Cómo salir del marrón de tener que comprar la silla de tu jefe
Aprovechando que Erika lleva unas semanas ausente preparando nuevos posts, hoy el equipo de Flexiworking nos colamos en Anécdotas de Secretarias para darle vidilla al blog.
¿Qué quiénes somos? Además de okupa-blogs jaja somos especialistas en el equipamiento mobiliario de oficina. Hemos decorado oficinas chulísimas como las de Linkedin, BQ, Auxadi, Chanel…
En este blog siempre te encuentras con situaciones curiosas (y normalmente muy frecuentes) en las que los empleados tienen que lidiar con los caprichos y mandatos de sus déspotas jefes.
Pero si hay una petición que realmente puede llegar a suponer un marrón es cuando tu jefe te ordena que compres la nueva silla de despacho para el gerente de la empresa:
– María, para la semana que viene necesitamos una nueva silla ejecutiva para Rodolfo
Típico: la secretaria es la que pringa siempre pero la que nunca lleva los méritos…
Día 1: la secretaria se va de excursión a comprar sillas
Cuanto antes vayas, antes te quitas el marrón de encima pero, ¿por dónde empezar?
Llegas a la tienda y hay un comercial especializado en el sector que te atiende. Te lleva por la exposición de su empresa y cuál es tu sorpresa cuando te encuentras con decenas de modelos de sillas que a primera vista parecen iguales.
El comercial comienza a explicarte que no son todas iguales, y que cada una es un mundo. Te dice por qué deberías invertir en una silla ergonómica y cuáles son sus mecanismos principales.
“¿Mecanismo Sincro? ¿Similar? ¿Inclinación negativa?”
Te sorprendes: cada silla es un mundo por descubrir, pero poco a poco el comercial te convence y te cuenta cuáles son las ventajas de invertir en una silla de calidad:
✓ Mayor durabilidad a lo largo del tiempo (por lo que tendrás que renovar el mobiliario con mucha menos frecuencia)
✓ Una silla ergonómica puede evitar que tengas dolores de espalda y lumbares, por lo que irás con menos frecuencia al masajista y al médico y echarás mano con menos frecuencia de los analgésicos
✓ Por tanto, al final ahorrarás tiempo y dinero
Así que el malévolo comercial te acaba engatusando y te llevas una silla de 600 euros, ¡además muy chula y moderna!
Día 2: jefe grita a secretaria (por milésima vez)
“¡¡¡¡¡MARÍA!!!!! ¡Vente ahora mismo a mi despacho”
Te arrastras hasta los aposentos de tu encantador jefe y te cuenta de forma muy “agradable, simpática y educada” que no está bien que “tires el jodido dinero en una mierda de silla de oficina”.
Le intentas explicar que el comercial de la tienda te ha indicado que, tratándose de una silla de oficina que va a ser utilizada de forma intensiva, lo propio es que se invierta un poco más en una herramienta de trabajo que afecta de forma consecuente a nuestra salud.
No hay manera. Es como hablar con la pared.
Te vas. Aquí ya no hay nada que hacer. Lo único que ha dejado claro tu jefe es que la silla no debe costar más de 100 euros.
Lección número 154: los jefes no son personas, no pierdas el tiempo intentando hablar o razonar con ellos.
Día 3: secretaria devuelve la silla de su jefe
Pues otro día que te pasas de paseo. Como tienes tan poco curro en la oficina… (nótese la ironía).
Arrastras como buenamente puedes la pesada silla hasta la tienda.
Le cuentas al comercial tu “anécdota” y que lo mejor es devolverla y llevarte una barata.
Plantas la silla en la cara de tu jefe y le das el dinero sobrante.
Día 4: cuando el gerente de la empresa riñe a tu jefe
¿Cuál es el mayor placer del mundo? ¿Viajar en clase preferente? ¿Sacarte los zapatos de tacón cuando llegas a casa después de toda una noche con ellos puestos? ¿Refrescar los pies un día de verano en una fuente de agua fría? ¡No!
El momento más feliz es cuando el gerente de la empresa riñe al prepotente y fachendoso hombre que tienes por jefe.
¡¿Que cómo “tiras el jodido dinero en una mierda de silla de oficina”? ¿Es que no le han enseñado a invertir en sillas de calidad? ¡Que qué pretendía!
El gerente decide comprar ergonómicas sillas para todos los empleados, excepto para tu jefe.
Día 3650: el final feliz del cuento
O por qué el jefe debería haber pensado en invertir en salud en lugar de ahorrar cuatro pesetas.
¿Te ha caído alguna vez el marrón de comprar una silla o cualquier otro mueble para el despacho de tu jefe?
¿Acertaste con la elección o se puso en plan tío Gilito?
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Conxita
26 mayo, 2017 @ 20:22
No he tenido que hacerlo, pero no creo que sea fácil porque una buena silla es fundamental.
Saludos
Erika Martin
26 mayo, 2017 @ 20:36
Hola Conxita,
la verdad es que este marrón tampoco me ha caído a mi nunca. Debe ser complicado por las características técnicas de la silla, que te deben sonar a chino como a la protagonista de esta historia, y sobre todo por los gustos caprichosos de los jefes, jajaja
Muchas gracias por estar ahí y comentar.
Un abrazo y muy buen fin de semana!
Equipo de LambdaTres
29 mayo, 2017 @ 11:44
Hola Conxita, es cierto que una buena silla es fundamental, pero ya te confirmamos nosotros que como en el post, muchos jefes miran antes el bolsillo que la calidad de la silla. ¡¡Aunque al final les acaba saliendo caro por las bajas laborales!!
Christian Buxaderas
27 mayo, 2017 @ 10:38
genial como siempre y tan real como la vida misma
Erika Martin
28 mayo, 2017 @ 14:38
Gracias, Christian!! La verdad es que la historia del post ocurre más a menudo de lo que podríamos pensar 😉
Un abrazo
Equipo de LambdaTres
29 mayo, 2017 @ 11:45
Hola Christian, desde luego que muchas veces la realidad supera a la ficción. Gracias por tu comentario 😉
Chelo
29 mayo, 2017 @ 17:11
A mí me cayó el marrón de elegir un sillón para mí. Mi jefa quiso que fuera yo a probarlos en persona y escogiera la que me gustara. ¡Qué lío! que si muy suntuoso, que si muy caro, que si muy malo…no me aclaraba de ninguna manera. Al fínal dí con uno que es genial, bueno, bonito y (no) barato, pero entraba en el presupuesto que me dijeron.
Tu post me ha rrecordado esto, y las imágenes me han dado hasta risa.
Besos, Erika.
Erika Martin
29 mayo, 2017 @ 18:08
Hola Chelo,
debe ser abrumador porque hay tantos modelos con tantas opciones y precios que debes salir de la tienda con la cabeza como un bombo. Al menos la silla era para ti que sabes tus gustos jaaja los jefes ya sabemos que cambian de opinión cada 5 minutos y es difícil acertar con ellos. Me alegro de que encontraras una silla genial 😉
Que bueno que el post de mi autor invitado, Lambda Tres, te haya recordado aquella anécdota y que te hayan gustado sus viñetas.
Muchas gracias y que tengas muy buena semana.
Besos!
Equipo de LambdaTres
30 mayo, 2017 @ 08:34
Hola Chelo,
Gracias por tu comentario.
Elegir silla de oficina es un trabajo complicado, porque lo normal cuando llegas a un trabajo es que ya tengas una, y buena o mala, es la que hay y no se elige. ¿Te imaginas a alguien en su entrevista de trabajo preguntando por el modelo de silla que tendría? ¡Sería el candidato más raro!
Un abrazo!
marigem
29 mayo, 2017 @ 19:07
¡¡¡Hola!!! Jajaja, parece fácil pero elegir una silla tiene su intríngulis. Me ha gustado mucho el post y los dibujos son geniales.
Besos y feliz semana.
Erika Martin
29 mayo, 2017 @ 19:15
Hola Marigem,
yo creo que superar el marrón de elegir silla para tu jefe es más complicado que cocinar recetas veganas o hacer SEO en el blog ??
Genial que te haya gustado el post y los dibujos. Muchas gracias
¡Muchos besos y muy feliz semana!
Equipo de LambdaTres
30 mayo, 2017 @ 08:38
Buenos días Marigem,
Cuando alguien viene a nuestra exposición a comprar una silla para otra persona y le empezamos a hacer las preguntas «¿Cómo la quiere? ¿Con basculante? ¿Sincro? etc.», empiezan a tener sudores fríos, xD
¡Nos alegra que te haya gustado el artículo y las viñetas!
Maryasexora
31 mayo, 2017 @ 22:57
Pues anda que no tiene historia comprar una silla… pero hay que reconocer que si tu trabajo requiere estar sentada muchas horas, una buena silla es fundamental. Lástima que no todas las empresas lo entiendan así. Y no lo digo por la mía que nos quiere y adora y nos compra sillas… ¿nos compra sillas? Ahora que lo pienso… hasta aquí puedo escribir sin meterme en líos.
Besicos
Erika Martin
31 mayo, 2017 @ 23:11
jajaja Mary, no nos dejes así ¿qué pasa, no renuevan en tu trabajo de vez en cuando las sillas? ¿os tienen sentados en taburetes sin respaldo ni reposa brazos? ¡nah! es broma, no te quiero meter en líos.
Supongo que será tan complicado como elegir uno de los juguetes que presentaste el otro día en tu programa de radio … hay tantas opciones y precios, que al final te vuelves loca 😉
Muchos besos
Equipo de LambdaTres
1 junio, 2017 @ 08:26
Hola Maryasexora, ¿por qué nos dejas con la intriga? ¿tendrías que matarnos si nos lo cuentas? 😉
Bromas aparte, es una lástima como dices que muchas empresas no entiendan la importancia, no solo de la silla, sino de tener cómodos y a gusto a sus empleados. ¡Así rendiríamos mucho más! Pero mientras se dan cuenta, ya nos vengamos nosotros de nuestros jefes pasándonos entre horas por este blog para echarnos unas risas.
Qué tengas un buen día 🙂
Óscar
23 agosto, 2017 @ 10:41
Muy buena entrada, lo que no veo tan claro es que el gran jefazo compre sillas caras para todos, jejeje. Un abrazo
Equipo de LambdaTres
23 agosto, 2017 @ 11:59
Hola Óscar, nos encanta que te haya gustado el post 🙂
Si no compra las sillas, peor para él. Invertir en la plantilla es lo mejor para motivarles y que así sean más productivos 😉
¡Un abrazo!
Erika Martin
27 agosto, 2017 @ 13:05
Efectivamente hay jefes que no se rascan el bolsillo comprando mobiliario ergonómico para los empleados. Como dice LambdaTres, peor para ellos. Así no consiguen la felicidad del empleado y ni que sean productivos.
Muchos besos.