¿Cómo hundir tu negocio? (Caso práctico incluído)
Hola! hoy te escribe un fantasma del pasado con el que Erika trabajó durante un tiempo. Fui un antiguo jefe suyo.
Me ha colado en el blog para contarte la triste historia de la quiebra de mi negocio.
Siempre fui un hombre con ambiciones y con muchas ganas de hacerme rico. Persiguiendo este sueño, pedí un crédito al banco y monté mi propia agencia inmobiliaria.
Era en los tiempos en los España iba bien. Todos éramos ricos y felices gastando dinero como si cayera del cielo.
Los pisos se vendían y alquilaban con una facilidad tremenda. Y es que los bancos no se paraban a analizar si la gente ganaba lo suficiente como para pagar las hipotecas.
La actividad en la agencia era frenética. ¡Qué éxito! Tres meses después de fundar mi imperio, tenía un equipo comercial de 10 personas y una recepcionista 🙂
La recepcionista era Erika.
La rubia vino a la entrevista con un vestido entallado negro y tacones de vértigo.
Durante aquella conversación, me di cuenta de que el puesto de recepcionista se le quedaba corto dada su trayectoria profesional. Así que mientras hablábamos le di un giro improvisado a sus funciones, pasando a ser recepcionista-secretaria-administrativa-contable.
Había huido de su trabajo anterior por una plaga de cucarachas y, aunque el sueldo era una mierda, no hay nada como estar desesperado para aceptar la primera oferta de trabajo que se te cruza en el camino.
El horario era lunes a viernes de 10 a 20 horas.
Como Erika abría y cerraba el local, yo llegaba a eso de las 12:00. Me iba a casa a las 14:00 a comer y echarme la siesta. Regresaba hacia las 17:00. A las 19:00 me iba después una ajetreada jornada de trabajo. Entiéndeme. Cruzar 4 veces Madrid en coche era un auténtico estrés.
Me pasaba el día encerrado en mi despacho gestionando mis cosas de CEO de un imperio inmobiliario.
Lo que más me gustaba hacer era descargarme música en internet. De vez en cuando les grababa un CD a mis empleados para motivarles. Nunca me agradecieron estos detalles que tenía con ellos.
Si surgía alguna operación, mis empleados tenían instrucciones de quedar con el cliente fuera de horario comercial. Bien a hora la comida o bien a la hora de la cena.
Erika y sus compañeros siempre protestaban.
Definitivamente no tenían visión de negocio. Cualquier gran empresario sabe que a los clientes hay que darles facilidades. Y este era un servicio especial que nos diferenciaba de la competencia.
Si los clientes no podían faltar a su trabajo para firmar un contrato de alquiler, ahí estábamos nosotros hasta las 23:00 si hacía falta.
A cambio no abríamos los sábados. Aunque esa panda de tarugos tampoco me agradeció esto.
Como siempre dice Erika, el motor de una empresa son los empleados. Por este motivo y, sobre todo, porque yo estaba ocupado grabando CDs de música, delegué en ellos desde las estrategias prospección hasta las de ventas. Que se estrujaran la cabeza que para eso les pagaba.
Lo que pasa es que me proponían cada cosa. ¡Bbbrrrr, terrible!. No me gustaba ninguna y se las echaba todas para atrás. Algunas se pasaban de la raya porque incluso me sugerían cómo dirigir mi negocio ¿A mi, el CEO del imperio?
Me sentía insultado. ¿Qué sabrían unos simples agentes inmobiliarios y una secretaria de lo difícil que es llevar un negocio? Zapatero a tus zapatos. Mejor que vendieran pisos y se callaran.
Afortunadamente se dieron cuenta de su incapacidad mental y dejaron de entrar en mi despacho a interrumpir con sandeces.
Paulatinamente dejaron de traer inmuebles nuevos y atractivos. Todos eran pisos para entrar con excavadora. Imposibles de vender.
Y debido a las fotos de esos antros, la gente pasaba de largo por el escaparate. Nadie entraba a preguntar e informarse.
Se veía venir. Se dejaron de cerrar operaciones. Como consecuencia, no había ingresos. Mi negocio empezaba a irse a pique.
¿Y mis empleados? Allí estaban, sentados todos en la oficina.
¿Te crees que estaban buscando locales y pisos en los anuncios del periódico que les compraba todos los días? No, un día pillé a:
- uno jugando al solitario en el ordenador
- a otro haciendo los crucigramas del periódico
Pegué un puñetazo sobre la mesa de pura indignación.¡Menuda panda de vagos!
Lectura recomendada: Día de furia en la oficina
Ahora entendía porqué estaba todo tan parado. No era un bache en el mercado. Tenía un cáncer dentro de mi empresa.
Regresé a mi despacho, di un portazo y me puse a lo mío, a lo que me relajaba en momentos de tensión como estos: descargar música.
Unos minutos después Erika entró en el despacho. Me dijo que ellos se pasaban el día sentados en la silla porque seguían el ejemplo del líder.
Bueno, no sé a qué y quién se refería con eso de líder. Yo era un brillante empresario y un gran jefe rodeado de una panda de incompetentes desagradecidos. La mandé a la mierda literalmente.
Tomé dos decisiones:
1. prohibirles estar en la agencia más de una hora seguida. Su lugar era la calle, buscando inmuebles y clientes. Salvo Erika, ella tenía que estar en la recepción por si acaso entraba alguien despistado a hacer alguna consulta.
2. no pagar a ninguno, a ver si así espabilan, movían el culo y cerraban alguna operación. De hecho, no les pagué el sueldo durante 6 meses.
Cada día les recordaba que tenía que pagar el crédito que había pedido para montar el negocio y sus seguros sociales.
Y ahí estaba siempre Erika con los ojos inyectados en sangre protestando y diciéndome que no le importaban mis problemas, que ella y sus compañeros también tenían gastos.
¡Qué tontería! Mis problemas eran mucho más graves que su recibo de la luz o de la hipoteca.
Un día me amenazó con dejar de venir a trabajar porque no tenía dinero para pagar el billete de metro. ¡Qué tía!
Lectura recomendada: ¿Cuánto se gasta un trabajador en ir a trabajar?
Para evitarlo empecé a irla a buscar a su casa con mi coche para llevarla/traerla a/de la agencia.
Ella iba como una princesa en mi Alfa Romeo verde con asientos de cuero:
- Le ponía la calefacción o el aire acondicionado según la temperatura de la calle.
- Siempre sonaba su música favorita para hacerle el camino más ameno.
Menudos los madrugones me metía para estar a las 9.30 en la puerta de su casa. Yo, el dueño de la empresa haciendo de chófer para la niña. Y ella nunca me lo agradeció.
Decidí quemar un último cartucho para salvar el negocio. Pedí otro crédito al banco y lancé una campaña de marketing brutal. Siiii, aquello reactivaría mi negocio y ganaría millones.
Encargué cientos de mecheros y bolígrafos y miles de folletos de publicidad. La broma me costó 6 mil euros. Era una super ideaza. Con esto triunfaríamos.
A la panda de zopencos que tenía trabajando gratis no les gustó mi super campaña marketera. Me dijeron que me tenía que haber gastado el dinero en una web para llegar a más gente y no solo a la del barrio.
Supongo que me hacían de rabiar porque no querían repartir mi merchandising por la calle. Era verano y en Madrid se alcanzan fácilmente los 40º. Seguro que esos vagos preferían estar en la oficina fresquitos haciendo sudokus.
Pasaron los días y las semanas. El teléfono no sonaba. Tampoco entraba nadie a informarse. No entendí porqué mi fantástica estrategia no funcionó.
Dos meses después tuve que echar el cierre a mi imperio. Estaba completamente arruinado. El banco y los proveedores me presionaban para que les pagara la deuda.
Supongo que a fecha de hoy seguirá pensando que su empresa quebró por estar rodeado de gandules. ¡Qué fácil es echar la culpa a los demás de las propias cagadas!
¿Qué le llevó a la ruina?
» No luchaba por sacar su negocio adelante. No estaba al pie del cañón dando ejemplo a los demás. Simplemente escapaba de la realidad encerrándose en su despacho.
» No tomaba decisiones y cuando le proponíamos soluciones, las descartaba todas. Consiguió que reinara la apatía. Consiguió desmotivarnos.
» Es más, acabamos odiándolo por no pagarnos durante seis largos meses. No dimitimos en masa porque si nos íbamos perdíamos todo el dinero que nos debía. No sólo no nos daban pena sus problemas, sino que fuimos a denunciarle a Inspección de Trabajo.
» ¿Porqué fracasó su super idea del merchandising? ¿De verdad pensaba que iríamos a repartir propaganda a la puerta del metro? Hombre, por favor.
Cogíamos los panfletos, salíamos a la calle, doblábamos la esquina, los tirábamos en la primera papelera que nos encontrábamos y luego nos íbamos a un bar a tomar unas cervecitas … como no nos dejaba estar en la oficina, nos teníamos que meter en algún sitio 😛
Si hubiera utilizado ese nuevo crédito para pagarnos, quizás nos hubiera devuelto la ilusión. No lo hizo. Por eso, aceleramos el proceso para que quebrara aquello de una vez, cobrar nuestros salarios atrasados y empezar una nueva vida en otro sitio.
Por cierto, no me gustan los coches ni los sofás con asientos de cuero. Cuando hace calor y sudas, te quedas pegado.
Que menos que sonara mi música favorita en aquel coche. Iba todo el trayecto contándome sus penas y todas las deudas que tenía. ¡Qué pesado! Me tenía aburrida. Así que me abstraía cantando mentalmente las canciones que iban sonando en el reproductor.
Conxita Casamitjana
26 junio, 2015 @ 19:15
Muy buen ejemplo Erika de incompetencia e incapacidad de reconocer los errores propios con los que se carga el negocio. Desgraciadamente corren muchos "superjefes" así que son una lacra para la empresa y ellos creen que son los salvadores. Al final, el tiempo pone a cada cual en su sitio.
Un saludo
Humoreo Luego Río
26 junio, 2015 @ 19:15
Yo no he pasado por nada parecido, pero si tuve un jefe, que culpaba siempre a todos de sus malas decisiones. Por aquel entonces, yo era encargado de producción y tenia que asumir todas sus barrabasadas!!!
¡¡¡Has vuelto a hacerlo Erika!!! Has vuelto a hacer que me lo pase bien visitando tu blog.
¡¡¡Un fuerte abrazo!!!
Holden
26 junio, 2015 @ 19:15
Alaaaaaa que pelmazo integral…
¿Tu jefe llevándote al curro? Mira, ahora se que te quejas de vicio y que eres una privilegiada realmente. ¡Cófer privado y aire acondicionado! ¡Qué chollo!
Tengo mucha suerte de que en 10 añitos que llevo ya trabajando nunca jamás me ha pasado algo así. Ni que no me paguen. Aunque un jefe me dejaba llegar al curro un poco más tarde si antes de ir al trabajo le reservaba pista de Pádel en Leganés, eso si.
Marta Máster
26 junio, 2015 @ 19:16
Hola: ese jefe podía ser un clon de los muchos que tuve que soportar… todos se sienten importantes y superiores y al final somos los curritos los que les sacamos las castañas del fuego y damos la cara… me suena eso de trabajar gratis y escuchar los gritos e insultos desde el despacho del jefe a las mesas de los empleados… dentro de lo malo a ti por lo menos te recogía en coche… Menuda gentuza de jefes soportamos pero el tiempo pone a cada uno en su sitio y muchos de ellos terminaron arruinados y sin sus negocios… Para que un negocio funcione los jefes tienen que dar ejemplo y saber motivar y crear un clima laboral positivo entre la plantilla. En un buen ambiente laboral los trabajadores son los primeros interesados en darlo todo por la empresa y se termina por querer y admirar a los jefes. Tuve algún jefe que se quedaba dormido en el despacho y hasta se desplomó de la silla… allí lo dejamos!!! tremendo… seguimos en contacto
Erika Martin
26 junio, 2015 @ 20:23
¿Has visto que bien me lo monto? ¡chófer privado para ir a trabajar! jejeje
Oye, pues eso de poder llegar más tarde a trabajar está muy bien. Seguro que aprovechabas para desayunar en el bar de la pista de pádel un cafe con galletas de esas que tu y yo sabemos jajajaja
Erika Martin
26 junio, 2015 @ 20:25
Hola Juan Carlos,
lo raro es encontrarse un jefe que asuma sus propios errores. Qué mal que tuvieras que asumir tu todas sus barrabasadas.
¡Yuhuu! ¡Qué contenta me pongo con que te lo hayas pasado bien por aquí!
Un super abrazo y disfruta el fin de semana
Erika Martin
26 junio, 2015 @ 20:29
Hola Conxita,
Es que es el mundo al revés. Muchos lo gestionan todo fatal y se creen que son los "salvadores" ¡Qué lástima! Tarde o temprano terminarán aprendiendo la lección.
Muchas gracias por tu tiempo y por el comentario.
Un beso, guapa
Erika Martin
26 junio, 2015 @ 20:35
Hola Marta,
muy buen resumen haces del artículo 😉 Es justo como dices. Se creen por encima del bien y del mal. Cuando llegan los problemas, insultan y gritan, en vez de buscar soluciones. Y una de ellas es tan fácil como escuchar a la plantilla que es la primera interesada en que la empresa tenga estabilidad.
No es plato de buen gusto estar sin cobrar durante meses. Siento que hayas pasado por algo parecido. La verdad es que es muy desagradable.
jajaja qué bueno lo del jefe que se quedó dormido ¡me parto!
Muchas gracias por la visita.
Un abrazo
Marigem Saldelapuro
26 junio, 2015 @ 22:07
Jajajaj, ayyy si yo te contara!!!Y mi hermana, ella tiene un máster en empresarios que se autohunden.
Por cierto, el lunes o el martes, no me acuerdo,jeje, te mencioné en un post. Un besito.
Erika Martin
26 junio, 2015 @ 22:12
Ay, pobre tu hermana, qué gafe ¿no?
Tuve una semana agotadora y apenas me he conectado estos días. Voy corriendo a tu blog a ponerme al día 😉 Besitos
Fantasía Y Realidad
26 junio, 2015 @ 23:02
Yo no he pasado por nada parecido Erika pero no me habría importado antes de pasar por lo que pasé con un jefe que ni era jefe y era ná.
Y como siempre,me lo he pasado genial!!gracias:)
Besos!!
Felipe Rodríguez
27 junio, 2015 @ 06:19
Yo he tenido la suerte de no haber pasado por algo así, tu paciencia para soportar algo así es digna de una medalla, yo hace mucho hubiera escapado.
Excelente resumen final acerca de los errores que cometió.
Un abrazo.
Benicio Orozco
27 junio, 2015 @ 07:46
Es bastante común ver las cosas desde tu único punto de vista a veces por egoísmo a veces por ignorancia y Siempre tiene consecuencias Es muy importante abrir la mente y ver otros puntos de vista
Muy bueno el post
Gracias Erika
Elia Brosed
27 junio, 2015 @ 07:47
Jajaja yo no he pasado por algo así "Gracias a Dios" si estuve sin cobrar en Marsans pero nuestros jefes no podían recoger a miles de personas jajaja. Un jefe que tuve me venía a buscar a casa porque me habían operado y no podía caminar y como no me quise coger la baja pues el pobre hombre tenía que llevarme a la Agencia. Me ha encantado Erika, me hw reído un montón y la cara de tu jefe es asquerosa!!! Jajaja, un beso amiga!!
Chelo
27 junio, 2015 @ 13:13
Se te veía contenta en el Alfa Romeo verde con asientos de cuero 😉
Broma aparte, vaya experiencia con tu jefe. Si es que los hay que siempre esperan que los demás les saquen las castañas del fuego.
Y
o siempre he tenido jefes (o jefas) sensacionales, la verdad que sí. No sé si es o no un dato relevante o no, pero he de decir que, salvo una temporada que estuve empleada en un Banco (y también tuve, sino un buen jefe, un buen hombre de jefe), siempre he trabajado para la Administración.
Y el tópico de que aquí no existen jefes ni nada, desde mi punto de vista no es cierto, porque siempre hay una cabeza visible por encima de ti, o sea, tu "jefe/a".
Besos Erika, ¡y feliz finde!
Manu cueva
27 junio, 2015 @ 13:13
Flipante relato y real como la vida misma yo en la época del ladrillo estaba de electricista y veía todos los pufos y las prisas que metían por ese sueño de hacerse millonario a toda costa mucha prisa viviendas de mierda que ahora se caen y muchos accidentes con muerte incluida pero eso si créditos daban a todo desalmado que se creía colega del director de banco. Espero pases un buen verano.
Luis de la Rosa
27 junio, 2015 @ 13:14
Sí, algunos jefes creen que ante todo tienen que demostrar a sus empleados que los que mandan son ellos y no sacar entre todos adelante el negocio. Parece que el ego de un jefe a veces es un peso demasiado grande para una empresa.
Como siempre, lectura adictiva.
Oscar Bustamante Matías
27 junio, 2015 @ 13:14
Erika, has pasado por cada cosa que vaya tela. Espero que al final te pagaran lo que te debían. Me encanta tu análisis. Con esta entrada me demuestras que no estaba equivocado en cuanto a ti caché, tu inteligencia y tu capacidad para hacer las cosas. Ojalá en tu trabajo se vayan dando cuenta de todo lo que vales. Y si no, dame el teléfono de tu jefe que se lo comento y te pido un aumento. Besitos cariño
Holden
27 junio, 2015 @ 15:34
No creas, ese material no se consigue en todas partes. Digamos que desayunar " eso " en un establcimiento público puede costar algunos favores. Nada fuera de mi alcance, naturalmente, pero me gusta hacer la vida sencilla. Así que me conformaba con chocolate con churros, que también tiene su aquel.
Oskar Tel
27 junio, 2015 @ 15:35
Sabes sacar como nadie una sonrisa exponiendo un tema tan peliagudo como este Erika, ¡eres una crack! 😀
Por desgracia, (ya poniendome un poco serio) esa es la filosofia "de clases" que existe en muchas de las empresas en España, a mi parecer. Del todo desfasada y erronea lo mires por donde lo mires. Se sigue actuando como hace 50 años, el jefe es el que manda y el resto a "sus pies". Con ese esquema de trabajo no se beneficia a la empresa como ente, sino a ciertas personas.
Ese tipo de jefes no se dan cuenta de que la empresa con toda probabilidad va a ir mal por ese camino y "el que manda" tambien llegara el momento de que no mande mas nada, porque no habra empresa donde mandar.
Por otra parte no todo el mundo sirve para mandar… pero ese es otro tema. 😉
¡Un abrazo Erika!
ramrock
27 junio, 2015 @ 19:21
Jejejejejejejeejejejejejee…. Este…eerrrr…parecido, si.
Jis jis jis jis jis jis jis
Eso si, yo estaba gran parte del dia en internet.
¿Los jefes?, no venian casi nunca, solo estaba el famoso coronel que te dije en otro comentario contando sus "batallitas" mientras yo tenia que asentir al mismo tiempo que trataba de terminar un nuevo post en mi blog de entonces (estaba en una web que, mira tu por donde, tambien quebró, LaCoctelera.net).
Cuando si debieron aparecer es después de salir yo el viernes por la noche y cerrar el local, nunca sabré si fue justo después, si fue el sábado por la mañana, el sábado por la tarde, el domingo, pero bueno, lo demás ya lo sabes, el lunes, cuando llego alli, me encuentro con el cerrojo cambiado y dentro del local no quedaba ni una puñetera silla.
Hoy en dia ni siquiera se han molestado en darla de baja, sigue saliendo en las listas de morosos a la seguridad social y en otras listas, no se mucho mas porque para acceder a esos datos hay que pagar y..¡¡faltaria mas que encima pagara un solo euro por saber lo que en realidad ya se!!!
E voila
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 20:33
Vaya, intuyo que tu historia es peor que la mía, Teresa.
Fenomenal que hayas pasado un buen rato.
Gracias por la visita, hermana. Besitos
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 20:36
Siéntete afortunado por haber pasado por algo así. Más de una excusa me inventé muchos días para librarme del chófer sus penas jeje
Gracias por el feedback sobre el resumen de los errores, Felipe.
Un abrazo
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 20:40
Bueno, casi, casi … que tambien estuviste sin cobrar y tenías "chófer"
¿Cómo que no te cogiste la baja? Elia lo tuyo es amor al trabajo jaja
A mi jefe le llamábamos "el cachalote" porque no eran unos kilitos como dice él al principio del post. Tenía sobrepeso y se pasaba el día sudando. Menuda peste! jaja
Un besazo, amiga
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 20:48
Hola Benicio, bienvenido al blog,
egoísmo, ignorancia y falta de humildad son la combinación perfecta para fracasar y muchos altos directivos no se dan cuenta de ello. Una pena.
Muchas gracias por tu tiempo leyendo y comentado.
Saludos
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 20:54
ay, Chelo, me hace muy feliz que te hayas fijado en mi cara en el Alfa Romeo. Me llevó un buen ratito editar esa imagen.
Me alegro mucho de que hayas tenido siempre jefes sensacionales. Eso es tan difícil como que te toque el gordo de la Primitiva.
Siempre hay un responsable de departamento o un director tanto en la empresa privada como en la Administración. Pero al final es cuestión de cómo se comporte cada uno más que del título del cargo.
Un besazo, Chelo y disfruta mucho el finde!
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 21:01
Hola Luis,
qué gran aporte haces con lo del ego. Es justo como dices. Algunos jefes no terminan de entender que la política del miedo y del ordeno y mando ya no funciona en los tiempos que corren.
¿Adictiva? me acabas de robar una sonrisa de oreja a oreja.
Mil gracias
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 21:08
jajaja viviendas de mierda jaja y lo triste es que tienes razón. Se levantaban edificios de la noche a la mañana con estructuras y materiales que dejaban mucho que desear. Te los vendían a precio de oro y, claro, la avaricia tiene un límite.
Muy buen verano para ti también, Manu, disfrútalo.
Besos
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 21:14
Hola Oscar, es que he trabajado en unas 15 empresas aquí y en Alemania (ahora ya sabes porqué hablo ese idioma) y, claro he pasado muchas situaciones.
Voy a imprimir tu comentario y se lo voy a enseñar a mi jefe. Ya te contaré si me sube el sueldo jeje
Muchos besos
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 21:22
Pues me alegro de que hayas dejado tu también los cutreríos atrás, aunque el sueldo no se corresponda con el esfuerzo. A veces hay otras cosas que compensan como la estabilidad de la empresa o el clima laboral o los beneficios sociales.
¿No te digo? ¿repartir publicidad con el calor que hacía? venga, hombre.
Estaría guay que mis anécdotas ayudaran a algun@ a abrir los ojos para que no les tomen el pelo.
No te respondí antes porque me he pasado la mañana moviendo muebles en el salón y como acabé agotada, me he pasado toda la tarde roncando en el sofá jejeje
Descansa tu también y disfruta el finde.
Muchos, muchos besos
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 21:30
Hola Oskar,
es un tema delicado pero siempre intento contar las cosas de forma amena para no aburrir a nadie. Para desgracias ya están las noticias en la tele. Mil gracias :-))
Es justo como apuntas. Muchos jefes se creen que aún estamos en los años '50 y que meter miedo a los empleados solo hace que éstos dimitan.
La última parte de tu comentario es para enmarcarla y ponerla en los despachos de todos los directivos del país "si sigues así, no habrá empresa donde mandar"
Cierto no todos valen para mandar. Intentaré escribir un día sobre ello.
¡Un super abrazo!
Erika Martin
27 junio, 2015 @ 21:41
Cuando me contaste el otro día lo del cierre me identifiqué contigo. Ahora ya sabes porqué. Tenemos un pasado inmobiliario parecido.
jajaja buenísimo lo de escribir en el blog en el trabajo.
Investigaré qué fue de la inmobiliaria morosa en la que trabajaste. Tengo cuenta gratis en una de esas bases de datos jejeje Ya te contaré qué averiguo.
¡Buen finde, amigo!
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 07:28
Después de ver la viñeta jajaja, no me extraña que pidieras chocolate con churros :-))
Marisa Doménech
28 junio, 2015 @ 16:58
Este jefe que tuviste, el amo de un imperio de papel y ejemplo de na, tuvo lo que se merecía. Sabiamente el refranero popular lo recoge "quien siembra vientos, recoge tempestades. El fracaso no suele ser una percepción subjetiva, se basa en hechos, la mayor parte de veces.
Tus experiencias buenas y malas y tu talante trabajador y creativo, te han posicionado en lo que eres, una eficiente empleada de dirección de empresas, la antítesis de esta historia. No hay más que ver las dos confrontadas prácticas. Así, que me ha encantado el caso que nos presentas y sirve para todo tipo de tareas en equipo. Didáctivo post. Excelente, te leo con gusto.
Un beso grande
Cindy Groulx
28 junio, 2015 @ 16:58
He estado alrededor de la fuerza de trabajo en más puestos de trabajo a través de los años, más de lo que puedo recordar. Pero de una cosa que sé, es todo el mundo uno tiene su propia experiencia única en cualquier lugar de trabajo determinado. Para cada individuo es tan vital el trabajo que hacemos, no mater lo que es, o lo que el trabajo consiste en. Todos aprendemos lecciones valiosas de esos trabajo. Gracias hermana Erika and Teresa
Cindy Groulx
28 junio, 2015 @ 16:58
Jejeje, yo tenía unos pocos jefes como eso así. Pero afortunadamente yo no se quedan por mucho tiempo antes de que yo estaba en mi camión y caravana en dirección por la autopista. He trabajado como ingeniero mecánico y ponente arquitectónico para unos 6 años. Buen trabajo, me encantó, pero el jefe era un cabeza de pene como el que usted describe anteriormente. Yo tomó Jobes barriendo pisos en el camiones comensales, y trabajan en las granjas que era más fácil en los nervios. Gracias hermana para compartir
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 17:04
Hola Cindy,
tu has tenido un largo camino laboral y, por eso, sabes mejor que nadie que de todos ellos te llevas grandes lecciones no solo aprendiendo a hacer cosas, sino a tratar con personas de todo tipo.
Muchas gracias a ti, hermana.
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 17:10
Algunos jefes son insoportables. Por fortuna tu pudiste escapar con la caravana. A excepción de aquel "cabeza de pene" jajaja menuda expresión
Muchas gracias a ti por tus comentarios.
Bienvenida a casa tras las vacaciones en el lago. Espero que Paula y tu os lo hayáis pasado genial. Ya estoy impaciente por ver las fotos 😉
Un beso muy grande, querida
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 17:25
Hola Marisa,
este tipo de personajes egocéntricos y sabelotodo terminan fracasando siempre, es solo cuestión de tiempo. Lo que pasa que nunca asumirán que fue por sus errores.
Por todas las empresas por las que ha pasado, he puesto siempre todo mi empeño por hacer las cosas lo mejor posible (es mi marca personal) Siempre que me equivoco, lo admito y pido disculpas. Nunca echo las culpas a los demás. A veces puedo ser un poco rebelde con mi jefe actual y, aunque a veces le ponga de los nervios jajaja sabe que lo hago con buena intención, como críticas constructivas.
Muchas gracias por el tiempo que dedicas a leerme y comentarme.
Un beso grande
Piensa en Brooklyn
28 junio, 2015 @ 19:29
Pena, como siempre en mi vida descubro o bueno demasiado tarde. Prometo no tardar otr año en pasar por tu hogar
Saludos
Ana Suárez
28 junio, 2015 @ 19:29
Erika chica, tu vida da para escribir un libro. Pues la verdad es que yo no he tenido ninguna experiencia similar, pero jefes incompetentes sí que he sufrido algunos. Además las cosas las veía tan claras como tú.
Es una pena que haya gente que no motive a sus empleados y entienda que son los que mejor le pueden aconsejar porque son los que mejor conocen su negocio…
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 19:34
Hola Piensa en Brooklyn,
aquí te esperaré para cuando quieras volver, siempre serás bienvenido. Por el momento me alegro de que hayas venido hoy 😉
Saludos
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 19:40
La verdad que me ha pasado de todo jaja
Espero que nunca pases por una situación en la que no te paguen el sueldo. Es muy dificil llegar a finales de mes.
Pero de los jefes incompetentes no nos libramos nadie y a veces las cosas tienen tan fácil solución …
En cuanto a lo de la motivación, espero poder publicar pronto un post que estoy preparando al respecto sobre una nueva moda que se está imponiendo en las empresas.
Un abrazo, guapa, me alegra haberte visto por aqui
Erika Martin
28 junio, 2015 @ 19:46
e-informa es la que utilizo yo precisamente en el trabajo jejeje mañana cotilleo 😉
Terrible el calor que hace y mañana más gggrrr
Good evening, my friend!
ramrock
28 junio, 2015 @ 19:42
Yo usaba "e-informa" pero claro, en aquella época, al registrarte, te daban 3 informes gratis, a partir de ahí hay que pagar y la verdad, curiosidad tengo si, pero ¡¡tanto como para pagar….!!.
Vaya finde, no me he derretido de milagro.
Good evening.
Consciencia y Vida Magazine
28 junio, 2015 @ 21:43
Pues si, Erika también la que te responde hoy, pasó por varios trabajos bastante "prometedores" en un principio, esos donde te mienten a la hora de contratarte, pero que después terminas abandonando y denunciando porque el jefe es un fresco de tres pares de narices… coincide el tiempo en esos años de la España donde todo iba bien y todos éramos ricos y felices…Después ya no se ha vuelto a repetir (crucemos los dedos) aunque el esfuerzo no vaya en consonancia con el salario desgraciadamente.
Es alentador que ya sea un pasado en tu vida laboral y que actualmente hayas entrado en otro ambiente de trabajo donde al menos tanto cutrerío y jefes deplorables te los hayas quitado de en medio.
En cuanto a la historia, me he reído mucho con esa idea que tuvo el ceporro de tu jefe de gastarse una buena pasta en mecheros y bolígrafos y miles de folletos de publicidad ¡¡qué chorlito XD pensando en que los ibais a repartir a la puerta del metro!! ja,ja,ja,ja,ja,jaaaaa Muy lógico que acelerarais el proceso de quiebra de la empresa y el cobro de salarios atrasados.
Otra estupenda anécdota que seguramente abrirá los ojos a más de un/a novat@ secre.
Que te lo pases genial y no te olvides de echarte tus acostumbradas sistecitas de finde!! je,je,je,je
Muchos besotes :-)))
Marta B
29 junio, 2015 @ 16:55
ostras, que bueno el post!! cada dia me gusta mas tu blog jajaja
vaya tio… yo por suerte nunca he pasado por algo asi, tiene que ser horrible ir a trabajar y a final de mes no recibir nada… y que luego encima pida un credito para hacer publicidad y que el dinero que os debe se lo pase por el forro… no me extraña que acabara cerrando
un besito!!
Notas aparte
29 junio, 2015 @ 16:55
Está claro, Erika, los jefes no quieren escuchar lo que los trabajadores tienen que decir. Conozco el caso de una empresa que contrata coach para que den pautas a los directivos para motivar al personal pero sin cambiar ellos en nada. Mentalidad primitiva
Erika Martin
29 junio, 2015 @ 17:00
jaja muchas gracias, Marta.
Sí, te lo confirmo. Fue horrible ir a trabajar "por amor al arte" durante varios meses y que luego pidiera un crédito para gastarselo en otra cosa que no fue pagarnos. Las sugerencias que le proponíamos nosotros eran estrategias comerciales que no tenían ningún coste para la empresa.
Un besito, guapi
Erika Martin
29 junio, 2015 @ 17:02
Hola Mara,
de poco sirve contratar a un coach, si los directivos no tienen ninguna intención de cambiar. ¡Qué triste! Sobre todo para los trabajadores 🙁
Te deseo muy buena semana. Besos
pizpireta sinalas
30 junio, 2015 @ 17:26
Joooo Erika , es lo de siempre … L@s jefes a la suya 🙁
No me cayeron nunca bien l@s jefes d inmobiliarias y más desde q a mi hija le pasó alguna mala pasada también con este trabajo d "secretaria , agente inmobiliario" … Prometo , prometo , pero en la calle te dejo.
Besotes .
Se merece ese jefe quedarse sin Erika.
:))
Erika Martin
30 junio, 2015 @ 17:29
Hola Pizpi,
no me extraña que te caigan mal l@s jefes de inmobiliarias, tras haber dejado a tu hija en la calle. Y encima me temo que sería por algo parecido a lo mío.
Un besote, guapa
David Lopez Moncada
1 julio, 2015 @ 18:26
Fantástica como siempre.
Saludos y abrazos amiga.
Erika Martin
1 julio, 2015 @ 18:27
Mil gracias, David :-))
Un super abrazo para ti
Rubén Molinero
3 julio, 2015 @ 09:19
Yo creo que lo que le llevo a la ruina seguramente fue el logotipo publicitario que no era muy bueno y le faltaba más colorido, jajaja. Muy buena la historia 😉
Saludos!!
Erika Martin
3 julio, 2015 @ 18:41
jajaja Rubén has dado en el clavo. El logotipo era soso y hortera hasta decir basta.
Gracias. Un abrazo
Entre suspiros y un café
26 julio, 2015 @ 18:28
Interesante el punto de vista del jefe Y triste pensar que más de uno pensará realmente así. Está claro que el empresario es el que invierte el dinero y arriesga, pero debería tener visión empresarial para saber que el mayor activo de la empresa son los empleados, sin ellos, el negocio no funciona.
¡Un saludo Erika!
Erika Martin
26 julio, 2015 @ 18:32
Hola Patri,
no negaré que ser empresario es una profesión difícil. Pones el dinero y te llevas los problemas a casa. Pero más de uno debería dejarse ayudar y escuchar las ideas de sus empleados que son los primeros interesados en la viabilidad de la empresa.
Un besote