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13 Comments

  1. Jordi Ferrís
    17 enero, 2022 @ 18:45

    Qué cierto todo lo que cuentas. Recuerdo cuando lleve a mi hijo al aeropuerto. Se iba a Milan a ver a unos amigos. No llevaba ni un duro en metálico, ni el billete en papel… Nada. Todo en el móvil. Qué valiente. Yo siempre llevo el billete en papel (dentro de una funda transparente de folios, claro) y euros en metálico, por si las moscas. En fin, que lo has descrito fantásticamente, como siempre.

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    • Erika Martin
      17 enero, 2022 @ 20:55

      Pues sí que fue valiente tu hijo llevándolo todo en el móvil. Es lo que tiene ser nativo digital.
      Soy como tú, Jordi, cuando viajo también llevo un sobre de plástico transparente con copia de todas las reservas en papel por si pierdo el móvil o por si me quedo sin datos de internet en el móvil (que no me gusta conectarme a los wifi públicos).
      Muchas gracias por leerme.

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  2. Inés
    17 enero, 2022 @ 20:41

    La verdad es que no somos conscientes de lo mucho que dependemos del móvil, aunque sólo sea para hacer gestiones…
    Y muchas veces pienso que las que somos de una generación en la que los billetes de avión te los traía el mensajero en un sobrecito, si desapareciera internet, seríamos capaces de seguir haciendo nuestro trabajo, más despacito y no tan inmediato claro 😉 A veces hasta echo de menos esos tiempos!

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    • Erika Martin
      17 enero, 2022 @ 21:06

      Hola Inés:
      en general se asocia la dependencia del móvil a estar mirando todo el tiempo las redes sociales, pero no, hacemos todo tipo de gestiones con él.
      Había olvidado aquella época en la que un mensajero traía los billetes de avión para los jefes, jajaja. Si desapareciera internet, nosotras seríamos capaces de seguir sacando el trabajo adelante (es lo bueno de ser migrante digital) 😉 Supongo que para los nativos digitales sería muy complicado adaptarse al mundo analógico.
      Eran tiempos muy «primitivos» pero con muchas menos «urgencias» y estrés porque todos sabíamos que las cosas no eran inmediatas. Quizás teníamos más paciencia que ahora.

      Reply

  3. Erika Aguerri
    18 enero, 2022 @ 13:04

    Ha sido a la vez divertido y aterrador. Yo también entro en conflicto muchas veces con mi dependencia impuesta al móvil. Lo mio es una relación amor-odio con tintes masoquistas.
    Tengo dos trucos: el primero es guardar todas las contraseñas encriptadas en una nube privada, así como copia una en pdf de documentación importante y el segundo es tener un teléfono…¡que sólo llama!, suena a locura pero en vacaciones cambio la SIM y puedo seguir llamando (soy de las tuyas) y si necesito hacer alguna gestión seguro que alguien me presta el ordenador.

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    • Erika Martin
      18 enero, 2022 @ 22:23

      Hola Erika:

      genial cómo describes la dependencia que tenemos todos con el móvil y lo del «amor-odio con tintes masoquistas».

      Muchas gracias por tus trucos. El primero lo hago yo también (copia de documentos importantes en la nube y en pen drive). El segundo me lo guardo, tener un teléfono de reserva puede salvarnos la vida en caso de emergencia o simplemente para hacer detox digital en vacaciones.

      Saludos

      Reply

  4. Vanessa Calonge
    8 febrero, 2022 @ 21:02

    ¡Buenas!
    Totalmente de acuerdo que aunque pensemos que no somos dependientes, hay cuestiones que sin un smartphone ya son imposibles. En mi caso he empezado 2022 queriendo dar atrás a la tecnología y aunque muchas cosas podría ignorar (aunque sea joven, no estoy enganchada y tengo conductas de la generación boomer :D), como bien indicas en tema bancos y servicios públicos (incluyo Administración como otros servicios de salud u organismos) ahora mismo te obligan a tener smartphones por narices.

    Haciendo por tanto que la idea de vivir sin teléfonos inteligentes sea una utopía. O directamente seas un anarquista que ignores todos los avances y vivas fuera del sistema ^^u

    Un abrazo fuerte y un escrito muy bueno e interesante.

    Reply

    • Erika Martin
      8 febrero, 2022 @ 22:53

      ¡Hola Vanessa!

      siempre te he admirado por toda la dedicación que pones en tus proyectos digitales y lo activa que eres en redes porque además del trabajo que supone, también hay que dedicarle mucho tiempo. Así que entiendo que eches el freno con tanta tecnología. A veces es necesario ser un poco anárquica 😉
      Me encanta lo de «conductas de la generación boomer» jajaja

      Te contaré que el otro día fui en persona a cambiar mi contrato en Movistar. Para hacerlo me pidieron que me descargara la app, pero me dio problemas con la clave y no había forma de entrar. Le pregunté a la persona que me atendió que sino podía imprimir el nuevo contrato para firmarlo a boli. No veas la cara que puso y qué drama. Ella porque eso ya no se hace y yo porque porque me sentí dinosaurio. Después de una hora y con la ayuda del «gurú» (el experto en tecnología de la tienda) consiguieron enviarme el contrato por email y que pudiera firmarlo en una pantalla de esas como las que hay en Correos.

      Vivir sin teléfono inteligente es una utopía, como bien dices. Cada vez se pone más difícil ser anarquista porque en cuanto tengas que hacer alguna gestión …

      Muchas gracias por tu comentario, Vanessa. Un abrazo muy grande.

      Reply

  5. Óscar
    9 febrero, 2022 @ 17:49

    No me creo que seas tan toba, ni vieja, ni nada de eso que dices… Más que nada porque te conozco y sé todo lo que vales!! Es cierto que ponen las cosas muy complicadas para poder funcionar sin móvil, pero yo también soy de la vieja escuela y aún llevo cosas importantes en papel, por si acaso… 😛 Besitos!!

    Reply

  6. Óscar
    9 febrero, 2022 @ 17:50

    Toba no, boba… 😛

    Reply

    • Erika Martin
      9 febrero, 2022 @ 20:14

      Hola Óscar,

      genial eso de llevar las cosas importantes en papel, así están a salvo de hackers. Yo también lo llevo así 😉 y es en esos detalles en los que a veces me siento mayor. Ojo, que eso no es negativo porque cuando te quedas sin móvil o sin internet, sabes cómo desenvolverte en la vida (preguntando a alguien cómo llegar a un sitio, pagando en metálico o con tarjeta, llamando desde el fijo para hablar con alguien, etc.)

      Con el coche sí soy boba jajaja ya te contaré anécdotas la próxima vez que nos veamos.

      Muchos besos

      Reply

  7. Samarcanda
    11 febrero, 2022 @ 12:00

    Hola Erika.

    Es un drama. Yo lo veo sobretodo con mi madre, de casi 70 años, que para hacer cualquier cosa, requiere de mi ayuda, cuando ella toda la vida ha hecho todo tipo de trámites y gestiones por su cuenta y sin problema, y ahora se siente súper inútil. Se pone súper nerviosa con todo, y lleva fatal lo de tener el móvil en todo momento.

    Habría que poner en su situación a todos los listos de la burocracia y los bancos. ¿Ellos no tienen abuelos? En esta sociedad que tiende a automatizar todo, nos deshumanizamos a pasos agigantados. Qué barbaridad.

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    • Erika Martin
      11 febrero, 2022 @ 13:33

      Hola Samarcanda:

      No son solo los bancos y la Administración Pública, también las empresas. Hoy todo va vía app y chatbots, y como tengas una duda y necesites orientación e información (contratar algo, reclamar una factura, cambiar el número de cuenta del banco, etc.) te lo tienes que gestionar tú misma y buscar información en Google porque nadie te contesta al teléfono y les fastidia atenderte en persona.

      Normal que tu madre se sienta frustrada. Parece que no tienen abuelos ni empatía y que los clientes o usuarios (de cualquier edad) les importan una mi**

      Una pena que se haya deshumanizado todo.

      Saludos

      Reply

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