Zombies en Zoom
Las reuniones virtuales y videollamadas están llenas de momentos terroríficos. Se viven escenas típicas de una película de miedo, interpretadas por zombies y otros monstruos espeluznantes.
Sustos, escalofríos y sudores fríos son algunas de las sensaciones que puedes sentir mientras participas en una de ellas.
Videollamadas no programadas
El primer susto es ese momento en el que estás trabajando en casa en pijama, con los pelos de loca y la ojera colgando, y de repente tu jefe o algún compañero pretende hacer una videollamada en plan espontáneo.
Por supuesto, no respondes. Todo el glamour con el que te conocen en la oficina se esfumaría en un segundo. Además tu jefe o tu compañero se quedarían en shock al verte de esa guisa.
Si quieren hablar contigo, que te llamen por teléfono, como se ha hecho toda la vida.
¿Hay alguien ahí?
Si la reunión sí está programada y tú eres la primera persona que se conecta, sentirás cierta angustia hasta que lleguen los demás.
Solo apareces tú en pantalla. ¿Cómo es posible? La reunión empezaba a las 10:00 y ya son las 10:10.
Entonces lanzas la típica pregunta de que hacen las rubias tontas en las películas de miedo: ¿hay alguien ahí?
¿Podéis verme?
Poco a poco empiezan a conectarse los demás a la reunión virtual. Siempre habrá alguien que ve a todos en el panel de participantes, excepto a sí mismo. Su casilla está en negro.
¿Será un fantasma ?? Para salir de dudas preguntará:
– ¿Podéis verme?
– ¡Activa la cámara! – responderán los demás
Si vives en una cueva o bajo tierra y estás a oscuras en tu casa, los demás difícilmente podrán verte. Si vives en un ático y te pones a contraluz, tampoco te verá nadie.
El tema de la iluminación algunos lo solucionan poniendo una lamparita sobre el escritorio. Lo que consiguen es aparecer en pantalla como un ser del más allá.
¿Se me escucha?
Esta es otra pregunta muy habitual en las reuniones virtuales. La formulan aquellos que olvidan activar el micrófono antes de unirse a la videoconferencia o los que no comprobaron que su micrófono funciona perfectamente.
Te confirmo que los que preguntan si se les ve y oye son los mismos que olvidan adjuntar los archivos en los correos electrónicos.
¿Estás ahí?
Como los despistados no están seguros de que los demás les vean u oigan, se saldrán de la reunión para volver a entrar. Pensarán que hay alguna incidencia con el enlace de la reunión. Otros pincharán en todas las opciones de configuración de la reunión a ver si encuentran el error. Tardarán varios minutos en darse cuenta de que no tenían activada la cámara, el micrófono o ambas cosas.
Mientras tanto, el administrador preguntará: ¿Fulanito, estás ahí?
Micrófonos abiertos cuando no deberían
Todos hemos visto en la tele las meteduras de pata de gente que se cree que tiene el micro cerrado y resulta que su comentario inapropiado la ha oído todo el mundo.
En los webinars y reuniones virtuales normalmente el administrador desactiva los micrófonos de los participantes. Pero muchas veces no se hace y a los participantes tampoco se les ocurre darle al mute.
También es muy posible que administrador y participantes desconozcan la función “levantar la mano”. Es lo que tiene utilizar Zoom y otros programas similares sin formación previa.
Así ocurren situaciones sangrantes en las que todo el mundo habla a la vez y nadie se entera de lo que dicen los demás.
Por otro lado, ¿quién no ha oido ladrar al perro? ¿bebés llorando? ¿hijos preguntando algo a sus padres? ¿la sirena de alguna ambulancia que pasaba por la calle? ¿la música hortera del vecino de algún compañero?
Cámaras demoniacas
Si estás en calzoncillos, bragas, chándal, etc. por favor, acuérdate de no levantarte de la silla bajo ningún concepto. Si estás en una videollamada con el smartphone, no vayas a las cuarto de baño a hacer tus cosas. Todos te veremos y será un espectáculo escalofriante para todos.
Cierra la puerta del salón o la habitación con 7 candados para que no se cuelen tu pareja o tus hijos por detrás a ocupar el plano que tú has dejado vacío por estar en la esquina inferior derecha de la pantalla.
De Zoom a la zombificación
Los primeros meses del teletrabajo molaba esto de vernos los caretos en la pantalla del ordenador.
Reuniones virtuales, actividades team building, cursos online, webinars, conferencias … nos hemos pasado días enteros conectados a Zoom, Google Meet, Microsoft Teams, Skype y otras aplicaciones similares.
Pero llegó un momento en el que nos saturamos y el volumen de trabajo pendiente creció de forma brutal. Por eso, ahora ya solo te conectas a las reuniones virtuales convocadas por tu jefe y lo haces solo para te vea en el panel de participantes.
Pero tú estás de cuerpo presente y mente ausente. Mientras los demás hablan, te dedicas a mirar el correo electrónico, enviar whatsapps y avanzar en otras tareas pendientes.
Como los demás están igual de cansados de tanto Zoom y tampoco prestan atención, al final la reunión se zombifica.
Aunque a todos los jefes les encanta la multitarea, cuando el tuyo vea que estás en plan zombie, sin prestar atención a sus ideas brillantes y sabias palabras de CEO de empresa líder a nivel mundial en su sector, puede molestarse mucho y anotar tu nombre en la lista negra de la empresa.
Zombies y monstruos terroríficos en la pantalla
Antes del Covid-19, la oficina estaba poblada por fantasmas, zombies, momias, brujas, payasos diabólicos, personajes malvados, vampiros y asesinos en serie. Te lo conté aquí
Te creías que te habías librado de todos ellos gracias al teletrabajo, pero no. Están ahí, al otro lado de la pantalla, participando en todas las reuniones como buenos pelotas que son.
Sus poderes maléficos permiten que siempre se les vea y escuche sin problemas. Tienen un pacto con el diablo, es decir, con su compañía telefónica para que su conexión a internet sea de muerte.
Otra de las grandes pesadillas de las reuniones online es que la gente sale descuadrada.
Uno debería sentarse con la cara a la misma altura que la cámara web. Sin embargo, muchos se colocan fuera de plano o con la cámara enfocándoles desde abajo. Solo vemos media cara en una esquina, papadas, narices (con mocos) y ojeras en un primer plano amplificado.
Si sumamos la escasa iluminación de muchas casas, parecerá que estás viendo una película de miedo en la que los protagonistas son monstruos de ultratumba.
Conexión a internet fantasmagórica
Cuando tu conexión a internet va más lenta que el caballo del malo, pueden ocurrir las siguientes situaciones:
✓ Se pixela la imagen
✓ Te quedas congelado
✓ Se entrecorta tu voz
✓ Tu voz suena metalizada
En el último caso, quizás alguno se asuste pensando que has sido reemplazado por un robot humanoide de esos que roban los puestos de trabajo, tal y como llevan vaticinando años los grandes gurús de recursos humanos.
✓ Tu conexión a internet falla justo cuando tú estés hablando. Cuando consigas unirte de nuevo a la reunión virtual tendrás que volver a contar toda tu presentación.
Compartir la pantalla equivocada
Lo malo de tener muchas ventanas abiertas en tu escritorio es que puedes equivocarte al compartir pantalla y abrir una que no tiene nada que ver. Espero que no sea algo que te pueda poner en un aprieto profesional ?
Cuando la reunión está a punto de acabar …
Al igual que en las reuniones presenciales, siempre habrá alguien que haga una pregunta estúpida justo cuando la reunión esté a punto de finalizar. Ese alguien será el compañero que odias ?
En ese momento quieres morirte y ver la luz al final del túnel, por varios motivos:
⚰️ después de 2 horas de reunión, necesitas levantarte para ir a orinar y no puedes porque estás en ropa interior o en pijama
⚰️ responder la pregunta tonta del compañero que odias supone otra hora más de reunión
Cómo desaparecer de una reunión virtual
Si a todas las situaciones anteriores le sumamos que las reuniones virtuales son igual de improductivas y ladronas de tiempo que las presenciales, queda claro que para unos son una pesadilla y para otros una película de miedo.
Por eso, muchos tienen sus tácticas para desvanecerse:
☠️ Nada mejor que que te falle supuestamente la conexión a internet, el micro o la cámara.
☠️ Mover los labios sin decir nada y cuando los demás te digan que no te oyen, escribes en el chat que tu micro ha debido romperse, que lo sientes y que tendrás que comprarte un micrófono nuevo.
☠️ Quedarte inmóvil simulado que estás congelado. Después de un rato desactivas la cámara. Da unos minutos para que todos vean tu cuadro en negro en el panel de participantes. Luego de sales de la reunión. Pensarán que perdiste la conexión a internet.
☠️ Decir que tienes problemas técnicos y que sales un momento para volver a entrar … y nunca jamás vuelves a conectarte.
Lectura recomendada: Cómo escaquearse de una reunión presencial
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¿Tienes alguna anécdota divertida que te haya pasado en una reunión virtual?
¿Alguna estrategia para desaparecer en plena reunión?
Cuéntalo en los comentarios.
Jordi Ferrís
19 octubre, 2020 @ 18:00
Grande, como siempre.
Erika Martin
19 octubre, 2020 @ 19:03
Gracias, Jordi!
Azahara
20 octubre, 2020 @ 09:38
Lo que me he podido reír con esta entrada, se te h olvidado hablar de los que se pasan la reu mirándose, poniendo morritos, atusándose el pelo y comprobando su lado bueno en cámara.
Erika Martin
20 octubre, 2020 @ 10:22
jajajaaja ¡cierto! se me ha olvidado hablar de esos personajes. Son Barbie y Ken en versión monster. Genial tu aporte. Muchas gracias, Azahara
Oscar
20 octubre, 2020 @ 10:13
Muy buena entrada, adaptada a los tiempos que corren. Me apunto las formas de salirse de la reunión «sin querer», je je je. Besitos
Erika Martin
20 octubre, 2020 @ 10:25
En la próxima reunión o webinar que tengas, fíjate cuántos desaparecen así. Son tácticas probadas con excelentes resultados jajaja. Besos
comunicareslomio
21 octubre, 2020 @ 19:36
Me parto Erika …
Sinceramente, lo que más echo en falta entodo esto es la falta de espontáneidad y frescura en la comunicación.
Está claro que el que no la tiene presencialmente, no la va a tener online, pero es insufrible.
Sobre todo en webinars y ponencias virtuales a las que personas no habituadas a hablar en público se han visto abocadas en los últimos tiempos.
A ver, no digo que tengan que ser un cachondeo, por supuesto, pero sí que logran captar tu interés y atención.
Saludos,
Erika Martin
21 octubre, 2020 @ 20:01
Esas personas que comentas podrían ser las muñecas de trapo con la cara de cerámica típicas de las películas de miedo. Su voz es la de un ventrílocuo, jajaja.
El que no tenía chispa en las ponencias presenciales, tampoco la tiene en las virtuales. Antes proyectaban diapositivas con millones de datos y ahora las comparten en pantalla. En ambos casos se limitan a leer. Me temo que no aprovecharon el confinamiento total para hacer un curso de hablar en público.
Saludos