Los desayunos CEO
Hace tiempo te conté que mi jefe no se entera de la mayoría de los problemas que ocurren en la oficina porque el resto de los directivos no le informan.
Esto es algo que le ocurre a la mayoría de los grandes jefazos. No pienses que exagero. Hay gente que se dedica a estudiar cómo circula la información y cuál es de grado ignorancia en la empresa 😉
Para enterarse de lo que sucede en el open space, mi jefe tuvo la fantástica idea de pasar una jornada en cada departamento, sentado al lado de un empleado que:
- le iba explicando su día a día
- cómo se gestionan las tareas
- los problemas y necesidades del departamento
Sin embargo, aquello no tuvo ningún tipo de éxito 🙁 Puedes leer aquella iniciativa y los motivos del fracaso, haciendo clic en esta imagen ↓↓
Mi jefe es un tipo que no se rinde y cuando se le mete un objetivo entre ceja y ceja, no para. El hombre quiere enterarse y pone su empeño.
Así que ha ideado una nueva estrategia para conseguir información de los empleados, saltándose los filtros de los directivos, pelotas y trepas que tienen mucho que ocultar y no quieren que se entere de todas las cagadas de la empresa.
Los desayunos CEO
La táctica consiste en invitar a desayunar a un grupo de empleados. Uno por cada departamento o área de la empresa. Todos soldados rasos y ningún responsable, jefe o director de departamento.
Lo del desayuno se le ocurrió porque, como CEO que asiste a un montón de reuniones, sabe a ciencia cierta que la gente acude en masa y participa, si le pones bollos, café y caramelos sobre la mesa.
La fecha del desayuno
El factor sorpresa es muy importante porque hasta el día de antes no se sabe si se podrá hacer desayuno o no … entiéndelo, los CEOs son convocados a reuniones en la otra punta del planeta de un día para otro y tienen que salir zumbando al aeropuerto.
Hay gente que se pone nerviosa, como con la cena de Navidad:
-Erika, esta semana ¿no hay desayuno CEO? Estamos a jueves y todavía no has mandado las invitaciones
Los convocados
El efecto sorpresa continúa con los invitados. Nadie sabe quienes serán los siguientes convocados. Ni siquiera yo.
Los nombres de los invitados me los pasan los de RRHH. Se supone que comprueban que los «nominados» no están de vacaciones, de baja por enfermedad, dejando a los niños en el cole, etc.
La invitación
Con los nombres de todos, envío la invitación desde el correo de mi jefe. A ver si te crees que lo hace él solito. No, hombre, no. Él dirige una empresa.
Es mandar la invitación y al segundo suena mi extensión, ring, ring:
– Erika, me ha llegado la invitación pero es que a las 8AM estoy dejando a los niños en el cole. ¿Me disculpas ante el gran jefe, por favor?
– Erika, gracias por la invitación, pero mañana empiezo las vacaciones y no estaré en la oficina
Así que me toca llamar a los de RRHH para que busquen a otros 2 nominados a ir al desayuno, insistiendo en que comprueben que es gente que puede ir y llenar la sala 😛
¿Tienen éxito los desayunos CEO?
Pues te diré que sí:
- a un 99% de los empleados les gusta la idea.
- al 1% restante no. Soy yo la de este porcentaje, luego te cuento por qué
La opinión de los otros directivos, jefes de departamento y mandos intermedios no es relevante en este asunto 😛
Debe ser guay llegar a la oficina e ir a la sala de juntas a zampar bollos y beber café durante cerca de una hora.
Los que nunca pisaron la zona noble ni cruzaron un hola con el gran jefe, se sienten importantes y todo.
Que hay gente que incluso presume y en cuanto les llega el correo, les falta tiempo para ir por el pasillo en plan Mr. Bean, diciendo:
– Mañana tengo desayuno CEO
Durante el desayuno se habla de temas generales de la empresa, los departamentos o la vida más allá de las 4 paredes de la oficina. En el fondo lo que se pretende es dar la imagen de que el gran jefe es un tipo accesible y cercano … a pesar de que el resto del tiempo esté encerrado en su despacho.
¿Por qué no me gustan los desayunos CEO?
Porque soy la que pringa con estos mini eventos …
El madrugón
Los desayunos son a las 8:00 am. Eso significa que debo llegar a la oficina a las 7:30 como muy tarde para abrirle la puerta al del catering y colocar los malditos bollos sobre la mesa con las correspondientes tazas y cucharitas para el café y vasos para el zumo.
Para estar a esas horas en la oficina, tengo que salir de casa a las 6:45 y vivir un montón de aventuras en el metro
Esto significa salir de la cama a las 6:00 o incluso antes (dúchate, sécate el pelo, plánchatelo, píntate el ojo, elige modelito, zapatos, bolso …)
Llevo muy mal lo de madrugar y salir a la calle antes de que hayan puesto las aceras 🙁
El estrés de preparar la sala
Claro, a nadie se le pasa por la cabeza que al del catering le puede pillar atasco de tráfico y retrasarse con la entrega de los bollos y termos de café.
Si el atasco es monumental y no llega el repartidor, toca buscar alternativas. Es decir, salir corriendo a alguna panadería o cafetería cercana a comprar las cosas y regresar cargada a la oficina para colocarlo todo con las prisas en la sala.
También es muy posible que llegue el repartidor a tiempo pero que le falte parte del pedido en la entrega. Normal, con el madrugón uno:
- no está despierto todavía
- no es capaz de leer con atención el pedido
- meter todos los productos en el reparto
Cuando ocurre algo así, después no le da tiempo al repartidor a ir a buscar lo que falta, cruzándose medio Madrid, y regresar a la oficina.
De modo que, si es zumo o el termo de té, lo siento mucho, ese día se toma café y punto.
Si son bollos, ya me parto los tobillos yo con los tacones en la carrera a la cafetería de la esquina.
Buenos días
Y ahí estoy yo en la puerta de la sala para dar los buenos días a mis compañeros, según vayan llegando. Es mi faceta Isabel Preysler en las galas del embajador jajaja.
No, en serio, es para:
- decirles dónde se sienta el gran jefe y que no le quiten su silla
- cuando estén todos sentados, ir a buscar a mi jefe a su despacho y decirle que vaya a la sala, que están todos
La pocilga
Ya he contado en otros posts que, cuando se acaban las reuniones, las salas quedan hechas una auténtica pocilga. Esto se agrava si hay comida.
Porque la gente es muy cerda, súper cerda, requete cerda
Ya está, ya lo he dicho y qué a gusto me quedo cada vez que lo digo, jijiijii.
Lecturas recomendadas:
◊ reuniones que acaban en batallas campales por pillar un canapé
◊ ese terrible olor a chotuno en las salas de reuniones
La lista de guarradas es larga:
- servilletas chorreando porque la gente tiene parkinson y es incapaz de echarse el café dentro de la taza
- café, zumo y azúcar derramados sobre la mesa por el parkinson
- migas de los bollos por todas partes porque no saben que se come con la boca cerrada
- crema de chocolate pegada en los reposabrazos de las sillas porque usaron las servilletas para intentar absorber el café, té o zumo derramado a causa del parkinson
La odiosa confusión entre asistente y asistenta
Termina el desayuno y todos salen escopetados de la pocilga sala.
Pero eso no se puede quedar así hasta las 17:00 que llegue la de la limpieza. Que después hay reuniones, que vienen clientes …
¿A quién le toca pasar la bayeta y recoger todo? … ¡Lo odio! ¡Lo odio!
¿Dónde quedó el civismo y el trabajo en equipo para recoger las putas migas, las tacitas, vasitos, cucharitas y termitos? (léase en tono retintín)
¿Tanto cuesta llevar los cacharritos a la cocina?
Bueno, lo dejo ya que empiezo a notar fuego corriendo por mis venas ¡¡aarrgg!!
Lecturas recomendadas:
◊ Asistenta no es el femenino de asistente
◊ La organización logística de una reunión no es moco de pavo
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¿Qué iniciativa te gusta más a ti?
¿la del jefe un día contigo en tu mesa o la del desayuno?
Imagen destacada Sala reuniones en edificio moderno vía Shutterstock
María Rivero
7 julio, 2017 @ 17:22
La idea de los desayunos no me parece mala para sacar información fresca y real, uno se relaja mucho entre croissants y seguro que sueltan la lengua mejor que si les torturaran 😛
El tema de después del desayuno otra de las tareas invisibles de secretaria que nadie valora… Tengo familia muy cercana trabajando en restauración, así que toda mi vida he oido comentarios sobre como terminan platos, manteles, cortinas, paredes (que cochinos somos cuando son otros los que limpian, en casa, que cada cual pringa, no somos así…) Pero, claro, la limpieza entra dentro de las tareas propias del negocio de la restauración…
Espero que, por lo menos, los de los desayunos sea algo temporal y cuando el jefazo sacie su curiosidad, desaparezcan o, al menos, sean algo puntual.
Un abrazo!!
Erika Martin
7 julio, 2017 @ 18:46
Hola María,
pues sí, los desayunos no intimidan tanto como lo de tener al jefe sentado a tu lado. Además como vas en grupo, no están los mandos intermedios, se habla de todo y puedes hacerle preguntas al jefe, es más distendido. La táctica del bollo y el café nunca falla jaja.
Otra historia es cuando se acaba y queda la sala arrasada por el paso de la piara de cerdos jaja. Seguro que tus familiares te han contado historias escalofriantes de lo guarra que es la gente (empiezo a encenderme jaja). Lo más fuerte que he visto han sido latas de refrescos dentro de los fancoils del aire acondicionado.
Sí, yo también espero que sea solo una ronda con todos los empleados. No sé qué es peor, madrugar o limpiar.
Un abrazo muy fuerte
jaddesignblog
7 julio, 2017 @ 20:58
Me encantó mucho este contenido, tu narrativa cautivadora y jocosa me alegró el día!
Gracias por compartir y que continúen los éxitos!!!
Erika Martin
7 julio, 2017 @ 21:19
Muchas gracias, Jesús, es genial saber que te ha gustado el artículo y que te he alegrado el día ☺️
Un abrazo!
marigem
8 julio, 2017 @ 13:10
Jajajaja, pues mola que seas del 1%, eso es tener personalidad.
Besos.
Erika Martin
9 julio, 2017 @ 11:33
si no llevo la contraria no me quedo a gusto jajaja no, es broma, es porque no me gusta el madrugón y hacer de señora de la limpieza.
Muchos besos, Marigem
ramrock
9 julio, 2017 @ 10:03
Hello Erika, pues que quieres que te diga, yo soy compañero tuyo de porcentaje aunque por motivos completamente diferentes.
El mas importante, que soy un convencido individualista y que a mi me gustan las cosas a mi manera, así que entiendo que al trabajo voy solo a eso, a trabajar, es decir, por ejemplo, horario de 8:00 a 16:00, pues eso, entro a las 8:00 me pongo a trabajar y salgo a las 16:00, punto.
El desayuno lo quiero a mi modo, es decir, antes de entrar y en donde a mi me de la gana y lo mismo para la comida (recuerdo muy bien que, en algún trabajo, mis compañeros iban todos al mismo sitio y yo me buscaba la vida a mi modo y además no me limitaba a un solo sitio)
Así que, en una empresa como la tuya, donde suceden esas cosas… ¡¡glabs…!! no se yo si iba a encajar.
Bueno, es igual, jejejeje, yo ahora me dedico a hacer «El Carpincho»
Me identifico mucho con este tierno animalito 😆 😆 😆
¿Porqué será?
Jajajajajajajajajajajajajajaja
Have a wonderful sunday. 😉
PDTA: Gamberrada musical en francés
Erika Martin
9 julio, 2017 @ 11:41
Hola Ramrock,
me temo que tú serías etiquetado como «asocial» en una empresa como la mía, mira que no querer comer con los demás … aunque me alegra que te incluyas en mi porcentaje 😉
Normal que te identifiques con la cobaya, eso es vida. Que de animalito no tiene nada, es enorme.
¿Sigues con la música gabacha? Quizás te guste un grupo alemán que se llama Pur. Algunas canciones son un poco horteras pero otras están muy bien.
Have a nice Sunday you too! 🙂
#Jerby @ratonbloguero
10 julio, 2017 @ 18:42
Erika, si tu jefe quiere información de calidad de sus empleados que monte un ‘círculo de calidad’ que tiene unas normas más claras y ensucia menos la mesa.
Erika Martin
10 julio, 2017 @ 22:45
Hola Jerby,
buena idea!! se lo comentaré porque además del círculo de directivos y pelotas, tiene al círculo de los que él considera de confianza, pero al final le cuentan lo que les interesa a ellos y no le ponen al día de todo lo que pasa en la oficina.
Para que el nuevo circulo sea de calidad de verdad, debe tener habilidades y talento en pasar la bayeta después de sus reuniones 😛
Gracias por el comentario
Muy buena semana!
Óscar
10 julio, 2017 @ 22:32
La idea será la tele he, pero con lo guarra que es la gente, no me extraña que seas el 1%. Pon el 2%, me uno a tu causa. Besitos
Erika Martin
10 julio, 2017 @ 22:47
Qué bien que te unas a mi causa, Óscar, me sentía muy sola en ese 1% jejeje
La gente es realmente cerda
Muchos besos!
Oscar
11 julio, 2017 @ 00:40
Mi móvil ha cambiado releche por tele he…
Maryasexora
18 julio, 2017 @ 23:34
No me extraña que no te gusten, con los quebraderos de cabeza que te generan. Aunque yo soy de las que por donuts soy capaz de casi cualquier cosa, incluso desayunar con la jefa, jajajaja.
Besicos.
Óscar
20 julio, 2018 @ 18:42
Se han perdido los me gusta que vi en tus entradas y ya no se las que leí y las que no. Menos mal que de algunas me acuerdo con Leer el título. Aún así me toca ver si he comentado la entrada para no repetir, como dice el otro día jejeje. De esta me acordaba. Besitos
Erika Martin
20 julio, 2018 @ 22:17
Hola Óscar,
siento mucho que hayan desaparecido los me gustas de las entradas y que tengas que volver a leértelas. Desde que puse el año pasado el certificado SSL a la web (el candadito de página segura que aparece en la barra del navegador) mi blog va por libre: no contabiliza el nº de veces que se comparten los posts y los me gustas de los post desaparecen en cuanto se actualiza WP o algún pluggin. Este drama lo conté aquí (en su día comentaste aquella comunicación, por si quieres ahorrarte la lectura 😉 ).
Muchos besos
Óscar
20 julio, 2018 @ 22:20
Ja ja ja ja. Ni te preocupes bonita. No tengo problema en leer varias veces tus entradas, son divertidas y entretenidas. Pero comentarte dos veces y decirte lo mismo me parece un poco de tontaina por mi parte. ahora lo que hago en las entradas es Ver si comenté o no y si comenté paso adelante. La otra opción es buscar en el correo los correos de entradas que tengo por leer. Besitos