegué a tenerlo (no exagero absolutamente nada) mas largo que Jimmy Hendrix (si, tengo o tenia, el pelo rizado, lo llevaba a lo afro que es como se llamaba entonces) y cuando avisaban de posible plaga se anunciaban cortes de pelo obligatorios y yo estaba dispuesto a defender mi "afro" a mordiscos si hiciera falta.
Afortunadamente, no llegó la sangre al rio. Hubiera perdido claro, pero seguramente también habria tenido que pasar por comisaria y el juzgado aun siendo menor.
Cindy Groulx
21 marzo, 2015 @ 22:04
Espero que no te, picazón, en, los pantalones demasiado jejejejejeje.
Gracias por compartir hermana Erika
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 22:50
Hola a ambos,
Ramses ¿qué me dices? ¿pelo a lo afro? no me extraña que lo hubieras defendido con uñas y dientes al precio que fuera. Vamos, con lo que cuesta conseguir una melena así … Afortunadamente te salvaste de los piojos, del rapado de cabeza y la comisaría ¡menos mal! Gracias por tirar la piedra y compartir tus temores y recuerdos de aquellos tiempos.
Anónimo, tienes razón. Puede que tengas algún inquilino despistado y que no te des cuenta de ello. Supongo que empiezas a sentir los picores cuando la situación se ha escapado de control. Gracias por el nuevo aporte que has hecho.
Erika Martin
21 marzo, 2015 @ 22:58
Mientras escribía este post y cada vez que contesto vuestros comentarios, me entran unos picores por todo el cuerpo que no te imaginas, Cindy.
Espero que nadie tenga a las primas de los piojos (ladillas) en los pantalones jajaja
Gracias a ti por venir al blog. Kisses my sweet sister
Anónimo
21 marzo, 2015 @ 22:13
Es posible tener algún piojo y no darte cuenta, los pequeños se necesitaria una lupa y una luz potente para verlos. (No tire la piedra por si acaso jejeje)
Oscar Bustamante Matías
22 marzo, 2015 @ 00:11
Muy buena entrada. Me había acreído la historia, los niños jugando al móvil y la tablet mientras son fumigados le daba mucho realismo…
Cindy Groulx
22 marzo, 2015 @ 01:38
Gracias hermana. Alguna vez se trate de dormir en una armadura?
Completar con una pluma en la parte superior del casco? {:o)
Isidro Cristobal Del Olmo
22 marzo, 2015 @ 04:49
buenos días una buena entrada feliz domingo saludos cordiales un abrazo muy fuerte
pizpireta sinalas
22 marzo, 2015 @ 11:43
Ajajajaja Jajajajaja .. Yo solo recuerdo q una vez cogí piojos y mi madre me tuvo toda la noche con la cabeza metida en una bolsa y el pelo rociado de spray "anticucal" o algo d eso.
(No tenia otra cosa a mano, la mujer)!!!!!
Para quedarme calva!!! Jajajajaja..
Me ha encantado, súper divertido! Com sempre.
Bss
Elia Brosed
22 marzo, 2015 @ 14:15
Nenaaaa que asco de piojos, nunca los había visto tan de cerca como en esa imagen que has puesto. Yo cuando estuve en India trabajando de voluntaria, se me ocurrió la magnífica idea de lavar el pelo a los niños que vivían en las calles y cortarle el pelo para saneárselo y adivina!!! jajjaja siii cogí cientos, todos saltaron a mi cabeza y pasé un infierno, no podía dormir, horroroso. Gracias a Dios mi madre me envió un paquete urgente con la loción y el champú y nunca más cogí. Si llego a ver el aspecto del piojo en aquel momento, me da un yuyu jajjaja. Muy chuli y divertido tu post, como siempre amiga. Un beso!!!!
Erika Martin
22 marzo, 2015 @ 18:02
Aunque el diálogo es inventado, Oscar, es cierto que en los centros de pediculosis, los niños están entretenidos mientras les pasan el aspirador por la cabeza
Disfruta lo que queda de domingo
Erika Martin
22 marzo, 2015 @ 18:03
gracias, Isidro. Fui a compartirla en tu comunidad y ya lo habías hecho tu ¡te adelantaste! jajaja
Un abrazo
Erika Martin
22 marzo, 2015 @ 18:06
o sea que tu madre te fumigó como hizo la de Shakira jajaja me parto, al menos tenía eso a mano jajaja menos mal que no te quedaste calva, eso hubiera sido mucho peor que el corte de pelo de la mía
Gracias por dar alas a mis post compartiéndolos por ahí.
Erika Martin
22 marzo, 2015 @ 18:11
Asco no, lo siguiente ¡puaj! El de la foto, en realidad es un bebe piojo, a medida que va chupando sangre se va volviendo más oscuro aaaarrrggg ya me están dando picores de solo pensarlo.
¿Estuviste en la India de voluntaria? ¡wow!
Mira que ponerte a cortar el pelo a los niños, haberles dejado con las greñas jajaj es broma, pobres. Es que sobre todo por la noche es horrible, no hay forma de dormir.Menos mal que tu madre te envió el kit de emergencia. Gracias, muchas gracias por estar siempre ahí. Besazos, nena
Erika Martin
22 marzo, 2015 @ 18:16
Hola Daniel!
es que me hizo gracia que entraras el viernes jaja supongo que viste que era algo de salud (como tu blog) y te llamó la atención jiji
Genial, bueno es saber que el libro está en los dos idiomas. Me bajaré la versión en español.
Que tengas muy buen principio de semana
Argonauta Dalianegra
22 marzo, 2015 @ 18:55
Jajaja, lo de "cuatro ojos, capitana de los piojos" se ve que te trajo a la memoria a tan "deliciosos" huéspedes, jeje, querida Erika. A día de hoy todavía son una plaga de vez en cuando en los colegios, así que no te extrañe que durante nuestra infancia lo fuese aún más. Yo tuve suerte de no pillarlos nunca, pero en mi colegio sí los hubo varias veces (me refiero a la plaga), y mi madre, que era de un repulido extraordinario y bastante hipocondríaca, la pobre, para "prevenir" me echaba "ZZ", una loción desparasitante que había entonces, y que una vez me entró en un ojo y casi me deja ciega, pues no sabes lo que picaba aquello. También me recogía el pelo en un moñito como de vieja, porque llevaba la melena por debajo de la cintura y no quería que si me ponía coleta me arriesgase, así que me hacía una cebolleta como la de las abuelas y luego los niños me llamaban eso: abuela, jajaja. Menudo rollo, pero qué se le va a hacer. Como anécdota te contaré que en una de las ocasiones la tutora de nuestra clase nos revisó una a una la cabeza, y justo la única niña que los tenía era Marta, la pija de la clase, que era una niña que iba para top model por lo menos, guspísima y siempre vestida a la última. Era limpísima, porque no tiene nada que ver, puedes ir muy limpia y pillarlos igual, ya que con agua y jabón no mueren, y la pobre, al saberlo, porque además la profe lo pregonó poco menos que por la megafonía, se puso a llorar como Magdalena y no precisamente de la Bella Easo, jeje. Todas le teníamos manía por lo pija que era, pero ese día hasta sentimos pena de ella.
Y bueno, lo de Shakira y lo de los Affleck es verdad? Lo de los aspiradores esos ya es de película de ciencia ficción, lo que avanzan las cosas en unos pocos años, jeje, aunque bueno, eso es para gente que pueda permitírselo, porque en los barrios humildes, que es donde más habrá de esto, seguirán con la liendrera dichosa, el Filvit y poco más. Respecto a los mosquitos, yo sí me los atraigo todos, y aunque nunca tuve piojos, sí tuve una pulga maldita, jaja, y encima no tenía ningún animalito en casa. Siempre había tenido perros y gatos en casa de mis padres y jamás me había picado una pulga, y un día entro en una floristería, acaricio un perrito que tenían como mascota, y me llevo para casa una de sus pulgas. Nunca logré verla, pero me hizo como 20 picaduras en cosa de 5 días, y tuve que fumigar toda la casa para acabar con ella, porque me traía mártir. A mi marido no le picaba, sólo a mí, y las picaduras me duraron como 2 meses o más una vez desaparecida la pulga, picaban de morir, las tenía en la espalda, la cintura, los codos, las rodillas… Al principio pensaba que eran de mosquito, hasta que una amiga me dijo al verlas que estando así todas juntas, eran de pulga. Lo primero que hice cuando cogí al gatito que ahora tengo, que lo recogí de la calle, fue llevarlo al veterinario a desparasitar, jeje, y al mes le repetí la faena, por si acaso.
Comparto tu entrada, mi niña, y en unos minutos publicaré un post en G+ repartiendo el premio que me otorgaste, que ya lo tengo todo listo. Besotes y feliz domingo:-))
Erika Martin
22 marzo, 2015 @ 22:27
jajajaja vaya historias, no sé por dónde empezar a responderte.
A ver, el ZZ: por fin descubro lo que es. Humoreo luego Rio comentó que su madre también se lo echaba. Y con ese nombre pensé que debía ser algún producto anti-cucarachas o algo así. Y por los efectos que hizo en tu ojo, no debía estar muy lejos en su composición.
Qué mal que te llamarán abuela por lo del moño, aunque ya sabes que los niños son crueles.
Supongo que la pija Bella Easo de tu clase habrá crecido con el trauma de la humillación pública que pasó en el cole por piojosa jajaja me parto, pobrecilla.
Lo de Shakira y los Affleck es verdad. Fresita ¿cómo iba a poner eso siendo mentira? imagínate que lo fuera y con lo famosa que soy yo por google jejeje seguro que un día entran en mi blog y lo leen, y entonces ¡zas! demanda por injurias … La misma Jennifer Garner lo cuenta en el vídeo que he posteado en la entrada.
Lo de los mosquitos, es que a mi me afecta. No es solo que los atraigo como un imán, es que tengo alergia a los culex (los trompeteros de toda la vida de Dios).
Que mal lo de la pulga. ¡20 picaduras! por todo el cuerpo, se cebó bien la tía ¿eh? Tuvo que ser un sin vivir hasta que conseguiste cargártela.
Te refieres al gato de ojos verdes como los de tu marido que solo te araña a ti ¿no? Niña ¿no te has dado cuenta que todos los animales te atacan? jajaja me cachis con lo maja que eres tu.
No sé cuánto cuesta el Filvit y la liendrera. El tratamiento de mi amiga cuesta 39 euros. No sé, creo que merece la pena pagarlo por no estar en casa todos acojonados por posibles contagios y no estar sufriendo a los bichitos correteando por tu cabeza. Además en dos horas pasan a la historia y de la forma tradicional estás sufriendo días.
Acabo de ver lo del premio 😉 Como siempre, miles de gracias, Mayte. Buen comienzo de semana.
bardo
23 marzo, 2015 @ 07:28
Hola Erika, a mí me tenían miedo, lo más cerca que llegaban era al pelo de mi hermana, yo creo que tenía algo que ver con el colegio de monjas donde iba, ¡ que pena me daba verla rascarse !
Un abrazo de lunes lluvioso.
Marisa Doménech
23 marzo, 2015 @ 09:15
Hola Erika,
Lo de mi hermana y yo, también fue traumático, aunque a simple vista parecía que no estuviésemos contagiadas, si había una grave epidemia en el colegio. Mi madre por precaución, hizo venir a casa a una peluquera amiga suya para que nos cortase el pelo, tras la desinfección. -¡Woooo, no mami que nosotras no los tenemos, tú lo has dicho!!!- suplicábamos… Eso si, al menos disfrutamos de un buen corte de pelo a lo garçon, bastante modernete…Lo peor de todo, es que al haber realizado el proceso de limpieza en nuestra terraza, que daba a un patio interior comunitario, se enteraron algunas vecinas, que se encargaron de advertirles a sus hijos pequeños que ni se nos acercaran al día siguiente…¡Vade Retro Satanás! jajajajja, ¡qué mal lo pasé!.
Excelente y preventivo post, me ha gustado mucho.
Un abrazo y feliz inicio de semana
Kristalle
23 marzo, 2015 @ 18:23
Yo lo tube a los 7 años pero no recuerdo mucho como fue, solo sé que era una amiga que descuidaban mucho de ella las que se lo pegaba a una amiga mia y así, al final casi expuslan a la niña por eso….
saludos
Erika Martin
23 marzo, 2015 @ 18:58
Hola Bardo, de una buena te libraste. Si el cole era de niñas, los piojos estarían en su salsa saltando de una cabeza a otra con tanto intercambio de coleteros, gorros …
Fíjate desde esta mañana no ha parado de llover ¡qué día más gris!
Un abrazo
Erika Martin
23 marzo, 2015 @ 19:03
Jope, Marisa, corte de pelo a lo garçon ¡qué guay! no como yo a trasquilones. Qué cotillas las vecinas, ahí fichando por la ventana lo que se cocía en vuestra casa jaja ¡qué gente! Lo malo, dices, es que pregonaran que erais unas piojosas jaja ¡pobres! eso se hace dificil de llevar para un niño o niña.
Muy buena semana para ti tambien
Erika Martin
23 marzo, 2015 @ 19:06
Hola Kristalle,
no entendí bien ¿dices que casi expulsan a la niña del cole?
Me alegro de que no te acuerdes apenas de cómo fue aquello. Eso significa que probablemente tu madre los detectó pronto.
Un abrazo, guapa
Manu cueva
31 marzo, 2015 @ 17:19
Yo también creo que los mismos laboratorios propagan otras enfermedades y epidemias para recaudar
creía que los piojos se habían extinguido y hay centros y todo especializados en su eliminación. Me encanta tu blog siempre se aprende algo nuevo. Saludos.
Erika Martin
31 marzo, 2015 @ 17:25
Ya ves, Manu, resulta que los piojos no están ni siquiera en la categoría de animal protegido por estar en vía de extinción. Cada cambio de estación aparecen. Estoy contigo en lo de que los culpables deben ser los laboratorios.
Gracias por lo que me dices de mi blog, a mi también me gustan tus poesías.
Saludos y disfruta mucho de la Semana Santa
Julia C.
31 marzo, 2015 @ 22:35
Hola, Eirka!
Yo nunca he tenido piojos, gracias a dios, porque con lo nerviosa que soy seguro que me hubiera arrancado la cabeza a base de rascarme jajajaja. Pero mi hermana sí, ella tenía una guardería y en un par de ocasiones "sus niños", como ella los llamaba, se los pegaron. Es realmente desagradable, y confieso que yo no me acerqué a ella ni para darle un beso el tiempo que tuvo "el problemita". Ainssss me pica solo de recordarlo!!
Una entrada estupenda, como siempre, y muy curioso lo del centro de pediculosis, no tenía ni idea de que eso existiera. Cómo se nota que no soy madre!! jajajajjaa.
Gracias por hacernos reir, eres un sol!!
Un besillo de tarde.
Erika Martin
1 abril, 2015 @ 21:38
Hola Julia!!
hiciste muy bien en no acercarte a la piojosa de tu hermana jajaja anda que menudos sobrinos tenías con su guardería. No veas lo molesto qué es y si encima eres nerviosa …
Yo tampoco sabía que existían estos centros hasta que mi amiga abrió uno. Somos unas ignorantes jajaja al igual que tu, tampoco tengo hijos.
Gracias a ti por dedicarme unos minutos de tu tiempo.
Entre suspiros y un café
15 abril, 2015 @ 17:44
Qué curioso el negocio, me creo que no le faltará clientela… Yo en mi infancia por suerte no padecí piojos, pero por familiares/amigos cercanos sé que se pasa un poco mal por el tema de los picores y demás. ¡Y que es una plaga total! Los coge un niño y se contagia con facilidad…
En fin, una historieta más para contar 😉
¡Un fuerte beso Erika!
Erika Martin
15 abril, 2015 @ 17:48
Hola guapa!
pues sí, es un negocio curioso. No sabía que existía hasta que mi amiga abrió su centro.
¡Qué suerte tuviste de no padecerlos! Son muy molestos y como dices, basta que se los coja uno en el cole para contagiar a todos los que tiene al rededor gggggrrr
Un abrazo, Patri
Zoraida M.P.
9 julio, 2015 @ 10:19
Me encanta como lo cuentas, yo hice unos cuantos artículos sobre los piojos precisamente porque lo cogieron los peques y fue todo un drama!!! Pero te leo y me hace hasta gracia, tienes un don para esto.
Erika Martin
9 julio, 2015 @ 10:28
Hola Zoraida, la verdad es que es un drama porque son molestos y cuesta mucho deshacerse de ellos. A pesar de todo, hay que poner una sonrisa.
He echado un vistazo a tus artículos. Vaya currada. Super útiles tus recomendaciones. Enhorabuena
Mil gracias 🙂