La guerra del aire acondicionado en la oficina
La temperatura de la oficina siempre es origen de mucha polémica y malos rollos entre compañeros porque, como sabéis, mientras unos se asan de calor y sudan como pollos, otros se mueren de frío.
Unos lo llevan mejor y otros… otros parece que tienen como misión en su vida hacerse con el mando a distancia del aire acondicionado. Igualito que en casa con el mando de la tele. ¿Por qué?
- porque ponen el termostato a -15º y dejan de sudar como pollos.
- porque decidir la temperatura les da cierto poder o control sobre los demás. Les hace sentir importantes y todo.
- porque tener el mando escondido en el cajón para que nadie se lo quite, con las baterías guardadas por separado en otro lugar por si acaso, para ellos es disfrutar de un cierto status o prestigio, como lo de estar sentado al lado de la ventana o en el pasillo.
Bueno, en mi oficina esas guerras no ocurren.
Trabajo en un edificio inteligente de esos en los que no se pueden abrir las ventanas por si acaso alguien se suicida. No tenemos splits con mando para regular la temperatura. En nuestro caso, la climatización de mi oficina está centralizada y se controla desde el centro de mando del edificio. Muerto el perro se acaba la rabia.
Cuando es invierno ponen el aire acondicionado (frío) a 15º y en verano la calefacción a 25º. Los de mantenimiento dicen que es para que no haya mucho contraste térmico ir a la calle y que el cuerpo no lo acuse. Por esa razón, cuanto más bajan las temperaturas (pej olas de frío), más bajan los grados en el interior de las instalaciones. En verano ocurre lo contrario.
Teniendo en cuenta que en Madrid la temperatura media en invierno es de 0º -10º y en verano 30º – 35º o más, efectivamente no hay mucha diferencia entre estar sentado en la oficina o estar en la calle.
Lo que pasa que por la calle estás en movimiento y en la oficina sentado sin moverte. Cuando estás 8 horas a 15º sin el abrigo puesto, con faldita y medias os aseguro que terminas destemplándote.
Mientras uno tiene que escuchar eso de:
– Uy, qué calentitos estáis en la oficina – en invierno
– Uy, qué fresquitos ¿eh? – en verano
¿Sabes que en verano el frío que hace en las oficinas,es el causante del 20% de los resfriadosque se producen en todo el año?Fuente: Unipresalud
En mi puesto concretamente me he estado congelando durante años. Como no podía matar a nadie por hacerme con el mando, inicié otro tipo de guerra.
Me he quejado una y mil veces. Y siendo perseverante jaja he triunfado en mi batalla particular.
Para desgracia mía, tengo la salida del aire acondicionado justo encima de mi mesa.
Y es que muchas veces cuando salía a la calle sentía calorcito a pesar de que el termómetro de la parada de autobús de la acera marcaba 10º.
Estaréis pensando que exagero. No, de verdad que no. Un día me llevé un termómetro de casa y lo puse sobre mi mesa. Resultado: 13º.
– Erika, no me enrollo. Esta ventolera que tienes aquí me está destrozando el peinado y voy a acabar con pelos de loca.Una vez un compañero me dijo:
-Erika, tráete un calentador eléctrico de casa
– Sí, hombre, encima de puta, pongo la cama. ¿Y qué más me traigo de casa? ¿el boli? (ojo, que hay muchas empresas donde el material de oficina te lo tienes que llevar tú de tu casa)
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajorecomienda que, la temperatura debería mantenerseentre 17 y 24ºC en invierno por llevar ropa más abrigada.En verano entre 23 y 27 ºC por ir con ropa más fina(Real Decreto 485/1997)
– La temperatura es correcta, marca 15º
– En la calle hacen 10º. Estoy destemplada ¿No se puede poner la calefacción un rato? ¿aire calentito?
– No se puede hacer eso, estamos en invierno.
¡Flipante! No se podía poner la calefacción en invierno ¡Qué impotencia!
- Una vez me constipé gracias a las corrientes de aire. Aquello pasó a bronquitis. Y ésta a neumonía. Estuve un mes en cama agonizando porque además soy asmática.
- El zumbido constante del aire acondicionado me provocaba dolores de cabeza. No he tomado más paracetamol en mi vida (a mi el ibuprofeno no me hace nada)
- La falta de humedad en el ambiente, hizo que la piel se me resecara y agrietara. Me tenía que echar crema hidratante cada dos por tres. Llegó un momento en el que tuve que ir al dermatólogo. Y también me dejé caer por centros de belleza a darme tratamientos con mascarillas y cremas a base de vitamina C, oxígeno, caviar, oro …
- Las horas delante del ordenador junto con la cortina de aire afectó a los ojos hasta el punto de que, simplemente con parpadear, se me llenaban de heridas en las córneas. La consecuencia es que me tengo que echar una pomada todas las noches de por vida para rehidratarlos como refuerzo a las lágrimas artificiales.
Un día harta con la situación, cogí mis informes médicos y me personé en Recursos (In-)humanos:
– Me muero de frío en mi sitio. Así no puedo trabajar. Ese chorro de aire me está matando. Tengo los ojos y la piel fatal.
– ¿Cómo?
– ¿Cómo quieres que me ponga? ya pillé la neumonía una vez
– ¿Seguro que cogiste frío en la calle y no en la oficina?
– Interesante, en vez de buscar soluciones, echáis la culpa a otros. No pasa nada ya me queda claro que estáis para darle a la tecla al Nomina Plus y poco más.
– ¡¡Erika!!
Podría haber ido a los del comité de empresa pero ni me acerqué. ¿Para qué? siempre están desaparecidos con sus horas sindicales. Al menos en mi empresa.
En vista de que en la oficina nadie se tomaba en serio mis quejas, decidí dar un paso más. Así que cuando fui al reconocimiento médico de la empresa, aproveché.
En el formulario ese que tienes que rellenar antes de que te vea el médico, en el apartado de ¿algún riesgo laboral? escribí con pelos y señales mi tragedia, jejeje.
– He traído mis informes médicos
– Sra. Martin, la entiendo perfectamente. Es muy incómodo trabajar con frío pero cuando eso empieza a afectar a la salud ya pasa a ser intolerable.Ay, casi lloro de la emoción. Por fin alguien con empatía que al menos me escuchaba.
Les teníais que haber visto. Qué pelotas y simpáticos todos con él. Era el técnico de riesgos laborales que hizo la ronda por toda la oficina.
Pasados unos días, aparecieron mis amigos los ñapas con una escalera. Abrieron la tapa del techo y se pusieron a hurgar en los conductos.
– ¿Qué hacéis?
– Estamos regulando el caudal
– ¿Cómo? si no se podía hacer nada.
– Bueno, algo siempre se puede hacer.
– Uuumm, claro, qué casualidad, se puede tocar el aire justo después de la visita del de riegos laborales ¿no?
Al día siguiente dejó de salir aire. Ni frío ni calor.
Ay, qué bien trabajo ahora:
✓ Ya no tengo que ir vestida de esquimal.
Álvaro (Memorias de una cinta VHS)
27 marzo, 2015 @ 19:12
Yo ahora trabajo desde casa y ¡gracias a Dios! no tengo que pasar por esos problemas.
En mis anteriores trabajos, te veo totalmente reflejada con una secretaria que tenía que luchar con el gusto por lo gélido de su jefe que obligaba a una temperatura de 14º en su despacho y alrededores. La pobre siempre tenía un par de bufandas a mano y se las ponía al cuello. ¡Una gran sufridora!
Cindy Groulx
27 marzo, 2015 @ 19:27
Me alegro de que tienes ese problema fijo, sólo Dios sabe usted sufre bastante otros tipos de estrés en ese lugar, sin su salud va a la olla, a causa de los problemas ambientales. No es necesario que aguantar para arriba esas tonterías. Tengo una sobrina que es un secretario ejecutivo, y ella dijo una vez, que no tengo que aguantar con el toro, puedo conseguir un trabajo en cualquier lugar, incluso en otro país. Ella se movió con otra empresa y ahora trabaja como ejecutivo
Tenga cuidado querida hermana.
Erika Martin
27 marzo, 2015 @ 20:15
¡Qué suerte tienes de trabajar en casa y poder poner la temperatura a tu gusto!
Esos que ponen el aire en verano a 14º son los que en invierno ponen la calefacción a 30º. Algo incomprensible para mi.
La secretaria que comentas, habrá muerto por congelación ¿no? pobre.
Disfruta el fin de semana
Erika Martin
27 marzo, 2015 @ 20:19
Afortunadamente se arregló el problema, Cindy.
Me alegro por tu sobrina que pudo cambiar de trabajo. Con la crisis económica que tenemos en España, no es tan fácil poder cambiar de empresa.
Cuídate tu también mucho. Besos mi querida hermana
Conxita Casamitjana
27 marzo, 2015 @ 20:24
Erika fantástica manera de explicarlo. Creo que esta pesadilla la hemos vivido tantos…¡¡¡Qué odiosos son los edificios inteligentes!!!
Al final sólo queda la estrategia de la cebolla, capas y capas, que en función de la temperatura interior vas poniendo o quitando. Y si tienes suerte para no oírte más, igual hasta consigues un calefactor para ti solita…
Feliz fin de semana
Jordi Luna
27 marzo, 2015 @ 20:44
Joder Erika, pero que empresa más rata. Para que veas que los tópicos suelen ser poco acertados. No he estado en ninguna oficina en Lleida (catalanes garrapos) en la que no me asfixie en invierno por la calor. Y te peles de frío en invierno y he estado en muchas por trabajo. Y con todo ese parte médico que no te hagan caso… Por dios!!!! La próxima vez… Me lo dices y haré que parezca un accidente… Con los de recursos inhumanos jaja buenísimo.
Me encantan tus historias y más por ser reales. Nunca falto al aire fresco de los viernes. Besos y sigue así, si eres capaz de lidiar con todo lo que nos cuentas… Yo creo que eres, de oro planeta, Venus seguro, mujer guerrera.
Rakel Relatos
27 marzo, 2015 @ 21:57
Muy divertido como siempre, Erika!
Mi oficina está en un edificio inteligente y en verano nos pelamos de frío y en invierno de calor, jeje!! Besos!
Erika Martin
27 marzo, 2015 @ 22:22
Hola Conxita!
los edificios inteligentes son de todo menos inteligentes , te lo digo jaja
La estrategia de la cebolla es fantástica y ponerte una mantita por encima como hacía yo, es lo mejor ¡uy! qué carlocito da…
Feliz fin de semana, guapa
Erika Martin
27 marzo, 2015 @ 22:39
Son muy ratas, Jordi, aunque ellos lo maquillan diciendo "ahorro de costes". Nunca entenderé porqué en general ponen clima tropical en invierno y clima polar en verano. Y porqué en mi oficina es al revés, frío en invierno y calor en verano. De locos!! Pero tu aguantarías como un campeón con el frío que en Lérida con las montañitas que tenéis a la vuelta de la esquina tiene que hacer una rasca ….
Soy muy guerrera, por eso, me tienen gato los de recursos inhumanos, me paso el día metiendoles el dedo en el ojo… o quizás ¿soy toca pelotas? no sé jaja
Me hace muy feliz saber que te encantan mis historias y verte por aquí semana a semana. Muchas gracias. Besos
Erika Martin
27 marzo, 2015 @ 22:42
Hola Rakel,
¿tu también estás en un edificio supuestamente inteligente? vaya, entonces eres otra sufridora ¡puff! jaja
Gracias por los dos premios que me has dado esta semana. Me tienes alucinada 😉
¡Buen finde!
Daniel Madrid
28 marzo, 2015 @ 07:02
jajaja me revuerda a mis tiempos de practicas en Iberdrola. Menudo frio pase en esa oficina! enhorabuena por tu articulo, me he reido mucho Erika. Feliz sabado amiga! :*
Oscar Bustamante Matías
28 marzo, 2015 @ 09:54
No dudo que los edificios sean inteligentes. Los que obviamente no lo son, son los que programan su comportamiento. Lo peor es que te haya afectado tanto a la salud y tengas el problema en los ojos de por vida. Son unos sinvergüenzas. Me alegro que de lo demás estés recuperada del todo y sobre todo, que pudieras hacerte valer y que lo cambiaran. Eres muy grande Erika. Un beso enorme
Holden
28 marzo, 2015 @ 11:45
Yo sufro, pero por el mando. Mi jefe decide la temperatura, a pesar de que no está en la oficina. Y además el dice que tienen que estar las puertas abiertas para que nadie pueda pensar que estamos holgazaneando, por lo tanto: puerta que da a la calle abierta, bomba de calor a 23 grados, 1 o 2 grados en la calle, y yo echando vaho por la boca. Así no hay quien curre, claro.
Pero bueno, yo soy del tipo de persona que no necesita que le hagan caso. Vaya, tiendo a resolver mis problemas por mis propios medios. Durante una temporada me llevé a mi mesa 3 estufas eléctricas, y me las puse todas a máxima potencia dirigidas solo a mi. El resultado yo lo tenía claro: los plomos saltaban cada dos por 3. Y eso ya no les gustaba, porque ellos (los jefes) no podían regular sus oficinas y pasaban frío. Me obligaron a quitarlas, pero yo que soy tenaz los puse en el baño dónde no los veían (que calentito se estaba mientras meabas, ojo) y los plomos les seguían saltando. Al final logré que subieran la calefacción y se dejaran de ostias con las puertas abiertas, eso sí, por las malas.
Humoreo Luego Río
28 marzo, 2015 @ 13:06
Que buena historia!!! Has descrito a los inhumanos y a los sindicalistos a la perfección. Yo creo que la evolución de estos espécimenes, es la misma en todos lados. Me he reído un montón con este relato. En mi curro, cuando los ñapas no te echan cuenta, cada uno se busca su propia solución, a cuál más pintoresca!!! Te felicito por la historia y te compadezco por los años de sufrimiento pasados!!! Un abrazo te!!!
Ana Suárez
28 marzo, 2015 @ 13:44
Jo Erika, pobre, me ha dado frío hasta a mí viendo lo que decías, porque me acordaba de mí. Yo también iba a trabajar como al polo Norte, porque en mi último trabajo siempre hacía frío, incluso en invierno (en Canarias) salías fuera y hacía hasta calorcito, dejaba el desayuno para casi la una porque a esa hora hace más calorcito.
Yo como tú, llamé a mantenimiento, y sí venían, modificaban el caudal y eso pero seguía haciendo frío: jersey gordo, chaqueta encima y encima de eso una pasmina de esas gordas gordas, y calcetines o sea que nada de zapatos monos porque los pies helados. Y bueno, los sindicatos…Y sé que hay gente super comprometida, pero la mayoría van a ver cómo conseguir más privilegios.
Después de eso trabajar desde casa es lo mejor desde el pan de molde para mí…Besos
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 14:02
Si algún día decido cambiar de empresa, ya sé dónde no echar curriculum 😛 Gracias por avisar jaja
Feliz sábado para ti también, Daniel, besos
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 14:06
Tienes razón, los que son bobos son los encargados de su programación y mantenimiento.
Hay cosas en las que uno no puede rendirse y cuando está en juego la salud, menos aún 😉
Un beso grande para ti, Oscar
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 14:15
¿Y tu jefe no ha echado cuentas del gasto que debe de tener por estar siempre con las puertas abiertas, Holden?
jajaja me parto con tus solución al tema. Ya me los imagino buscando la causa de que saltaran tanto los plomos. Claro, claro, uno tiene que estar a gusto y calentito cuando va al wc a … mear.
Enhorabuena por haber conseguido que cerraran las puertas. Fue por las malas como yo con el técnico, pero es que sino no hacen ni caso. Aplausos para ti.
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 14:18
Me temo que los inhumanos y los sindicalistas son igual en todas partes. En cuanto a los ñapas, al menos a los de mi oficina, el cerebro no les da para más. Ellos simplemente no entienden que en invierno hay que poner la calefacción y en verano el aire. A mi me condenaron la salida del aire pero el resto mis compañeros siguen con la temperatura al revés.
Un besote, Juan Carlos
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 14:22
Vaya, pasaste por lo mismo que yo. Es que eso de salir a la calle y sentir calorcito es tremendo, sobre todo en Canarias con la buena temperatura que tenéis.
Es que cuando se te mete el frío en el cuerpo, ya poco importa ir vestido de esquimal o que toquen el aire, tu ya te has quedado congelada.
Ahora desde casa estarás en la gloria bendita ¡qué suerte!
Buen finde, guapa, besos
Josue A
28 marzo, 2015 @ 14:38
Excelente artículo como todos los que escribes. En mi caso no sufro con esto de clima, será porque yo tengo siempre los controles en mi poder, jejeje. Sin duda algo que sucede en muchas oficinas.
Saludos.
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 15:58
¿Significa eso que tienes el mando del aire guardado en tu cajón? jope, qué suerte poder ajustar la temperatura a lo que desees 😉
Gracias, Josue, un abrazo
Coral Páez
28 marzo, 2015 @ 16:32
Si que es una problemática tremenda la de la temperatura y conseguir que esta a gusto de todos es “un imposible”, pero lo que te pasaba era ya superior, que bien que te lo arreglaron.
En mi caso es inaguantable el tener un calor insoportable, la calefacción a todo gas, abrir las ventanas (nosotros si podemos abrirlas y esa es otra pelea, abre la ventana, cierra la ventana, ábrela otra vez y así media mañana…) y claro cuando sales a la calle te encuentras un frió tremendo y catarro que no me quito de encima durante todo el invierno. El día que nos pongamos todos de acuerdo, creo que haremos “fiesta”.
Me encanta leerte Erika, es agradable y ameno este ratito en tu blog.
Un beso!!
Mirta Cristina
28 marzo, 2015 @ 17:47
Parece que la guerra del control remoto y los cabeza de tuerca de mantenimiento es un fenómeno mundial como la crisis!! Me encanta tu forma de describir cada situación!!!
Que tengas un fin de semana soleado y feliz!! Besazo
Marigem Saldelapuro
28 marzo, 2015 @ 19:06
Hola!!! Mi problema con el aire acondicionado no es precisamente en un puesto de trabajo, es en todas partes. Voy al cine, me toca encima el chorro helado, voy al burguer y dónde yo me siento hay un chorro asesino, voy a un evento en un salón y allá donde esté me toca, en los autocares siempre lo abre el que va delante o detrás y me congelo todo el viaje, lo mío es una cruz, con lo friolera que soy lo odio a muerte,jejeej. Un besín.
Jaime
28 marzo, 2015 @ 21:17
Hace tiempo en la cárnica (Traducción: Empresa tecnológica "lider del sector" que nos vende al cliente al peso) que estaba trabajando, nuestro gerente era casi un Peter Griffin en potencia, necesitaba una silla tamaño XXXXL en su sitio (que para mi desgracia estaba cerca del mio), y que ni Camacho era capaz de igualar a sus camisas en verano. Al ser el gerente, este señor se adueño del mando del aire acondicionado de la planta, y obviamente, era como estar metido en un igloo, ya que para refrescar sus sobaqueras hacia falta usar hielo recién sacado de lo más profundo de la antartida. Acabamos todos con forros polares en cada sitio solo para que Camacho II pudiera pasar el verano. Por suerte no dureé demasiado en esa empresa y no he vuelto a tener olas de frio polar en verano.
Juanan G.C.
28 marzo, 2015 @ 22:35
Hola Erika, no he entendido eso de frío en invierno y calor en verano, que sensación mas desagradable, coño. Parece que lo hacen para que vayais muriendo y se ahorren indemnizaciones, jajajajaja. El tema de la climatización es super comprometido, nunca está bien para nadie y es que, cuando tienes que compartir espacio con gente que cada cual es de su padre y de su madre suelen saltar chispas. La verdad es que los sistemas de aire frio/calor en las oficinas están pensados con el culo, siempre hay alguien a quién le pilla en chorro de aire encima y no es posible que esté cómodo. También hay quien se queja de demasiado calor y prefiere abrir las ventanas, otros no ven con buenos ojos que se abran…. y encima de todo, está la falta de empatía y de compañerismo. En mi oficina hay cambio de ciclo, en verano hay aire acondicionado y en invierno calefacción y está regulada para tener una temperatura fija… pues siempre está la de turno que se queja de que en verano hace mucho frío con el aire, pero claro, ella va tan mona en tirantes y otros jodidos con camisa y corbata… con una chaquetita fina se soluciona el problema, vamos digo yo.
Si de mi dependiera mandaría a tomar por saco el sistema de mi oficina, no es para nada eficiente y además, nosotros tenemos otro problema, nuestra zona tiene orientación este/sur y tenemos el sol pegando en la ventana desde que se despierta, en esos días en los que Madrid está helado y soleado nosotros podríamos freir huevos en la repisa de la ventana, que calor!!! casi necesitaríamos unos tolditos o unas cortinas.
El caso es que por menos se han montado batallas campales, a ver si algún ingeniero idea algo más cómodo para trabajar, pero que no sean los de tu curro, eh?
Feliz finde!!!
Humoreo Luego Río
28 marzo, 2015 @ 21:55
¿Eso es la eficiencia energética? ¿Esa es la panacea del conocimiento y efectividad energética? Pues prefiero lo clásico!!! Un besote Erika!!! Cuídate.
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 23:50
Hola Juanan,
según dicen los listos de mantenimiento de mi ofi, ponen la temperatura así para que no haya choque térmico al salir a la calle. Menudo cuento chino. Seguro que lo hacen por lo que comentas de las indemnizaciones jaja
Un momento!! ¿en tu empresa se pueden llevar tirantes? en la mía está totalmente prohibido por el dress code, al igual que las chanclas. Repasa el código por si puedes echar la peta "con la ley en la mano" a esa que va medio en pelotas a trabajar jijii
Entiendo eso que dices de la orientación. Me compré mi casa con orientación sur para ahorrar calefacción en invierno. En qué hora. En verano es un infierno. Hace más calor en mi casa que en la calle. Tu lo que tienes que hacer es dar el coñazo a los de riesgos laborales, verás, hay estores especiales que absorben el calor del cristal de la ventana. Así ya no tendrás que freír huevos en la repisa. Aunque lo mismo, no es una casualidad y lo hacen para no poner un micro ondas en la cocina de empleados jajaja
Eso sí que no vayan los de mi curro a poner esos estores especiales, que seguro que los colocan en las ventanas orientadas al norte 😉
Muy bueno tu comentario, Juanan. Me he reído un montón.
Feliz fin de semana!!
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 23:11
es lo que viene se viene a llamar derroche energético, claro, que para pagar la factura nos tienen que congelar el sueldo a los empleados. Como abrir la ventana, no hay nada.
Cuidate tu tambien que llevas todo el invierno resfriado.
Besos
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 23:17
Es un sin vivir, Coral. Nunca entenderé porque ponen la calefacción a 30º en invierno y el aire a 15º en invierno.
Lo de la ventana es otra historia. No había caído en que también hay polémica con ellas, siempre he trabajado en sitios en donde no se podía abrir. Espero que os pongáis todos de acuerdo pronto y que hagáis ¡fiestaaaa! jaja
Gracias, Coral, a mi también me gusta mucho tu blog.
Besotes
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 23:22
Vaya, Mirta, yo pensaba que en Argentina no pasaban estas cosas con el aire acondicionado. De la crisis no se ha escapado nadie. Seguro que en ese pueblo tan bonito de Japón no tienen estos problemas jaja
Disfruta el fin de semana y sé muy feliz también. Besos
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 23:24
Tienes razón. La gente es una psicópata del aire a temperatura polar. No hay quien pare en el cine, en el bus, en el metro o en donde sea. El chorro asesino está siempre al acecho. No me extraña que lo odies jajaja Besotes
Erika Martin
28 marzo, 2015 @ 23:29
Hola Jaime, bienvenido al blog.
Llevo un rato riéndome con tu comentario. Es genial cómo lo has expresado, especialmente lo del hielo de lo más profundo de la Antártida. Me alegro de que no durases mucho tiempo en esa empresa con Camacho II jajaja
Me alegra tu visita, espero verte por aquí otro día 😉
Ana Lía Rodríguez
29 marzo, 2015 @ 01:03
La leche! Qué empírica! Me encanta como demuestras que tus quejas no son infundadas. Odio el aire acondicionado incluso en la gente que va en sus coches con el a mil. Lo paso muy mal, también soy asmática. Y no has tocado el tema medioambiental! que es muy gordo también. Ánimo! No desesperar. La oficina es horrible y si encima te están chingando, duro con ellos, jajaja. Me he divertido mucho pero también es un problemón. Un abrazo
Erika Martin
29 marzo, 2015 @ 08:32
Hola Ana Lía,
es que para quejarse hay que tener pruebas 😉 y tampoco hay que rendirse con los de RRHH jejeje.
A la gente se le va la cabeza, una cosa es no pasar calor y otra es estar en el Polo Norte en la oficina, coche, cine o cualquier otro sitio. Siendo asmástica te afectará tanto como a mi y eso es una putada de las gordas ¿verdad?
Es verdad, ahora que lo dices, no he hablado del tema medioambiental gggrrr.
Gracias por el comentario y que tengas un domingo genial. Un abrazo
PD: vi tu vídeo del otro día. Muy simpático y cantas muy bien. ¿Aceptó Pedro el reto?
Patricia Duboy
29 marzo, 2015 @ 10:19
Hola Erika, no sé cómo aguantaste tant, soy alérgica al frío y en tu lugar seguro habría tapado como fuera la salida de aire. En mi oficina teníamos split, pero por suerte mis compis eran igual de frioleras que yo jeje. Besos
Erika Martin
29 marzo, 2015 @ 10:22
Hola Patricia, no me quedó otra que aguantar. Me quejé una y otra vez. Menos mal que al final se solucionó ;). Me alegro de que tus compis fueran igual de frioleras que tu, así os ahorrabais las discusiones por la temperatura y el mando del split jejeje
Besos
Fantasía Y Realidad
29 marzo, 2015 @ 12:12
Hola Erika,no sabes como te entiendo. Verás,a mi me pasaba tres cuartas partes de lo mismo que a ti,pero lo mio era aun peor porque el jefe,mi jefe no es otro que ese que duerme conmigo desde ya ni me acuerdo.Y sabía los catarros que cogía porque de noche no le dejaba pegar ojo,pero ni por esa!! así que un día, ya cansada de su falta de interés decidí que como jefa de mi casa que es la suya hacerme dueña del mando,del aire, de la tele,del equipo de música y por supuesto,del ordenador! y hasta el día de hoy si quiere convivir en paz.Debe tener en orden todos los aparatos que me rodean en el trabajo!.
Me ha encantado leerte!! beso grande niña!
Ricardo Mazzoccone
29 marzo, 2015 @ 16:33
Hola Erika.
Soy el de Buenos Aires, el del subte.
Debo agradecerte. Si. Sabés porque? Porque por unos breves minutos mi cabeza deja de pensar gansadas, dejo de contracturarme (comer una uva me contractura) y de planear como haremos para habitar el planeta Marte.
Y todo gracias a tus fantasticas anécdotas.
De verdad.
Gracias.
Beso.
PD. A vos como te parece que deberíamos colonizar Marte?
Erika Martin
29 marzo, 2015 @ 16:38
Ole, ole, ole!!! eres una mujer de armas tomar, Teresa, muy bien que para eso eres la dueña y jefa de tu casa. Que no me entere yo que tu marido se queja por tu brillante decisión;)
Gracias por dedicar unos minutos de tu tiempo en leerme y comentarme, sé que andas muy liada. Te mando un abrazo muy fuerte y un besazo!!
Erika Martin
29 marzo, 2015 @ 16:45
Hola mi querido amigo argentino del subte,
si colonizando Marte se te pasan las contracturas y dejas de pensar gansadas ¿a qué estamos esperando? vamos para allá, ¡prepara la nave!. Cuando lleguemos, ya vemos como nos las apañamos para vivir allí
Me motivan mucho tus comentarios, que lo sepas. Mil gracias.
Un beso
RAQUEL ORTIZ
29 marzo, 2015 @ 19:53
Hola Erika, te entiendo perfectamente, en las oficinas eso ocurre: en invierno unos se quejan de que está muy alta la calefacción, en verano parece una cámara frigorífica en lugar de oficinas; claro que nos hemos peleado, siempre hay 2 personas que tienen la misma temperatura en el cuerpo y otras 2 diferentes, que cuando se cambia con el mando (disimuladamente, como si de robar se tratara,jejej) al rato escuchas quejas de los otros y miraditas,jejej.
Si el chorro de aire no te da en la cabeza, puedes solucionarlo con abrigarte como una cebolla tanto en invierno como en verano, si la cosa llega a más, lo mejor es lo que tu hiciste.
Un abrazo.
Argonauta Dalianegra
29 marzo, 2015 @ 20:16
Yo creía que el aire acondicionado era para estar calentito en invierno y fresco en verano, no para estar igual que en la calle o peor, jeje. Menos mal que ahora como ya no lo tienes, pues sanseacabó, jejeje. Algo que ganaste con tu particular batallita, jajaja, ya se sabe que el que persevera, vence. Besos, mi súper secretaria, y comparto tu entretenidísima entrada. Feliz noche y a descansar, que mañana toca currele de nuevo a menos que hayas cogido las "vacas".
Erika Martin
29 marzo, 2015 @ 21:11
Oye, Mayte, un día vienes a mi oficina y se lo explicas a los de mantenimiento que cuando les pedía calefacción en invierno me miraban como si fuera un perro verde ¿vale?
Gané, gané jijiji.
Efectivamente, mañana a trabajar, no he podido cogerme vacaciones :(. Lunes y encima con una hora menos de sueño por el cambio al horario de verano. Mañana que no me hable nadie, estaré muy enfadada jajaja
Descansa tu tambien y que tengas muy buena semana (¿tienes vacaciones?).
Muchos besos y muchas gracias por compartir
Erika Martin
29 marzo, 2015 @ 21:16
Hola Raquel,
ya te veo con el mando a escondidas cambiando la temperatura y luego disimulando en plan "no, yo no he tocado nada" jaja. Es un sin vivir y peor aún con el chorro encima ¡¡puff!! porque se te mete el frío en el cuerpo y ya ni cebollas ni nada 😉
Gracias por leer, comentar y compartir. Que tengas muy buena semana.
Un abrazo
Elia Brosed
29 marzo, 2015 @ 22:13
Holaaa guapis!! Pues yo tengo un problema y es que soy alérgica al aire acondicionado, no puedo ponerlo casi ni el coche, en mi casa no se pone jamás ( prohibido que mamá enferma) porque al día siguiente estoy fatal de la garganta y para meterme en cama. Imagina en los hoteles, lo primero que pregunto es si el aire es centralizado o yo lo puedo cambiar jjjaaa. Me he reído mucho amiga con tu post, es bien original jjjaaa. Un beso princesa!!
Erika Martin
30 marzo, 2015 @ 16:58
Hola Elia, si te pones así de enfermita, no me extraña que en los hoteles preguntes si el aire es centralizado jajaja Menudo fastidio!! es que a la gente se le va mucho la cabeza regulando la temperatura.
Gracias, besos y muy buena semana
Carolina
30 marzo, 2015 @ 22:04
Hola Erika,
esto del aire acondicionado parece la guerra de sexos. Los tíos parece que quieren estar en Siberia. No le encuentro sentido poner el cacharro a 15 grados en verano, cuando seguro que en invierno quieren la calefacción a 20 o más. Cuando trabajaba yo pasaba. Recuerdo un chico bastante friolero que tenía que tratar mucho con otro de los de Siberia. Y cuando pasaba por nuestro sitio se quejaba y decía: "¿Ves? Ya tengo la voz tomada.."
En mi ex-oficina había bombas de calor de estas cutres.
Besos 🙂
yodeseo serfeliz
31 marzo, 2015 @ 11:50
Bien hecho Erika. La persistencia no falla. Siempre se puede aprender de las malas experiencias. Bravo por ti.
Ahhhh y no creo k seas exagerada para nada ;D
yodeseo serfeliz
31 marzo, 2015 @ 11:57
Elia y Erika ke delicadas por dios…si es que sois dos princesitas… Pero muy guapas y con sentido del humor así k no os enfadeis conmigo.
Erika Martin
31 marzo, 2015 @ 17:29
Hola Carolina,
tienes toda la razón es una guerra de sexos jajaja No sé porqué los tíos no se compran trajes y camisas de tejidos finos para no pasar calor, a excepción de tu ex-compi friolero 😉
Ya sé que bombas de calor dices. Esas que son como calentadores de años '50 ¿no? ains
Muchos besos y gracias por tu tiempo.
Erika Martin
31 marzo, 2015 @ 17:31
De verdad te prometo que no he exagerado con los hechos que os he contado, lo pasé muy mal. Di la plasta porque deseaba ser feliz 😉
Muchas gracias por el comentario.
Disfruta de estos días festivos. Besos
David Lopez Moncada
1 abril, 2015 @ 19:17
Querida amiga Erika.
No dejas de sorprenderme.
A veces te imagino en la oficina.
Saludos y abrazos.
Jesus Ramos
1 abril, 2015 @ 22:58
Hola Erika!
Toda esta guerra del aire acondicionado me suena de algo jejeje
Durante algún tiempo tuvimos a un coordinador de servicios que se curró un plano térmico de la sala de trabajo para que todo el mundo supiese donde hacía más calor y donde más fresco. Hasta que llegó el “tolai” del jefe y lo quitó.
Imagínate, todos a por la chica de prevención de riesgos laborales a darle el coñazo. Lo que conseguimos fue que pusieran display en las paredes. ^_^
Eso sí, las ventanas tenemos prohibido abrirlas no sea que se meta algún bicho. ¿En serio no han visto la fauna que trabajamos allí? ¡Un bicho dicen! Jajaja
Cuidate mucho y un fuerte abrazo!! ^_^
Isidro Cristobal Del Olmo
1 abril, 2015 @ 23:43
una buena entrada Erika Martin gracias por venir saludos cordiales un abrazo feliz semana santa
Krika Alcaide
3 abril, 2015 @ 11:52
Vaya que mal lo has pasado hasta que te han hecho caso, que jodidos!! Con que no se podía hacer nada no?? Gggrrr, menos mal que has ganado la guerra 😉 Un beso guapa
Mary Ponce
7 abril, 2015 @ 17:32
En ocasiones me pregunto si no estarás en mi empresa…
Nosotros también tenemos un edificio "inteligente", el problema es que creo que él no lo sabe aún, o simplemente experimentan con nosotros. Sabrás que soy yo si en verano me ves ir a trabajar con una sudadero y en invierno en chanclas.
Muy buena entrada.
Erika Martin
7 abril, 2015 @ 17:34
Hola yodeseo ser feliz, síiiii, somos dos princesitas frioleras jajaja … aunque no nos enfadamos contigo ¿eh?
Un beso
Erika Martin
7 abril, 2015 @ 17:37
Hola David, que bueno que puedas llegar a imaginarme en la oficina. Mil gracias por la visita y el comentario.
Un abrazo fuerte
Erika Martin
7 abril, 2015 @ 17:42
Hola Jesús,
me parto con lo del tolai del jefe jajaja si es que vaya ideas que tienen a veces. Lo del display no está mal aunque me temo que no arregla mucho el problema ¿me equivoco?
Decidle a la de prevención que ponga mosquiteras en las ventanas, así no entra ningún bicho 😉 aunque ahora que lo pienso, los bichos ya están dentro de la oficina y tienen dos patas jejeje
Cuídate tu también mucho de la lesión. Un abrazo fuerte
Erika Martin
7 abril, 2015 @ 17:42
gracias a ti por leerme y apoyarme siempre.
Un besote, Isidro
Erika Martin
7 abril, 2015 @ 17:45
Lo pasé mal, Krika, trabajar con el chorro del aire sobre la cabeza es muy molesto. A fecha de hoy sigo teniendo los ojos delicados. Pero para chula yo 😉 y cuando me pongo a reivindicar mis derechos, no me para nadie ¡soy guerrera! jeje
Un beso, querida
Erika Martin
7 abril, 2015 @ 17:48
Quizás el edificio esté haciendo estudios sobre cómo nos adaptamos los humanos a condiciones climáticas extremas jaja …. ¡aaaaa! ¿eres tu la que va con jersey gordo y calcetines de lana en verano? ya te he fichado! mañana me paso por tu mesa a saludarte jeje.
Muchas gracias, Mary. Un beso fuerte!
Entre suspiros y un café
15 abril, 2015 @ 22:11
Te entiendo perfectamente Erika, de hecho, yo trabajo en una empresa de climatización y paso frío de verdad. A quién se le diga… Lo que también "me hace gracia" es lo de los edificios inteligentes, como si hubiera algo de inteligente en los sistemas. Que no digo yo que la idea original no sea buena, pero en la práctica no lo son.
Buena historia Erika, como acostumbras 😉 Besos.
Erika Martin
15 abril, 2015 @ 22:16
Vaya, hombre, no me digas que pasas frío trabajando en una empresa de climatización ¡no puede ser! jajaja vaya tela, Patri.
Seguro que los edificios y sus sistemas son inteligentes. Las personas que los configuran y se encargan de su mantenimiento no, en ningún caso jeje
Me alegro de que te haya gustado el post. Muchos besos