Erogfobia: pánico al trabajo
Hay muchas personas que tienen miedo al trabajo. No es que no les guste su profesión, sino que ir a la oficina se convierte en su pesadilla diaria.
Todos hemos sentido alguna vez esa angustia de forma puntual. El que diga que no miente. P.ej. cuando te incorporas a un nuevo trabajo o cuando te toca hacer una presentación en una reunión con toda la plana mayor delante tuyo.
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Ergofobia
Sin embargo, cuando la angustia puntual pasa a ser ansiedad descontrolada de forma habitual y persistente en el tiempo, entonces se convierte en ergofobia.
Hay personas que tienen miedo a los perros, a los espacios cerrados o abiertos, a volar, al dentista … y otras que tienen pánico al trabajo.
Los ergofóbicos sienten terror ante un montón de situaciones diarias en la oficina. Se sienten amenazados ante un peligro (irreal) inminente. Cuando uno tiene miedo, la reacción es escapar cuanto antes o evitar esa situación (escaquearse de una reunión o no ir a trabajar).
La ergofobia o miedo al trabajo es un tema muy serio, hasta el punto de que es considerada una de las fobias más graves e incapacitantes que existen debido:
- a la ansiedad que le produce al que la sufre
- porque para encontrarte mejor intentas no ir al trabajo
- derivado de lo anterior, si no vas a trabajar, corres el riesgo de que te despidan
- si estás en el trabajo, tu rendimiento y productividad pueden verse afectados
A la ergofobia también se la considera un trastorno de ansiedad social, es decir, una psicopatología.
No confundas ansiedad (pánico) con depresión (estar de bajón)
Causas de la ergofobia
Los gurús de RRHH y otros profesionales que han tenido la gran suerte de trabajar única y exclusivamente en empresas súper felices, consideran que si uno tiene pánico al trabajo es porque es un histérico o un exagerado.
En realidad, hay un montón situaciones en las que uno puede verse amenazado de forma constante e irrefrenable en el trabajo.
Jefes déspotas
Jefes déspotas que se pasan el día gritando y regañando de muy malas formas a los empleados.
No hace falta que tu jefe te eche a ti la bronca. Presenciar cómo tu jefe regaña a un compañero, puede impactarte de tal forma que te deja traumatizado y acojonado, imaginándote cómo será el día que te caiga a ti la bronca.
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Política del miedo y nula tolerancia al error
En muchas empresas se aterroriza a los empleados con despedirlos si se equivocan y no rinden lo esperado, al tiempo que se les va induciendo con frases tipo “¿dónde vas a ir?”, “no encontrarás trabajo en otro sitio” o “espabila que tienes familia a tu cargo”.
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Estos comentarios y formas de dirigir la empresa las hemos vivido recientemente durante la crisis económica. Lo triste es que en muchas oficinas aún siguen vigentes.
Compañeros tóxicos
Son esos compañeros que parecen miembros de bandas pandilleras latino americanas, en vez de profesionales adultos. Se dedican a hacer que tu jornada laboral sea un infierno.
Les encanta desprestigiarte, difundir bulos sobre ti, humillarte o aislarte del resto de tu compañeros.
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Presión por cumplir objetivos
Hay empresas que confunden los conceptos de alto rendimiento y productividad con campos de concentración nazis. La presión por cumplir los objetivos es demasiado alta para el empleado.
Volumen de trabajo excesivamente alto
Cuando la lista de funciones y tareas se convierten en un volumen de trabajo excesivamente alto (acoso laboral o mobbing).
Tú sabes que es imposible sacarlo todo adelante, aún así te quedas hasta bien tarde en la oficina, trabajas de noche en casa, los fines de semana y durante las vacaciones. El trabajo tiene que salir o sino ya sabes dónde la puerta.
Síndrome del Impostor
Pensar que no estás a la altura del puesto que ocupas (síndrome del impostor) y que no vas a ser capaz de sacar todo adelante.
Competencias digitales
Todavía no controlas Excel, PowerPoint ni sabes enviar correos electrónicos y ahora te toca aprender a reunirte por Zoom, compartir documentos en la nube y a conseguir clientes en LinkedIn.
Eso sin olvidar todas esas profecías apocalípticas que vaticinan que, de aquí a un par de años, desaparecerá tu puesto de trabajo porque es rutinario, no aporta nada a la empresa ni a la sociedad y puede hacerlo perfectamente un robot con 4 algoritmos programados … ¿qué será de ti? ¿cómo pagarás la hipoteca?
Empleados Senior
Hablando de competencias digitales, de todos es sabido que a partir de los 40 años ya no eres apto para trabajar. De la noche a la mañana te da parkinson, demencia senil o alzheimer. Todo tu talento y trayectoria laboral no sirven de nada a las empresas únicamente por haber nacido el siglo pasado.
Jeff Bezos y Warren Buffet son el mejor ejemplo para demostrar que una persona mayor NO debe estar en la oficina, sino en el geriátrico, haciendo ejercicios para la memoria y de psicomotricidad 😛
Si estás en una empresa edadista, te entrará el pánico atroz el día que aparezcan por allí varios becarios … ¿se quedará alguno con tu puesto y a ti te darán la patada?
Hablar en público
Lo pasaste tan mal aquella vez que te tocó hablar en público que quedaste traumatizado. Desde entonces cada vez que tienes que hacer una ponencia o hablar en una reunión revivirás la pesadilla.
Empresa y trabajador «culpables» a partes iguales
Como has leído en la lista anterior, poner comida y bebida gratis en una esquina, una sala de recreativos o un horario flexible no es suficiente para tener empleados 100% felices.
Muchas personas incluso renunciarían al chantaje salario emocional a cambio de trabajar en un sitio en el que se les respete y aprecie su desempeño.
Que los super jefazos, RRHH y representantes de los trabajadores:
- fomenten, se desentiendan o no castiguen ciertas costumbres de los compañeros tóxicos
- no implementen procedimientos internos para evitar el mobbing, el acoso sexual y comportamientos tóxicos de algunos jefes/empleados
tiene gran parte de la culpa de que haya ergofóbicos en la plantilla.
Me dirás “ya, Erika, pero es que la felicidad es una actitud que sale de uno mismo.”
Por supuesto, el factor clave que causa la ergofobia son los demonios que cada uno tiene en su cabeza. Es responsabilidad de uno mismo aprender a manejar sus emociones. En este sentido, el ergofóbico debe aprender técnicas para que el miedo no le supere … al igual que otros deben aprender a controlar su ira, arrogancia, su complejo de inferioridad y dejar amargar/traumatizar a todos los que tienen a su alrededor.
Qué siente una persona con ergofobia
Los síntomas de una persona con ergofobia pueden ser:
- Urticaria, dermatitis
- Necesidad de comer compulsivamente
- Náuseas, vómitos y malestar estomacal
- Diarrea (o sea, cagarse de miedo)
- Dolores de cabeza
- Sensación de ahogo y falta de aire para respirar
- Escalofríos o sudar como un pollo
- Agarrotamiento o debilidad muscular
- Hormigueos en brazos, manos, piernas (parestesias)
- Cansancio, agotamiento
- Insomnio
- Taquicardias y dolor torácico que te hacen creer que estás sufriendo un ataque cardiaco
- Mareo
- Desorientación y confusión mental
- Sensación de que se te sale alma fuera del cuerpo (despersonalización)
- Percibes cosas y personas tienen formas y tamaños distintos a como son realmente. Todo es muy raro y confuso, y te preocupas porque ya te has vuelto majareta (desrealización)
Si quieres saber más sobre cómo se siente uno durante un ataque de pánico y que le ocurre a tu cuerpo durante esos eternos minutos, echa un vistazo a este documental. La primera señora que sale hablando lo explica muy bien.
Tengo ergofobia ¿qué puedo hacer?
Las fotos de gatitos, las frases motivacionales, los libros de autoayuda y hacer yoga te harán lo mismo que si te rompes un brazo y te pones un tirita. Que algo ayudan, pero muy poco.
Cuando te rompes un brazo no dudas en ir al traumatólogo a que te lo escayole, te recete medicamentos para el dolor y te mande a rehabilitación para fortalecer la musculatura cuando te quite la escayola. Está bien que alguien te diga “Se feliz”, pero eso no suelda el hueso ni hace que te duela menos ¿verdad?
Una fobia es un trastorno psicológico serio que requiere tratamiento médico profesional y no ocurrencias flower-power.
Por tanto, si tienes ergofobia, lo que debes hacer es pedir ayuda al psicólogo.
Él te escuchará y:
- Orientará sobre cuál es la mejor forma de enfrentarte a tus miedos, controlarlos y superarlos.
- Te dará pautas para aprender a manejar tus emociones.
- Valorará, si en tu caso debes hacer yoga, correr una maratón o comprarte un saco de boxeo para relajarte … y es que a unos les va muy bien meditar, a otros abrazar árboles y a otros meterse en la cocina a preparar cupcakes.
- Si lo considera oportuno, te recetará medicación para dormir y rebajar la sensación de angustia … porque la tila, las amapolas de California, la passiflora y las hierbas de San Juan hacen el mismo efecto que un zumo de naranja cuando tienes 40º de fiebre por gripe. Donde esté una pastillita de benzodiacepina …
¿Conocías esta fobia al trabajo?
Imagen destacada: monstruo al final del pasillo de TheBlackRhino/Shutterstock
Ana Vazquez
3 noviembre, 2018 @ 14:54
esto es lo que les pasa a muchos politicos?
Erika Martin
4 noviembre, 2018 @ 19:09
Hola Ana,
pues no sé qué decirte, no sigo mucho la actualidad política.
Un abrazo
Conxita
4 noviembre, 2018 @ 13:37
Hola Erika
Por desgracia hay muchas empresas de lo más tóxico y es un auténtico privilegio cuando estás en una en la que se valora al empleado y no hay trepadores y amigos de lo ajeno al acecho de equivocaciones y de escalar posiciones. Tú has puesto muy buenos ejemplos, jefes tóxicos, mal ambiente de trabajo, acoso al trabajador de más edad…en fin, un sin fin de despropósitos que acaban enfermando al personal que en muchos casos son bajas de larga durada y crisis de ansiedad solo de pensar en reincorporarse. Es un problema muy grave al que se tendría que dar más importancia pero se acaba solucionando con personas enfermando y cambiando de empresa ya que son enfermedades muy difíciles de demostrar. También capítulo aparte están los vagos y caraduras que intoxican los ambientes y se quejan de mobbing pero eso sería otra entrada.
Un beso guapa
Erika Martin
4 noviembre, 2018 @ 19:24
Hola Conxita,
Totalmente de acuerdo contigo, quien está en una empresa guay, es un afortunado. Incluso en estas empresas habrá compañeros tóxicos, pero la Dirección, RRHH o su responsable directo ya se encargarán de pararle los pies y así evitar todo lo expuesto en el post.
La ergofobia o simplemente el estrés y el burnout son problemas muy serios tanto para la salud del empleado afectado como para la productividad y beneficios de la empresa. Personalmente me molesta leer artículos de RRHH por ahí responsabilizando siempre al trabajador de todo y no hacer un examen de autocrítica.
En algunos casos no es tan difícil de demostrar. Me refiero sobre todo al mobbing. Porque si algo tienen en común todos estos personajes tóxicos de la oficina es que no son muy listos; van dejando pruebas de su acoso que se pueden ir recopilando para poner una denuncia … tienes razón, esto da para otra escribir otra entrada.
Un besazo grande!
Óscar
6 noviembre, 2018 @ 08:33
Y yo que creo que esas empresas guays no existen, por eso no las sacan ni en la pelis de Hollywood … Besitos
Chelo
6 noviembre, 2018 @ 09:56
¡Hola Erika! Cuánto tiempo…Estoy retomando la actividad bloguera y te ha tocado el turno 😉
Nunca había oído ese término que, por las causas que lo provocan y tan bien explicas, debe ser torturante y necesitado de atención especializada.
Lo de los compañeros tóxicos es muy habitual, porque la competitividad es malísima.
Me ha hecho gracia lo de los consejos «flower power» 🙂
Un beso enorme
Erika Martin
6 noviembre, 2018 @ 22:33
Hola Chelo,
qué alegría que estés retomado la actividad bloguera. Me paso por tu blog a leer tus novedades 😉
Te confieso que descubrí la palabra «ergofobia» cuando investigaba para escribir el post anterior a este. Aunque me temo que casi todos hemos pasado miedo alguna vez en el trabajo. Debe de ser una pesadilla para quien lo sufre.
Es que los de los consejos flower-power ya se podían estar calladitos, que solo demuestran tener 0 conocimientos de psicología y sin darse cuenta, pueden crearle más malestar al afectado.
Chelo
6 noviembre, 2018 @ 09:57
Bueno, y las imágenes no tienen desperdicio, ¡desternillantes!
Erika Martin
6 noviembre, 2018 @ 22:36
¡¡gracias!! Mi imagen favorita de este post es la del despacho del jefe con las cabezas de los despedidos, el organigrama y hasta el detalle de la papelera.
¡Un besote, guapa!
Pedro Fabelo
22 octubre, 2021 @ 12:47
Pues eso, como tú bien dices, no seré tímido y dejaré un comentario. 😛
Saludos, Erika.
¡Cuanto tiempo! No diré cuanto porque da vértigo pensarlo. Tu post, tan brillante, certero y divertido como siempre. He vivido todo lo que cuentas y más. El mundo de la empresa da para una saga de terror que ríase usted de las novelacas de Stephen King.
Un beso, chiquilla. Cuídese.
Erika Martin
22 octubre, 2021 @ 20:26
Pedro, me alegra que no seas tímido y hayas dejado tu comentario.
Tienes razón. El mundo de la empresa da para escribir una saga de terror, aunque la realidad siempre supera a la ficción 😉
A ver cuándo saco un ratito para pasarme por tu blog que tengo pendiente de leer los últimos posts que has publicado.
Saludos